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¡El desierto blanco de mis azucenas!
El crisol interno les cambia el color,
una voz rosada se lleva las penas
azulado velo envuelve el amor.
A veces reciben las tibias arenas
el pétalo herido que soltó una flor
y las otras flores que no están ajenas
en ese momento pierden su esplendor.
Es inmenso el valle de mis azucenas;
un camino largo hacia el corazón.
Tomo el paño verde de voces amenas,
trinar de aves llevo, cantos de emoción,
crepúsculos rojos dentro de mis venas,
y siembro a mi paso flores de pasión.
Gallnnet
Gracias por leerme
* Soy partidario de aplicar las licencias métricas, para conservar el fluido y la belleza del verso.
Acepto sus amables consejos, que en primer lugar me honran, y en segundo lugar me enaltecen al dignarse ustedes en leer mis insignificantes versos.- Gracias