HOY...

[Olga San Isidro]

HOY

Dejaste miel amarga en mis labios
al besarme tan sólo con deseo,
buscando nada más tu complacencia
pensaste que besabas un trofeo.

No soy yo mujer que así se venda,
ni aún sea por sólo un apaño,
que labios que a mi me enciendan
han de quererme, no hacerme daño.

Llegaste por la noche entre sombras,
viniste a tu manera, enfadado,
buscabas a tu forma sólo un goce
allí donde fuiste muy amado.

Palabras desmentían las miradas
cuando al fin las luces se apagaron,
el deseo primaba en aquellas,
las palabras, de silencio se llenaron.

Creías que mis labios temblarían
al contacto de los dedos de tus manos,
pero algo se rompió en mis adentros
al sentirlos que de mi están lejanos.

El deseo que por ti me atormenta,
cada dí­a lo llevo en mí­ impregnado,
no hay momento ni instante que no sienta
que al quererte, mi alma he ahorcado.

Hoy dejaste miel amarga en mis labios,
al querer entre sombras embriagarme,
sabiendo que era tuya al quererte
buscabas solamente el enredarme.

Hubiese querido darte estrellas,
de esas que al cielo he confiado,
esperando tan sólo una seña,
por ti, ¡cualquier cosa hubiera dado!

Entre sombras te viniste y te marchaste,
al amparo de las luces apagadas,
te llegaste como llegan los cobardes,
y al marchar te llevaste mis entrañas.

[Antonia Pérez Garcí­a]

Querida Olguita, el amor da y quita la esencia de las mejores ilusiones.
pero cuando es tan bien escrito nos deja sabor dulce entre la miel amarga
de los labios. Gracias por compartirlo.
Un beso.
Antonia.

[Marí­a de león]

Olga, amiga poeta, eres de versos hermosos llenos de amor,
y de endulzar los besos aunque sean de hiel.
Gracias por compartir este poema.
un fuerte cariño.
Marí­a.

[Carmen Gutierrez Tamayo]

Creo Olga que has plasmado perfectamente en tu poema, el sentimiento que muchí­simas mujeres hemos sentido alguna vez, al sentirnos utilizadas, el amor hay veces que no nos paga con la moneda que esperamos...

Un placer haber paseado por tus versos.

Un beso

Carmen

[eledendo]

... esa voluntad tuya de cantar el dolor, el deseo y la angustia a un tiempo, es un motivo superior para escribir un poema ancho como el mundo y hondo como es el corazón; bien, amiga, bien; Orión