Jamás alcanzarán alturas suficientes
para impedir que salten poblaciones vecinas,
por más que ellos levanten cortantes guillotinas
pagadas con impuestos de gentes inocentes.
Quisieron apartarnos de tantos indigentes
y creando los altos muros de concertinas,
pusieron ventanales, sangrientas sus cortinas,
guardadas por guardianes, de aquellas pobres gentes.
Llegan por oleadas, huyendo de la guerra
unos, otros escapan de distintas miserias,
buscando una existencia que sea justa y digna.
En tanto un vigilante la frontera le cierra,
prestando la obediencia, a gentes primicerias
sin alma ni conciencia...Su proceder me indigna.
¡...Hay amigo poeta! que tristes realidades nos imponen
que inhumano sufrimiento nos obligan a ver,
¿porqué? ... si ayudaran a esos pueblos ellos no necesitarían
exponer sus vidas y nosotros no seríamos culpables
de sus heridas, de su hambre y de su muerte.
Pero Europa sólo quiere sus riquezas.
Excepcional poema .
Un abrazo fraterno.
Isabel Morión
Estimado Roberto, un poema excelente
donde esta realidad nos llena de horror
y más por tener que verla día a día.
Gracias por haberlo compartido.
Un abrazo.
Antonia.
Un poema... ¡ Que mágica manera de decir que estoy presente !
Estimado Roberto, qué gran poema,
y cuanta pena nos produce saber
que esto está pasando en nuestra tierra.
lo he leido con toda admiración hacia usted.
Un saludito desde mi rincón.
María.