EL ABANDONO, poema de OSCAR PORTELA a GRACIELA MATURO
versionado por JOAN NAVARRO.
L’ABANDÓ , poema de OSCAR PORTELA A GRACIELA MATURO.
El cos m’abandona lentament.
Les cremors de farga de l’estiu.
El tortuós hivern. La recelosa cobra
Del desig oculta al cau.
Els colors minats per l’absència
De la pell renovada en staccato de cada primavera.
L’or en les arenes i el somni, el somni
De qui entra a la presència com a un bosc de
Símbols on tu no hi eres. No és una arca el meu cos.
No és xalupa tan sols: sinistrat per les tempestes
I huracans, sempre en deserts, ¿com podria
salvar alguna cosa del que resta en la memòria d’aquell
Ocell Blau que ahir cantava en les meues finestres?
Ah, porta’m amb tu vers el ponent on res no
Es pon, tramunta l’horitzó, perd-te entre els núvols
més llunyans, albira entre les xifres on tal vegada
Els àngels amanyaguen el silenci de Déu.
Tornaràs a la terra? Tal vegada el pi dreçat en el turó
T’espere com el llamp i l’amor que t’abandona ara
O que mai no vas tenir trobe asil entre les teues branques
Quan l’erm cedeix i als teus ulls torna el lapatxo
A florir serenament.
[Tradución al catalán de JOAM NAVARRO]
EL ABANDONO, de OSCAR PORTELA a GRACIELA MATURO
El cuerpo me abandona lentamente.
Los ardores de fragua del verano.
El tortuoso invierno. La recelosa cobra
Del deseo oculta en madriguera.
Los colores minados por la ausencia
De la piel renovada en staccato de cada primavera.
El oro en las arenas y el sueño, el sueño
De quien entra a la presencia como a un bosque de
Símbolos donde no estabas tú. No es un arca mi cuerpo.
No es chalupa siquiera: siniestrado por las tormentas
Y huracanes, siempre en desiertos, ¿como podría
Salvar algo de lo queda en la memoria de aquel
Pajaro Azul que ayer cantaba en mis ventanas?
Ah, llévame contigo hacia el poniente donde nada
Se pone, traspone el horizonte, piérdete entre las nubes
Más lejanas, atisba entre las cifras donde tal vez
Los ángeles arrullen el silencio de Dios.
¿Volverás a la tierra? Tal vez el pino enhiesto en la colina
Te esperé como el rayo y el amor que te abandona ahora
O que nuca tuviste encuentre asilo entre sus ramas
Cuando lo yermo cede y en tus ojos vuelve el lapacho
A florecer serenamente.
EL ABANDONO, poema de OSCAR PORTELA a GRACIELA MATURO
Moderador: IVAN CARRASCO AKIYAMA
EL ABANDONO, poema de OSCAR PORTELA a GRACIELA MATURO
Oscar Portela
Re: EL ABANDONO, poema de OSCAR PORTELA a GRACIELA MATURO
De Edna Pozzi a Oscar Portela
Entonces, Oscar, mientras tus poemas inician su vuelo vertical (¿a qué extrañas alturas?), yo miro las excesivas hojas caídas de este otoño y pienso que cuando escribo soy apenas una pluma de quetzal, con esos pequeños círculos dorados que con el tiempo se van apagando, toman un color de sangre seca, de inevitable melancolía.
Claro que me dijeron que el poeta "hace palabras" y por eso tan y tan alta es la dignidad de la poesía. Pero hay otros "saberes", así de misteriosos y secretos, que irrumpen en el mar del lenguaje y tornan ilusorio cualquier intento de aproximación. En ese borde peligroso estamos escribiendo y a veces siento el vértigo de la caída. ¿Cuándo y de qué manera la certeza de la exactitud, el encuentro que no es meramente la nostalgia de lo perdido?
Estoy dándote las gracias por tus palabras y la calidez de tu amistad. Siempre tus poemas me con-mueven de un sitio para el otro, como el mar. Estás "sucediendo", Oscar, haciéndote de a ratos inacabable, fluyendo sobre una meseta de dura soledad.
Ahí te estoy acompañando, si me lo permitis. Va un abrazo, un recado para el poeta amigo.
Entonces, Oscar, mientras tus poemas inician su vuelo vertical (¿a qué extrañas alturas?), yo miro las excesivas hojas caídas de este otoño y pienso que cuando escribo soy apenas una pluma de quetzal, con esos pequeños círculos dorados que con el tiempo se van apagando, toman un color de sangre seca, de inevitable melancolía.
Claro que me dijeron que el poeta "hace palabras" y por eso tan y tan alta es la dignidad de la poesía. Pero hay otros "saberes", así de misteriosos y secretos, que irrumpen en el mar del lenguaje y tornan ilusorio cualquier intento de aproximación. En ese borde peligroso estamos escribiendo y a veces siento el vértigo de la caída. ¿Cuándo y de qué manera la certeza de la exactitud, el encuentro que no es meramente la nostalgia de lo perdido?
Estoy dándote las gracias por tus palabras y la calidez de tu amistad. Siempre tus poemas me con-mueven de un sitio para el otro, como el mar. Estás "sucediendo", Oscar, haciéndote de a ratos inacabable, fluyendo sobre una meseta de dura soledad.
Ahí te estoy acompañando, si me lo permitis. Va un abrazo, un recado para el poeta amigo.
Oscar Portela