Añoranzas

[Julian Lopez]

Desde las montañas se ve el valle
y también el rí­o,
más para allá,
se ve el pueblo donde he nacido.
Sus tierras sembradas de trigo,
y sus campos repletos de olivos.

Viejo pueblo de Castilla,
por tus calles y por tus casas
parece que el tiempo no pasa.

Cómo cuando era niño, los viejos se siguen
sentando a tomar el sol en la plaza.
Las mujeres van a la iglesia
al oí­r las campanadas,
a rezar el rosario, sin pecado en su alma.

Mientras tanto, los que trabajan
allá en los campos,
levantan la cabeza, mirando al sol
que los abrasa,
y luego la agachan,
porque la tarea es larga.

Viejo pueblo de Castilla, cuanto tiempo
hace que por aquí­,
mi cuerpo no pasa.

Para caminar por tus calles y
sentarme en tus plazas
y, por que no,
para entrar en tus bares
y, tomando un vino, jugar a las cartas.

Y desde sus cristales, ver a sus vecinos
en su tarea diaria.

Y así­, sintiéndome parte de esta tierra amada,
viejo pueblo de Castilla,
hasta tu iglesia, la casa más alta,
mira orgullosa a la montaña
y con sus campanadas la llama.

Ahora emprendo mi camino,
Pero aquí­ dejo mi alma.

[Antonia Pérez Garcí­a]

Estimado Julian... grato recuerdo a nuestra Castilla, entrañable tierra
donde anidan las cigüeñas y el trigo es del color del sol.
¡Precioso poema...!
Un abrazo de Antonia.

[Isa Morion]

Magní­fico Recuerdo a su tierra Castellana,
todo un ejemplo.
Saludos.
Isa.

[Olga San Isidro]

Seguro que es su tierra castellana, pero no se diferencia en nada de mi aldea gallega, ¿o quizás sean nuestros recuerdos, los que las acompasan?