Este poema es un homenaje a los héroes de Malvinas.
realizado por una maestra jubilada de la Ciudad de Loberia, Pcia de Bs As.
cuando se erigió el monumento a su conmemoración.
Gladys Blanchard.
Aquí me ven, en la ribera del Quequén
muy cerca de las playas del Atlántico,
soy la Patria sufriente hecha piedra,
envuelta en la bandera, estoy llorando.
¡Vibra la piedra con su dolor de madre!
sostengo un hijo muerto en mi regazo.
A combatir en una absurda guerra,
por demencial delirio fue arrastrado,
Su infancia estaba cerca todavía
cuando lo convirtieron en soldado.
¡ Cuánta Juventud, sangre y coraje
fueron brutalmente derramados!
¡No me arranquen mis hijos ,a ese precio
infinito no quiero los reclamos!
Tengo a mis pies las irredentas islas
que en tiempos de piratas me usurparon,
¡La justicia Divina siempre llega !
esa justicia es la que yo sigo esperando.
Soy demasiado Joven todavía
y sin embargo, ¡he sufrido tanto!
Me flageló otra oscura guerra tenebrosa,
tengo llagas abiertas y sangrando.
¡Recórranme, por favor yo se los ruego!
¡Recórranme a lo largo y a lo ancho !
verán cuántas heridas que yo tengo
por la muerte de otros hijos desolados!
Son heridas de injusticia, de violencia,
de abandono, pobreza y desamparo,
son heridas que aguardan ser cerradas
con verdadero esfuerzo apasionado!
¡ Hay mucho por hacer, por reparar!
¡Tengo tanto territorio abandonado!.
Esta fuente de agua que están viendo
¡Es el reguero de mi llanto derramado!
Pero también tengo luces encendidas
¡Es mi esperanza que los está iluminando!
¡ Hoy convoco a mis hijos al reencuentro!.
¡ Hoy convoco a mis hijos al trabajo!.
Vean en mi extensión, ¡cuanta riqueza!
Dios me ha provisto de todo,¡tengo tanto !
¡ Amarren las voluntades al amor!
¡ Suéñenme, como antes me soñaron!
¡ Pródiga, generosa augusta, grande!
para que pueda renacer brindando,
todo el amor que tengo en mis entrañas,
toda la Paz que están necesitando!
¡ Abran surcos, excaven mis riquezas!
que no quede jamás abandonado
ninguno de los hijos que yo tengo
por todo el territorio dispersados.
Que la LIBERTAD y la JUSTICIA
puedan fundirse en un eterno abrazo,
para que unidos en un solo sentimiento
por siempre permanezcan hermanados.
Solo así coronarán de gloria
la memoria de mis hijos inmolados.
Solo así encontrarán la senda
del futuro promisorio que soñaron.
¡ Vuelvan después a este monumento
que a orillas del Quequén me levantaron
y verán que será, ¡Un profundo gozo
el que haga entonces derramar mi llanto !.
GLADYS BLANCHARD