Cuando aún el invierno se resiste
a olvidar sus rigores e inclemencia,
cuando el viento estremece todavía
tu desnudo ramaje, ya comienzas
a mostrar la blancura de unas flores
que a su tiempo serán dulces almendras.
¿Cuántos años Natura en ti retorna
ese ciclo vital, esa proeza?
Porque sé que eres viejo, que aquí vives
muchos años atrás, y por tus venas,
con trabajo la sangre de tu savia
alimenta unas ramas casi secas.
Te comprendo, querido compañero
y hasta creo escuchar cómo es tu pena,
cuando a veces descanso mi fatiga
recordando otros tiempos, a tu vera.
Me hago cargo de cómo estás sufriendo
al notar que tus flores son apenas
unas pocas de aquellas que adornaban,
cuando antaño, de nieve tu silueta.
Porque yo también sufro de los años
la severa embestida, como muestra
mi cabello que, igual que con tus flores,
de blancura recubre mi cabeza.
Mas levanta tu ánimo que puedes
disfrutar de la vida que te queda.
Yo prometo que haré también lo mismo
ofreciendo mi esfuerzo en donde sea.
Mucho o poco, ¡qué importa, si en el aire
anticipa su olor la Primavera!
AGUSTÍN
Los pájaros enjaulados no cantan. Es que no saben llorar de otro modo.
Estimado Agustín, imposible más
belleza contenida en estos versos,
Un poema que hace vibrar el alma,
un poema que no se puede dejar de leer
y pensar en uno mismo, en nuestra vejez
reflejada en éste almendro renaciendo
en cada primavera.
¡Gracias por compartirlo, gracias por deleitarnos
con tanta belleza.!
Un abrazo.
Antonia.
Un poema... ¡ Que mágica manera de decir que estoy presente !
Que más quisiéramos amigo Agustín, llegados a nuestra edad,
retoñar y florecer como el almendro en cada primavera…
bellísimo poema nos regalas en esta recién estrenada primavera
felicidades y gracias por compartir tan hermoso poema.
Un fraternal abrazo
Roberto
¿Quién dijo que la poesía ha muerto?
Si por cada gusano que nace brotan dos rosas.
Este poema es una obra genial,
se instala en el alma y asoman lágrimas.
qué honor es leer a poetas como usted.
Un abrazo desde Necochea-Argentina.
María Inés Favoretti.