Hay tantos pensamientos de Heidegger
se columpian, bailan danzas flamencas, con
ojos de aguas saltan de la mano con Nietzsche
en altas cumbres, allí, en Machu Pichu soñado,
alternando, las místicas sensaciones en Paihuano;
se volaron mil rosas rojas casi negras, sueños,
fueron mis tantos símbolos en tantos años,
he vuelto tantas veces del eterno retorno
en la infinita búsqueda, de mi eternidad galáctica;
nuestros tan inspirados versos en Buda, su karma
dándo tanto la mano a Hermann Hesse
buscando el Nirvana y el Samsara
parejas conversadas noches, llenas de enmudecidos
mitos jeroglíficos, escritos en tablas del pasado,
oigo gritos, mi plaza de toros enardecida,
veo Ana Belén del brazo de Zaratustra
perdiendo mis ideas en volúmenes perecibles
y me miro entre muchos charcos de poemas,
cayeron en cascadas rodando de las brasas
de aquél volcán dormido, enfrente de mi casa.
Mi rima fue un eco que rebotó en el yámbico,
de la filosofía zurcó la patria del poeta
le pregunté a Goethe dónde está la felicidad,
apagaron farolas y voláronse las rosas rojas
me sigo preguntando donde estás felicidad, obesionado
el olvido se hace presa, en el no pensar en nada
borrándose el todo, no quedando nada, nada,
retíranse filósofos a pensar en esa nada
y la nada transfórmase en nadeo, nadeando, en la nada misma.
La historia es la prehistoria del presente