EL I/XII/MMXV
¿Para qué quiero vivir yo tan derecho
me pregunto cada vez que doy la cara,
cada vez que siento ardores en el pecho;
toda vez que esto… en la vida nos separa?
¿Para qué seguir sintiendo aquel despecho
que me daña porque parte en dos el alma
cuando miras solitario el dulce lecho?
Hubo en él ebullición… hoy solo calma.
Un silencio sepulcral rueda en el frío
sedimento que dejaron las miradas…
agoniza el sueño azul en el vacío
y en aquel embrujo, negro… tuyo y mío
que hoy mantiene a nuestras almas separadas
hay un dulce amargo espectro en desvarío.
Yo no esculpo en el sentir de las pasadas
horas lánguidas que hicieron mi destino
soy orfebre del amor y a la nostalgia
que ha quedado bordeando el desatino
la conservo como flor sin elegancia
una pálida ilusión en las rosadas
sensaciones que perdieron el camino.
Yo no quiero hilar tu ausencia con mi llanto
ni pretendo ser un roble enmudecido
ni el ciprés que da la sombra al campo santo.
Yo no quiero ser un hombre entristecido.
Quiero estar envuelto siempre en tu fragancia
Y el recuerdo de este amor que se me ha ido
esperar con ansiedad aquel momento
en que el vértice sea uno en la distancia
y clausure lo fatal de este tormento
tener paz y ser de Dios agradecido
cuando lleve este mortal hasta tu estancia.
Carlos Alberto/Gallnnet
Gracias popr leerme.