Un excelente soneto,
con la claridad humana para que
los gobernantes de cada país
dejen de reirse de los niños y les den
el bienestar que se merecen.
Gracias por compartirlo, (aquí en mi casa estamos con gripe.)
Un abrazo.
Antonia.
Un poema... ¡ Que mágica manera de decir que estoy presente !
Si se gastase menos dinero en armamento y más en procurar el desarrrollo de los países pobres, no en darles de comer sino en enseñarles a obtener los bienes que precisan, el mundo sería diferente. Pero debe ser que eso no les interesa a algunos.
Que se mejoren, amiga mía.
Muchas gracias por su comentario y por su tiempo.
Besos.
Francisco
La gloria es del que la busca; la suerte de quien la encuentra.