lo que he sentido estos días,
pero lo quiso la suerte
y me dio mucha alegría.
Ya sé que todo ha pasado,
dentro de nada me olvidas,
pero viví unos momentos
que ya viviera en mi vida.
Los recuerdo uno por uno,
son cosas que no se olvidan.
Mañana, cuando despiertes,
no pensarás tan siquiera
en el amor que te tuvo
este alocado poeta.
¿Para qué?, si es imposible
que podamos estar cerca.
Si jamás entre mis brazos,
he de tenerte, morena.
Mejor no pensar en cosas
que nunca podrán ser ciertas.
¡Ganas de perder el tiempo
y de soñar en la noche!
Ilusiones que se fueron
sólo el Señor sabe adónde.
Pero por unos momentos
juro que volví a ser hombre,
al escuchar tus palabras
que sonaban como acordes;
llenándome de deseo,
como cuando fuera joven.
Tranquila vive, amor mío.
Nada quiero te reproches.
Era un amor imposible…
¡No hay que lamentarse entonces!