ECHANDO HUMO DE LOS HUESOS
Lo vi, lo vi, cual volcán en erupción!
Y la par del humo que tan majestuoso ascendía al cielo
surgió la incógnita: ¿Quién tu copa llena de sacro liquen?
Y brotó mi llanto con la pena tan virgen del bosque ardiente
cuyas aves ¡ay! engastábanse entre carbones.
Ansí ardió mi propia sabia en la sabia purísima
de aquel día natural, tan triste que contárolos quería:
no como cuentos de hadas, sino, con el arrullo
de los soplos últimos de aquella flora muerta, cuya voz
del indio humilde y cultivo era _¡ay, ante el holocausto
del ecosistema más industrializado de la tierra!:―
¡Un congreso…un ruido nuclear…y un capuz sombrío!
Por eso y por el respeto al indio y a su trabajo primitivo
de tantos verdes, evoco a Tawiskaron:
¡Dios antiguo, perdóname! ¡Soy principiante, inocente soy …!
Sé que sufres por mi culpa silvestre, ¡perdóname otra vez!
Virgísima soy de tanta sabiduría que ya braman
mis huesos medioambientales:
ansí como braman las aras de nuestros ancestros
en................esta..............planta.................bio gas.
Tawiskaron: anterior al hombre. (Dios de la mitología americana, de naturaleza animal y humano, Cazador de animales peligrosos)
Mariluz Reyes Fernández
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