Poemas

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Moderador: Julian Lopez

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Jorge Lemoine y Bosshardt
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Continúan los poemas, Dios mediante.


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.

MAHOMA

Jorge Lemoine y Bosshardt
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Flores que sonríe la noche

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Flores que sonríe la noche



POEMAS




1.

Amo tus dedos de mimbre que he visto
latir como palomas
y tu silencio sin principio
al que no pude asestar una palabra.
Amaré tus cosas (ya lo sé)
una por una mientras sean,
y amaré tal vez, el quizás odio
con que te nombre a lo mejor mi abandono de mañana.
Te amaré como cumpliendo una lejana
profecía,
te amaré y sabré ese desde siempre
con que se esperan sin saber las
cosas que serían
Amo tus mil quizás con que supongo
tus cosas,
y tu tiempo a la espalda que me duele
porque ahora sé que era una espera
que ignoraba.
Amo tu vida azul que no me has
dicho
la piel de tu voz nunca tocada
y esta duda de todo que te vuelve incierta
Amo tus ojos de luna quemada
y de ombligo y remanso o caracol ausente
Amo el lanzazo o la ternura de tu
dedo que apacigua
tu pelo de tormentas y de olas amansadas.
Y esa dócil entrega en que mis mejores
palabras se hacen tuyas y esta
primera manera de hachar como
un náufrago un muro de silencio.
Amo este rito de mirarte a la distancia
y tu tal vez lateral sospecha de miradas.
Amo el estruendo de silencio
en que te callas
y esta aún lejanía que te acerca y te
hace sueño.




2.

A veces te pienso
dormida
(porque siempre te pienso cosas fáciles)
en una playa cualquiera
lacia como un pájaro
tu boca de gaviota como un puerto vacío
y yo llego
(en los sueños hago lo que quiero)
pienso que tus ojos cerrados se parecen
a redondas flores de silencio
y te los beso
o busco no sé qué polen
en mi ciega sed de zángano
y no te despiertas
y juego entonces
como enjuagándome las manos del mundo
en tu pelo ronco de arena
y te miro la boca
como una gaviota frutal
tu boca lacia en la mansedumbre del
silencio.
Cuando hayas leído esto
sabrás que ni siquiera en sueños
bajo a beberte la sonrisa.




3.

Para tus uñas como olas detenidas
para tus párpados de sepulcro y uva rota
para tus rincones que no descifra el sueño
para tus encías de sandía y tu seno
de miga
para tus dedos de caña y de guitarra
para tu silencio después de tu palabra,
para todas tus maneras que yo ignoro
para las cosas más simples con que eres
para tu olor madurado y tu ensimis-
mamiento
para ellos tengo un sueño, una
palabra y una costumbre que no
empieza




4.

Arrasaré tus territorios de silencio
con teas de alaridos
y amansaré tu hermetismo huraño y temeroso
como inventando contigo algún lenguaje
primero
y esperaré sentado ante tu tierra
como un labriego
Lavaré de sombras tus recodos
y responderé con tu verdad mi incertidumbre,
y ahuyentaré el pájaro de miedo que te
habita para que, niña, llores o
retoces instintiva
Acurrucaré una palabra tierna en tus
zaguanes
enjuagaré una mano en tu pelo
silente
Amamantaré tu silencio que yo mismo
clausuré, y callaré con él,
porque habré arrostrado tu manera y arredrado
tu hermetismo,
y todo será mi país,
como una isla conquistada.
Al pie de tu sangre vertida,
erigiré los momentos de principios,
y ante mi sudor llorado,
blandiré mi tesón que será fervor y devoción
mañana.
Aprenderé a Dios en ti que lo descubres en mis
cosas,
y seremos mutuamente tú,
en un nosotros completado.
Luego diremos el amor y el tiempo,
clavaremos estacas
y las proas desenterrarán las oquedades del
hambre,
gritaremos en las bocas de las catacumbas
y anticiparemos historias.
Tildaremos planisferios,
el beso sedentario aprenderá la ruta
del salvaje y místico calvario
El viento o río blanco se enredará
en las cúpulas de ventisqueros.
Se enrollará como una bandera de la
espera o un primer heraldo del otoño claudicado
correrá un barco de víspera
por la sonora vena,
y la vigilia tendrá un rostro imaginario contra un
puerto.




5.

A veces un viento de soledad me pasa
entre las manos.
y recoge de mis oquedades
esa larga espera y sueño
de aunque sea hacer buches
con las hebras de la brisa.
Es una manera de vejez.
Todo ha quedado
y el polvo
tiene en las cosas olvidadas
la extensión del más acá
después de una última vez.
¡Si las últimas veces se supieran
de verdad
dimitiendo sueños
y cerrando eternamente ventanas
de vigilia!...
Pero es una como todas,
con una espera infinita
que no espera.
Ya nada llegará.
El viento ha muerto
y las manos como hélices
de molinos acalambrados
están tendidas
, árboles mutilados
con rictus dolorosos y de asombro
en las ramas detenidas.
El mar ha bajado
aquí sobre mi arena
de playa con recuerdos que parecen
fantasía
los barcos secos
—que nunca echaron anclas
de renuncia y paz
pero que no auscultarán ya el
pulso de las olas—
los barcos muertos,
las manos
de tanto olvido
que casi ignoran los senderos
de la piel
las manos untadas de silencio y
delirio
que ya no podrán acariciar
que tienen para la caricia
la carraspera hostil
del pan viejo y la madera
y que sin embargo
revolotearán otras frentes
austeras como las vasijas
y aprendidas como la ternura
que mienten
los que ya no pero que deben
amar todavía.




6.

El acoso de mi imagen
te propaga en los
lugares infinitos que te ahuecan
hacia el sueño
un murciélago de sombra
te descifra los suburbios del
miedo.
Donde el paso fatigado claudica
la persecución del infinito
comienza la duda de tus márgenes
y más allá el eco te responde
como un pájaro de diluvios
que averigua tus orillas.

En tus recintos con palomas resumidas
el grito va a buscar sus alas en el
eco
recoge las viejas alas y canta.
Eres sonora de silencio como un templo
y en ti hace casa y puerto mi
palabra.
Un día apoyaré el fuego en la leña
de tus manos.
y la sangre que se alarga y medra
en tus laberintos
tiritará con palomas de campana

De tus dedos de caña humeará
el olor del pasto
como un incienso bueno
y el pelo silvestre
tendrá nudos de agua

Los caracoles de tu oreja
tragarán tormentas
porque desde ellos
tocarás mi alma.
Seremos poco a poco
entre los dos nosotros

y dejaremos el rastro de las veces
que nos morderá la espalda.
Hasta que un día un hijo
de miedo te ensanche el
pensamiento,
y yo apague

(para culminar un
rito)
un dogma de fogata,
y me arranque
el pasado de la
espalda,
y te deje con cenizas en
las manos.
y campanas sin domingos
en las venas.




7.

Desmantelo tus altares
estatua por estatua.
vez por vez

vuelvo un solo antes arbitrario
la historia renegada
Y dejo tu imagen
como sólo un hueco
donde pensar un rostro
nuevo
Pero la noche
recupera
tu rostro de exilio
que merodea
en mi recuerdo sin destierro




8.

Antes de morderte el pelo con las
manos,
lavaré un pájaro de miedo
entre tus dedos.
y acostumbraré
mi silencio a tu silencio
para que baste tu paz
para mi enmimismamiento




9.

Cuando seas apóstata del mundo y yo sea la verdad
cuando desde el pie del alma yo te crezca como un himno
y te desnudes del pagano rito de fingir ante los otros
cuando me hablas con la voz descalza y con los ojos limpios
Cuando tras la espera sin barcos seas capaz de buscarme
abolida la mentira de callar con mil palabras
cuando un imperativo presentido te pregone en la sangre
un índice divino: es la persona esperada.

Entonces amada mía arrasaré tu coraza
mutilaré tus candados y venceré cerrojos
y amansaré con ternura tu marea desbocada
para clavarte mi rostro al otro lado de los ojos.

Y arrodillaré mi voz a tu silencio azul como una estaca
para que amarres tus primeras palabras como barcos
y amordazaremos el mundo que nos gritará por las ventanas
para aprender a callarnos con las manos

Y tus manos de pan y tus manos de gaviota
y las mías roncas de remar en tu mutismo
mitigarán tanta espera clausurada y rota
con esa mansa ternura que nos hará uno mismo

Ã
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.

MAHOMA

Jorge Lemoine y Bosshardt
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Continúan los poemas, Dios mediante.


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.

MAHOMA

Jorge Lemoine y Bosshardt
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Por favor

Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt »

Por favor, ¿me pueden poner en Google, por favor? Por favor.
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.

MAHOMA

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GRACIAS!!!!

Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt »

Gracias al foro por toda la cordialidad y simpatía.


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
Miembro de Honor. Poeta Master
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.

MAHOMA

Jorge Lemoine y Bosshardt
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Inventario de soledad para mi culpa

Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt »

Inventario de soledad para mi culpa



ODAS Y ELEGÃ
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.

MAHOMA

Jorge Lemoine y Bosshardt
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JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
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Presentación

Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt »

Presentación


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT


Jorge Lemoine y Bosshardt (Mendoza, 19 de abril de 1948), poeta y escritor argentino.

Poeta, cuentista y novelista marplatense. Presidente de Honor Vitalicio de la Fundación de Poetas de la Argentina. Premios Jämför y Hämtar de la Orden de Onsladen de la Administración Pública de Suecia, 1996/97, Poesía. Primer Premio Nacional de la Sociedad Argentina de Escritores (S.A.D.E.), Seccional Atlántica, 1997, Poesía. Premio de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires, 1990, Narrativa. Primer Premio de Honor Leonístico Hispanoamericano, Club de Leones de Buenos Aires, 1996, Poesía. Ha publicado enorme cantidad de volúmenes.




JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT EN LA BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE ESTADOS UNIDOS

El libro de poesía del poeta y escritor argentino Jorge Lemoine y Bosshardt "Se pierde mi corazón que te busca", premios Jämför y Hämtar de la Orden de Onsladen de la Administración Pública de Suecia, 1996/97, está en The Library of Congress, las universidades de Texas (Austin), Illinois, Toronto, Tulane, Florida (Gainesville), California (Berkeley y Los Ã
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Jorge Lemoine y Bosshardt
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Vale más vivirnos que pansarnos y hasta equivocarnos que sab

Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt »

Vale más vivirnos que pensarnos y hasta equivocarnos que saber



POEMAS




1.

Escucha esta oración de siete versos
semana de amor desde un domingo solo en que rogaba:
Dios mío si llega sabré que es ella y podré decirle tú
tiene la cara que tendrá, la que en este día,
mañana no ignoraré
Señor dame una llave para romper
el candado de mi silencio, de mi noche,
de mi tristeza circular que me anilla
como el vacío que ocupo.
Lunes de ilusión, de buscar mi sueño
en mis preguntas
de evitar mi piel por temor de despertar
martes de amor supremo de palabras
de piel de temor inmenso de convicción
tan fuerte como el amor sentido
Miércoles de pendiente, de alud
de involuntad de piedra
de escombros en los diques
de riendas mutiladas
de amor crecido de alma hinchada
y ajustada contra el abrazo de
donde cabe.
Jueves de embarazo de amor de corazón
inflado, de ruego, de amarte
más que ayer de muros superados
de martes insignificante
de miedo de mañana
Viernes de hondura de lágrimas
de miedo de tu primera palabra
de ahogo en la garganta de
mil palabras rengas de voluntad
ficticia sábado débil de los dos
gastados de los dos inmensos de Domingo
con cruces de Iglesias con los dos.




2.

Desde tus veredas,
mis manos contemplan
tus olas y tus arboledas
Y sobre ti resbalan
remedando tus playas.
Tienes el sonido mismo de los ecos
de las caricias con que ya te acaricié.
Voy comprobando tu realidad
y presiento tus confines;
y sé cómo continúas desde donde en ti yo estoy
Y como un ciego leo
la ene de tus pechos
y leo como un ciego
la u de tus misterios
donde tus páginas convergen.
Y tus costillas rimadas
Y tu pelo ordeñado
y nuestras manos disueltas.




3.

Allí donde mis pasos estrellan un
cielo vacío, en ese techo
perforado de intemperie de
tacones

Quererte es fácil como amar
porque si amo eres querida
porque si vivo amo
y porque amarte es la vida de mi vida.

Cuando partes de mi lado, llegas
porque vuelves en la idea y ella en ti
vuelves desde el sueño no soñado o voy
al sueño
se despierta
el despertar en que despierto
fui

Tengo el alma perforada que se me
vacía




4.

Yo lamía los ojos del silencio
como un ciego manosea las estrellas
todo lo acariciaba
y el perro azul de tu cabeza
y pasaba los ojos por la lengua del silencio
para lavarme la vida con estrellas
Y el perro azul de mi silencio
se comía el perro azul de tu cabeza
Todo lo entendía
como un ciego
pero luego vinieron las cosas sin certeza
entonces el silencio que cerró los ojos
y el ciego abierto por afuera
con todo el vientre de cerrojos
midiéndome la vida en tu cabeza.
Mal perro azul de mi silencio
le crecieron estrellas
Y entonces la poesía y el perro azul
de tu silencio
pasándome la lengua por la lengua.




5.

Somos hermosos como los rinocerontes
como las hormigas y como las águilas
porque tenemos ojos para nosotros;
y lo seríamos como los hombres
si en vez de pensar el amor nos
lamiéramos con las manos.




6.

Sabemos que no somos
ninguna de las palabras
que nos decimos
vivimos más atrás de nuestros acuerdos
mirándonos desde las heridas
qué certeza tiene un ciego
de que el otro también lo está?
Y un día
después de tantos acechos
después de habernos
después de habernos parapetado detrás de
las palabras
abarcamos la certeza
como a los sueños
y nos sentamos juntos
juntos al silencio
convocados a todas las cosas
y tal vez tengamos las palabras para decir
que la fe que nos viene
después de habernos desconfiado
nos vive mucho más.




7.

Si piensas que a veces
que lo que te escribo
no lo he escrito para ti
No pienses eso
este cuaderno
terminará diciendo
que me perdones por no
habértelo dedicado.




8.

canción de doce teclas
pero rosario infinito
reloj en que viajan mis
besos de agujas




9.

si hay una soledad para que yo esté solo
necesita el espacio que ocupas para estar




10.

Un día, de tu carne gritada amaneceremos.
Yo te lameré el dolor para sentirme menos inútil.




11.

Mis dedos silabean cada momento
de la hora de tu cuerpo




12.

Vivir somos esto.

desollados como la harina




13.

Sentí que el perdón era un regalo gratuito y libre




14.

La baba de tu mirada se adhiere
a mis gotas como el musgo.
y siento que entre las paredes del
viento están tendidas las telarañas
del viento y yo me freno en ellas
y en mi espalda se precipita
la hora del escalofrío
en el agua de la boca
ronronean aún las olas
que imprimió tu beso
en las manos socavadas
se acurruca la cúpula del
vacío y en su concavidad
chapotean las alas de tus
manos que se desmoronan.
Aún me abrazas
El frío endurece los muros
de su vientre con un hueco
como yo
En alguna parte de mí
aún tu piel me moja
de mi piel.
Una llamarada de viento
me inunda al respirar
Se destiñe el humo de tu
imagen con el viento
a veces cae una piedra
de silencio en mi mente
de agua y una tajada
de cebolla de ondas me
aturde
y se enredan en mi
voz las pelusas de mi
ronquera.
Y tus manos restauran
la imagen de tus manos




15.

Como un desaforado labriego
enterré mis palas en los surcos
de este cuaderno.
He ido despejando el cardo
peinando la tierra
la encía fecunda
la cabellera vacía
soplando en la fragua del delirio
hasta hacer saltar la espiga.
Éste es mi pan
mi harina enamorada
mi sudor de anhelos que te buscan
mujer ecuatorial
templo definitivo
altar de la fertilidad
A veces el silencio
a veces ciertas fotos viejas
arqueológicos naufragios
como sarmientos
mordían el arado infatigable
de mi lengua.
Esta siembra insucumbible
no teme la agresión de la pezuña
pueden invadirla los dientes del olvido
puede intentarla el fuego y el rumbo
lóbrego del pus
no hay silencio para el verso escrito
si ha pasado por tus ojos
por la siega de tu mente
por la molienda vigilante de tu alma.
Yo no quiero tener nombre de poeta
prefiero llamarme jardinero
pastor de rosas
timonel de savia
No hay en estas húmedas colinas
de papel, una sola piedra de aridez,
El sumergido mineral es todo de campanas.
No hay un solo fusil bajo la tierra
porque éste es mi prado de amor
mi arsenal de palomas
para tus ojos y tu sonrisa.
Ahora bien, mi pequeño horizonte
Amiga de mis horas lejanas
Es posible que los cuervos
del tiempo, los gusanos
tenebrosos que a veces
tenemos en el subsuelo de nuestra
memoria, pasen
a dimitirnos, a esparcirnos, a disipar
la semilla a barrernos con uñas
de huracán enfurecido.
Es posible que se desaten de
lejanas cumbres, desde destejida
nieve de recuerdos, algunos rostros
que traemos puestos, y que el agua
turbia del hastío alague nuestros
campos de besos y de veneración
trasnochada. Por ésas y por todas
las otras muertes posibles que
podrían sumergirnos yo quiero
dejar un dolmen eterno
para todas las expediciones
para todos los testimonios
para obligar los astros perezosos;
y ese monumento indemolible
lleva nuestros nombres y el del amor
en este cuaderno que es una
nave para todos los diluvios.
Así, tal vez para siempre
el talón de la atmósfera
será una lámpara custodia
para que no se nos echen encima
las escobas de la nada y nos sumerjan.




16.

Ser poeta es muy fácil
hace falta una distancia
una imagen que a veces
confundimos con la almohada
Hacen falta muchos besos
en la boca solitaria
y el silencio desnudo
acostado en nuestra cama
Es aún mucho más fácil
si se posa en la ventana
una paloma perdida
o una trémula guitarra
Se necesita una hoja
que se parezca a una sábana
y después cerrar los ojos
y arrojarlos en el alma
Y empezar a dibujar
con silencios o palabras
los caminos de los dedos
por el cuerpo que nos falta
Hay que estar enamorado
por eso hay pocos poetas
la poesía no se atrapa
con ávida red de letras
Hace falta algo de rezo
vivir con el sueño alerta
llorar al ver una rosa
y andar desnudo en la guerra
Si esto no da resultado
se compra un libro cualquiera
la poesía está en los ojos
del que pasa a recogerla




17.

Enjuago mis caricias en chorros de tu pelo
y vuelco mis ojos en los tuyos visitados
y digiero tu mirada que navega en mí
tu mirada navegada por mis ojos navegados.

Mis manos son una memoria donde habita el eco
de la historia de tu cuerpo que
vivirá de nuevo
Mis manos; ¡Gracias a mis manos por mías y por tuyas!

Qué triste su ceguera o el silencio de
tu piel en mis dedos
yo remedé el labio del aire que te besa
fui vendando tu contorno
copiando tus costas como un río.
y averigüé tu espuma de miga,
dragando en tu piel, como en un pan




18.

La historia te traspone por la vez
ojo viajado
el silencio se desboca a tu costado
como un mar de música vacía.
Después
la senda te regala el todavía
pero te aturden tus cauces por adentro
y la gente que es feroz ojos atrás
(como si Dios fuese verdad sólo en los templos
y la verdad no fuera de verdad.)
Te agregas a las cosas
todo tiene el sabor que tú le existes
y te rompes los dedos masticando sombras
y las sombras te embisten
por tus calles rojas.

Yo no puedo andarte la locura
no puedo ser el testigo, nadie tiene testimonio
pero puedo decir aquí los otros
una manera de tantear el nunca
y morir de siempre por los ojos.




19.

a veces arrastro mi sombra como una es-
tela inevitable. Pero ella no me pesa.
a veces la sigo. y la empujo
como las sombras simultáneas de la
luz.
ni se demora ni me arrastra
es la más constante conmigo.
es como comprobar mi cuerpo
porque yo la emito.
aunque nunca la sentí
aunque nunca me dolió.
Ella determina el rumbo de los pasos
porque los huye simultánea de sus
voces.
nadie podría
tropezar con
ella
ni tomarla
como a una
bandera ni
como a un harapo
es blanda como el
frío que denuncia todos los
contornos
porque es siempre como una mera forma
apoyada sobre las cosas
o una presencia tácita u olvidada
a veces me fijo en ella y me sorprenden
los contornos de su charco
las riberas
Un siempre perro mi siempre
esclava.
acorralada como el agua entre las
costas
que
segregan
los faroles
Un siempre perro mi siempre
esclava.
y cuando no hay leña para anclar el fuego
mi siempre ángel
cuando la noche aturde
y ella puede ser cualquier eco
de mi cuerpo
y está condenada al según
de la primera espada de la noche.
Ahora que es totalmente tácita
es sólo la posibilidad de comprobarla
Mañana quizá para que no sangre
me detendré.
Hora que es totalmente tácita
es sólo la posibilidad de comprobarla
porque sé que un día acabará mi
sombra y yo no podré saberlo.
mañana me detendré para que quizás no sangre
quizá sola en ese silencio donde no puedo
recoger sus gotas.
Quién pudiera con un árbol de luz
empuñar el pájaro de la sombra
y acariciarla por tanta compañía.




20.

El silencio se solidifica con la cercanía de mi perfecto
espacio.
Lo tengo como un gesto en mi frío,
como un sabor en mi sangre
como un perfume en los intersticios de mi alma
como un naufragio nuevo que ocupó mis bodegas.
Ya me he acostumbrado a él como a una piel
Nadie viene a tocarme, ¿o es que mi piel ha
enceguecido?
Pongo mi oído en los muros de mí que no
sé dónde están y comprendo mi muerte
insuficiente. mi sola existencia de conciencia
mi noche achatada contra mis ojos
que dan para las cosas lo mismo que
mi alma
me falta un espacio
y me invade el miedo de que me sorprenda
una mano no perdida
o un ojo Recuperado. Puedo viajar vertigino-
Mi Reencarnación. samente y el tiempo
me esquiva como
a una reliquia de la eternidad.
Hace un rato. ¡pero cómo! Ahora comprendo
Cuando se consuma mi conciencia
que se gasta en senderos sin horas
y quede una brasa inmediata de cenizas
entonces pensaré, sólo mi presente
aunque sea de recuerdos.
y habré perdido mi conciencia
porque me faltará una para pensar
que pienso.
la perspectiva de un túnel se disuelve
en mi mente
Mi presente se deshilacha hasta como
una cebolla que se desencierra hasta que
no queda.....




21.

Como la tácita sangre de la
hostia
como el lenguaje mudo de los ojos
como un mundo que embaraza las
palabras,
porque las olas rompen en mi corazón amordazado
y mi alma es un mango que la tristeza
empuña
porque te aprietas como un párpado
y el mundo agoniza de silencio
porque me empalaga el vacío
que se me infla dentro
cuando pienso en que pudieras no llamarme con tu tú
cuando pienso
con miedo en no haber sido yo
estás en mi alma de pupila como
tu observado
y yo sé que alguien te mira como
yo te miro
(pero sé que aunque te mire yo te miro
más)

Porque tú eres tú y puedo decirte tú
Porque lo ocupas como él habita mi
llamarte
Tengo fe en ti luego de dioses vanos
y elevo mi oración de tu nombre a ti
que eres tú




22.

Para mí eres pequeña como dos instantes
como dos palabras tan sólo que hemos dicho
pero tienes el tamaño de mi vida
porque hoy siento que por esos dos momentos
he vivido.

Eres pequeña como un solo parpadeo
mas el eco de tus ojos dejaste en mi recuerdo
Y eres ínfima como una semilla
mas tienes en mí la extensión de un bosque inmenso

Eres pequeña en mí y grande también,
pequeña porque cabes en sólo dos encuentros
pero extensa como una llama débil
caída en un prado paja y yuyos seco.

Por eso eres pequeña como el sol visto de lejos
y enorme como claro en el desierto sin reparo
simple y chica como una estaca chica
y grande cual su sombra con la luz sobre
un costado.

Eres tan grande que aunque ni has empezado
me parece que yo he sido para llegar a hoy
y siempre te recuerdo cuando miro una fogata
que sopla su luz hasta donde no alcanzo a
ver yo.

Así eres tú como todo eso que digo
como una gota en la boca de mi sediento
o como una vasija de donde desbordaría
mi amor que si comparo con el mar

parece el mar y éste una gota y sólo eso.




23.

Oración por mí:
padre nuestro
que estás en los cielos
que estás a mi lado,
porque estoy con ella
que no recé un día.
señor, ¡no se fuera!
Que no grité un día:
no seas todo en la
altura,
Vuelve a existir en la
tierra
Hijo tuyo que estoy en la
tierra
que rezo que lloro,
que estás en los cielos
que ruego tu infinitud
eterna




24.

oración por nosotros:
padre nuestro
que trajiste el cielo
a un instante de los dos
que hiciste el puño entreabierto
de un pesebre
con sus tablas y sus clavos
que tomaste el amor
de un martillo
para injertar
nuestra algún día
carne dividida
con el abrazo perpetuo
y duro de los muros
elevados
no dejes caer nuestra
unidad de cuna
en el suelo de los solos
clavos y tablas
de las manos vacías, o peor
no queridas llenas.




25.

Tus manos llegan con espuma para mis costas
como las palomas de las olas asustadas del mar
como las manos que huyen de los hombros en un ruego.
¡Quédate con mis manos!
y la nieve se desmorona desde mis muros llena de ojos viejos
para que inaugures mis paredes viejas como las playas
pero nuevas tras cada ola.
Así nunca recuerdo tus manos.
Ellas llegan por primera vez cada vez.
Tus manos llegan como la dentadura fundida de los pianos
a avisarme mis contornos.
como la música me comprueba mis oídos.




26.

Tu frente como un altar de música
risco de vientre, proa o techo de fruta
y mientras un bostezo de música caliente
nieva a mi alma como un último velo
a esa hora sin culpas y sin manos
llena de ojos sin mirada de rostros sin rostros
a esa hora en que acuden como arroyos
revertidos
las horas que oraron;
tu vientre, tu vientre de faro, de reloj,
de cerradura y de campana
con los ecos lejanos del rojo campanario
con las alas alertas de campana entre las
páginas
con las viejas olas guardadas
que rompieron de violines tras los arietes
encallados
tu vientre de bodega y sótano
de caracol y pájaro
de incienso profundo entre la hiedra
heraldo y soldado de la gruta
tu vientre de la música coagulada
del agua enmaderada
del agua derretida
de la música derretida a la hora
de empezar a esperar
y de llenarse los ojos de perfume
como antiguos altares de templos recónditos
adormecidos de rito y pulso de pájaro.
tu vientre y tus manos
tus manos de puñado de piano
de candelabro de lana o miga
con rumbo de guitarra
y ya ahora toda tú
viejo crucifijo de fe
ya no volveré a rezar en ti
barco de tantas tormentas de ciego
simplemente
tristemente como a una siempre casa
con ese diario olor a cosa mía
tengo derecho y ganas de llorar por eso no lloro
persigno tu recuerdo
tu hondo recuerdo de cosa que comienza a olvidarse
yo no te olvidaré porque has sido
quedarás en el mismo recuerdo de tantas cosas
y tantas horas y yo mismo dejado,
abandonado de ser
para orar por las tardes de recuerdo infinito
hasta ser el que te ha olvidado.




27.

El tren de la sangre aventa barbotando alas
Yo no puedo amordazar las mil manos
de los borbotones que van a buscarte
Mi conciencia es piel de mis olas
pero a veces




28.

Es más rotundo el silencio
con las voces de los que no están
conmigo.




29.

la oscuridad de tus laberintos va acurrucándose
en tus vértices
simultánea de la voz de mis
antorchas
con el silencio apretado
en los rincones silenciosos
luego yo mismo
recorro tus cenizas




30.

Domingo de hoy de rezar solo
Domingo de Domingo de creer de a ratos
que se alzará tu llamado.
de comprobarte tú, de quererte tú,
de eternizarte en el tú
de llorarte, de rogar: Dios mío ya
no es alguien del mundo, es ella. Ayer quise
su principio y su llegada,
Dios mío, que vuelva.




31.

Gracias por hacerme ser para que me
agradezcas
gracias por agradecerme
y por poder darte las gracias.




32.

Como la tácita sangre de la
hostia
como el lenguaje mudo de los ojos
como un mundo que embaraza las palabras,
porque las olas rompen en mi corazón amordazado
y mi alma es un mango que la tristeza empuña
porque te aprietas como un párpado
y el mundo agoniza de silencio
porque me empalaga el vacío
que se me infla dentro
cuando pienso con miedo en no haber sido yo
en que pudieras no llamarme con tu tú
está un ruego
estás en mi alma de pupila como tu observado
y yo sé que alguien te mira como yo te miro
(pero sé que aunque te mire yo te miro más)
y no quiero gastar en lágrimas,




33.

Porque tú eres tú y puedo decirte tú
Porque lo ocupas como él habita mi llamarte
Tengo fe en ti luego de dioses vanos
y elevo mi oración de tu nombre a ti
que eres tú




34.

Amiga
dejemos la poesía
para los que no tengan la vida
depongamos los nadie
que nos somos
y entrémonos fácilmente
como la soledad.
Démonos las manos
cambiémonos las manos
como antorchas
para explorarnos
para medirnos el nunca con la piel.




35.

Enfrentarnos aquí
(el frente redondo de los ciegos)
Después de todos los caminos
que hicimos en el silencio
habitarnos el tiempo
con un gesto de espacio
Poblarnos esta actitud de manos
con raíces penetradas de altura
dejando la saliva de las horas
en el borde luminoso de los ciegos
Enfrentarnos aquí
mi silencio envainado en tu
garganta
la vida uncida en las palabras
untándonos los ojos de testigos
Enfrentarnos aquí externos a dos
ojos adentro
como el innumerable infinito en los
espejos.
Enfrentarnos aquí
aceptando un rostro para la soledad.
Y el largo miedo
hasta el silencio.




36.

Volcarme por los bordes de la cordura
caer como hormigas que trepan
chorreando la sombra
desviscerada con palabras
vociferar mi silencio
como anchas lanzas de espacio
vivirlo todo con la infatigable infinitud de un verbo
y olvidar
o ya no pensar en todos los hombres que
he sido
redondo en mí
de haberte tragado como a un
túnel
y decir que hasta
asido como un náufrago en tu boca
cruda como el sol como el fuego
encallado en tus dientes
diciendo amor con pájaros calientes
rebalsándome los ojos
que cerraban la locura.




37.

Canta como si fuéramos antiguos

Tal vez preguntes por qué elijo palabras que no se parezcan a sí mismas por qué escribo cosas tal vez incomprensibles como elegir en vez de un rostro, el eco en un espejo. Tal vez me preguntes por qué anudar palabras como eso de tejer colores en los ciegos y hacer largas trenzas que se desatan con sólo tirar de los extremos. Tal vez me preguntes con insultante franqueza por qué desvarío
por qué, y mediando una buena voluntad de entenderme, intento conceptos inasibles, fantasmales abstracciones como son los caóticos absurdos construidos con las cosas más sencillas, simples y cotidianas como el sol o todo lo animal y lo vegetal y mineral. Y por qué no digo nunca amor o tristeza o melancolía
Pues entonces me alegraría de no saber qué contestarte.
Y te seguiría diciendo cosas incomprensibles tanto
como es amar.




38.

Quiero ser dulce como un soldado herido.
Haber delirado en las manos de tu
insomnio.




39.

Entraré en ti hasta el exterminio
las hordas de mi sangre
te confinarán en tus propios rincones
mataré tus rebaños para dar
de comer a mis soldados
De todos los palacios que me sobren
haré lugares para mis caballos
violaré tus cementerios
y te obligaré nuevos Dioses
te comeré las manos y lo que
sobre engordará mis perros
y no me traicionarás ni con veneno en
mi vino
ni cuando duerma la embriaguez
de las orgías.
Afilarás mis espadas y mis lanzas
y curarás con tu polen las heridas
que los tuyos hayan clavado en mis
soldados.
Y luego, manso como un rey
te diré que te he amado mucho.




40.

estoy parado en el
andén del tiempo
me faltaron días
para mi historia
me faltaron los
hechos para
la vida
y veo hundirse
en el innumerable
nunca
la nuca de la vida
y me vuelvo caminando
pisando el vacío que voy




41.

entiendo tu miedo y tu
Algo nos asusta al empezar
a ser trascendentes para alguien

No todas las cosas vuelven a su
origen, tal vez sí en lo absoluto,
pero no siempre en el tiempo.
me basta pensar en mi madre
por eso es aquí, esto no es para
sino por vos; qué tiene que ver eso
del origen, tiene, porque si bien
digo que antes y eso implica bastante
"antes para llegar a hoy" y eso
implica antes pero fundamen-
talmente hoy, y hoy que es un
ahora, un desde y un hasta digo
ahora tú, hasta que tú y desde
nosotros, y éste es el origen de
vos en mí y de que todas las cosas
sean por vos y para siempre

entiendo tu miedo y tu
orgullo. Ni siquiera te lo pregun-
to. Cuento con ellos como
conmigo. Y sobre eso de preguntar
te diré algo que siento sobre las
cosas y sus palabras. Hay algunas
que son retóricas, otras viven más
en el silencio y en el vivir las palabras
más abajo de la piel de las palabras
mismas. Otras son dulces.
Brutal y ferozmente dulces como
te putita o te quiero
o mujer mientras morderte
la boca y muelle muelle
muelle y agua muelle agua
y el mar como un gato cabecean-
do y te quiero y entiendo
tu miedo y envainarme en
vos como un topo ciego redondos
de tan enteros iluminados
con la dulzura de los locos y la
ferocidad de la dulzura. niños
viejos y leones tocándose con
los ojos los astros que nos entran
por el tiempo y como ves todas
las palabras perdidas porque
vale más vivirnos que pensarnos
y hasta equivocarnos que saber.




42.

A noche y rabia
destejo la sal de tu espuma.
otras lunas traerán las olas nuevas.
Para olvidarte me basta encontrarte nueva-
mente.




43.

Buzo a la nada
Naufragario
¿qué es de tu vida? —yo—

El huerto de choqui
ésta es tu tierra
inexorable como una abeja
siembro en tu silencio.




44.

Sólo alguna vez el sueño no pierde el rostro.
Sólo alguna vez el silencio sabe qué palabras.




45.

Tantos tiempos hay en un mismo tiempo,
tiempo de tantas cosas.




46.

El mapa de la felicidad es cualquier
parte
tu mano ecuatorial es la partida
si tú caminas conmigo
puedo fundar rosas con mi pie
puedo enseñarle a adorar a las avispas
averiguar el secreto melodioso
de la cola musical de las ardillas
y si la dibujo con mi dedo y tú sonríes
toda la tierra me regala su sonrisa
contigo puedo ir a cualquier parte
hay un solo país que me intimida
es un sitio cualquiera en que me encuentre
y esté solo con tu lejanía.




47.

De tanto bajar por petrificadas venas
buzo mineral
de tanto recorrer el pasadizo
que conduce a mi memoria
tengo este olor a catacumba
esta mirada de bodega
donde maceran venenos.




48.

Mi convicción de tu presencia tiene
el seudónimo de: tus manos.




49.

todo el secreto de mi silencio
con mi pluma, soñando con un
luego en que me dieras a leer una
carta de amor




50.

mis horizontes comprimidos
los renglones de una prisión




51.

Sobre la tarde
grito mi paloma de plata




52.

No es más elocuente el que dice
sino el que calla y dice que calla.




53.

Los reyes derrotados son más sumi-
sos que los esclavos de siempre.




54.

Hay alguien que no lo sabe aún. Que pasa
tranquilo por delante del espejo
Hay alguien que no sabe que está
muerto
que no sabe que no es ésa su mirada
(que no sabe que le sobra un sueño una
ignorancia)

Hay alguien que puede abrir la puerta
con la misma mano cotidiana
Hay alguien que no sabe la sorpresa
que camina con olor a puñalada.

Hay alguien que lleva entre la carne
una atroz herida hospitalaria
hay alguien que aún no ve la sangre
cayéndosele de las entrañas.

Hay alguien que me mira como siempre
que no entiende mis manos a la espalda
que sospecha unas rosas o claveles
en lugar de la honda cuchillada

Me reconoce pero no me conoce
Sabe que me ha visto cuándo y dónde
Hay alguien que no sabe nada

Yo traigo detenido su reloj en mi bolsillo
Yo traigo su mirada ya apagada

Y un retrato en la mano del cuchillo.

(Es el tuyo, dime cómo he de matarla)




55.

pero yo sí diré que soy un tigre
hermoso y fiero como un tigre

lacio, como un tigre líquido como
una gaviota,
y nos lameré con sombras luminosas
en la piel de las palabras donde
flotarán los hombres.
Y seguiremos diciéndolo todo,
y entre todos los cadáveres que
arrastre la resaca de nuestros
gritos en el flujo que obedecimos
al mundo que se nos sube a
la cabeza como una luna
las algas de mis palabras subsis-
tirán como el agua
para que todos sepan que yo mismo
anduve cantando mi hermosura
de tigre
de la ferocidad de los niños
y del hambre
afeminado y elegante como
una espada y brutal como
un grito descerrajado a un
moribundo

todo lo digo
porque estoy enamorado como un hombre.




56.

Creo en ti.
cuando la luna azuza el mar que
se desnuca
cuando nocturno el corazón de roca
lleva la cuenta de la ola y de la espuma.
Creo en ti,
porque aquietado el mundo
cuando las calles son andenes de sangre
detenida
me sube tu imagen como un eco profundo
de una plegaria nueva día a día
Y aferrado de tu rostro
(qué mano remota tiende el sueño)
resisto como un náufrago
el silencio que empecinan mil gargantas.
Creo en ti porque a la hora del pavor
la sien que se desboca
tasca apaciguada tu perduración sin horas
como el rumor que se afana en el rincón
de un caracol
Creo, sí
creo en ti
y mucho más porque las cosas que me
son el día
tienen tu nombre sin palabra para
recordarte.
En las tardes altas
alto labriego de sangre
el ocaso te intenta
para guardarte
Hoy se pierde mi poesía rota en tu ciudad
callada.
Apenas recuperan las cosas las palabras
pero ¡Qué poco puede tu mano,
decir: tu mano!
Creo en tus manos de pan
en tus dedos sin rumbos
como las cañas dormidos
como los lentos juncos
Porque hoy la mano sola,
la mano hueca
tal vez la espalda de un camino partido,
tal vez una orilla de alguna lejanía
te tiende una espera de agonía
sobre el rastro donde nunca has sido
aunque




57.
NOCTURNO PEDESTAL (ADULTERIO)

No te quiero más le he dicho
y una andanada de dedos aullantes
me han empujado contra la pared
oscura de los mínimos delitos
Pero si hubiera decidido hacer
de mi vida otro instrumento de culto
pavoroso, ir a la guerra tal vez,
hacerme sacerdote empasillado en
conventos insondables, dedicarme a la
sonrisa, sacarle fotografías a la muerte
profesionalizarme en un espejismo
cualquiera, entonces tal vez
escogerían mi nombre entre palabras lustrosas
y desde el héroe al santo desde el mártir
al mentiroso acomodarían mi pedestal de nácar.
Pero el amor es mi bandera mi altar
mi alquimia mi pincel. Por eso soy un
delincuente.




58.

Al entrar, me acometió ese sonoro
hueco de silencio que retumba
en las iglesias. Un fragor de catacumba
se levantaba remoto como un último coro.
Las velas estallaban múltiples en el oro;
reconocí el miedo infantil que me zumba
a veces como el presagio que me sube de la tumba,
de las viejas armas o de los tesoros.
Entonces me debatía como los suicidas.
Los espejos del eco me repetían en las naves;
tuve en mis manos el número exacto de mi vida.
Me acerqué a un santo —cualquier santo—,
y pensé: "Señor, he venido a que me laves".
Se me alargó el suicidio por la sangre, y
me llené de espanto.




59.

Tía, las palabras
dicen lo que el silencio
de ellas guarda, como
la tierra en invierno
teje el secreto de
las semillas nuevas.
Yo le dejo la isla de
mi corazón callado
donde sin lenguaje
madura un canto
de amor infinito
Para usted que fue como
mi madre




60.

La página existe como un abismo imperativo
y sube en mi busca pues mi caída la eleva
y soy un alud por ella y quiero caer.
y sé que dejaré la huella de la huella de tu imagen en mí
y tengo para hacerlo un mar esférico
mi rumbo insabido puede ser cualquiera
mas sé que uno acaba o existe entre la costa y yo
y a veces supongo que son más de uno




61.

Tus ojos como dos redondas flores de silencio




62.

Te levantas como un seno sobre el mundo
Y mi infancia parasita en ti,
como en una pierna
Y yo, leproso de lágrimas
tengo otoño en la tristeza
Y tú llegas, no como un pañuelo,
como una primavera.




63.

Yo acaté mi recodo, me crecí el silencio
Haché todas las cruces de mi cementerio
(ahora no sé dónde rezar)
callé a cada campana
a cada grito maniatado que me fue tu olvido




64.

Al horizonte se le hielan los bostezos
Y mi alma también está nublada y llovida
Por fuera,
dura y fría y valiente como un techo
Y por dentro el cofre de un hogar
donde tu rostro se deforma y se corrige entre las olas
Y cabe con el cadáver de las horas y las cosas,
Con la eterna estación que hay en las tumbas
Burlándose de tu fugacidad de túnel
llorando la brevedad de mi cementerio.




65.

He estado sobre tus cementerios y un poco recé sobre tus tumbas
sin saber qué pasillo de historia huía desfondado hacia la
sombra
Yo ni siquiera apago tus cenizas
tampoco calenté las manos de mi invierno
sobre el gato seco de tus fogatas.
Pero los ojos perdieron el lenguaje
y suplanté las cosas con mis propios rostros.
Abajo de un poco tu ceguera cada día
recogí mi anónimo redondo averiguado
Ahora
porque el sabor de tus mares de música
que yo no he sabido descifrar
pone más acá mi lenguaje de otras razas
Sobre tu lápida inventada en tu memoria
dejo mi canto sucio
tejido como un pájaro extraído de la tierra
con palabras extrañas, que no entiendas.




66.

Esgrimo tu imagen como una antorcha
con que flotar en un mar de tinieblas
hasta que llegue el alba y pueda
soplar sobre las velas.




67.

Abrirte
sobre tu silencio boquiabierto
como los caracoles
sonora de sombras y savia cerrada
en el ventrículo caliente
clavaré mi invasión
como un grito infinito
para poblarte el acecho de tus
ciegos
después. todo después
todo tendrá una palabra
porque somos pobres de silencio




68.

Subiré por la sien de tus
días como un cóndor ciego
hasta despeñarme el deshielo
de tus ídolos
Recojo de mi
estirpe de pasajero
en cada rostro de la historia




69.

ermitaño de silencio
mi estrella es un cerrojo al
infinito
garganta sin oficio
pregunta piedra afuera
de la piedra




70.

las hojas del pájaro reman.
Tu boca es un pájaro
A veces viene viento y sus páginas vibran
Tu boca es un pájaro
tu boca es alas
como una campana herida que tirita y nada
tratando de arrancarse el silencio
tratando de rescatar su voz
que se adhiere como un pájaro volado
tu boca es un pájaro; tengo dos plumas,
que tiritan en mis labios

tu boca es alas, con el gesto rígido del suelo
tu boca está crucificada en el silencio
las alas del pájaro están en un cepo.




71.

el testigo de los ciegos
no tantea entre olas de silencio
y comprende el lenguaje
de los vacíos sin tiempos
a la sombra de las cosas.




72.

De campanas de miel
y tallos de música en el
pelo
de un campanario de
hambre y pozo
en la madera de tu tierra
te busco.




73.

Sabes que llegaré a ti como la lluvia
porque te hablé con nubes de amor en mis palabras.
Creo que el pasto dice que serás él.
Llegará el otoño de agua.




74.

Ya lo ves,
hasta aquí has llegado
—me estabas escuchando desde siempre
tal vez no nací para llegar a escribir
esto, tal vez no tenga importancia
que al empezar tú a leerlo ya estuviera
todo escrito.
Pero te regalé una noche, te hablé
al oído
porque me escuchas mucho más
cuando estoy solo.
hasta aquí has recorrido mi garganta como el camino de las hormigas.
Tal vez quieras saber dónde está
la veta del hormiguero
para echarle el veneno como el padre
Azcárate.
Pues bien el hormiguero está en mi
alma. (aprendo a creer en las palabras
que me invento)
[por eso creo en Dios ahora que
lo he inventado]
pero no morirá, ni mis hormigas
porque debería morir yo
pero yo no puedo morir
porque has creído en mí
y tú eres inmortal
porque yo creo en ti
yo que te inventé
cuando descubrí el
amor
y luego te vi caminando por el tiempo
y te quise llamar y no sabía tu
nombre
y me reí por esta costumbre larga
de mi alma
y por ese hábito de ti
sin haber tenido historia.
Ahora quieres saber
qué deberás hacer con el veneno que
te sobra. No te sobra
Debes rodear el mundo de veneno
para que ya no nos alcancen
las hormigas de nadie
Ni todos los jardines. gente absurda
cuando se siente el nosotros.
Y entonces no será prohibido
que nos comamos la sonrisa de las
flores,
que nos comamos todas las flores de
la tierra
y que reventemos de gordos
y después que lo hayamos
comido todo
nos muramos de hambre

pero juntos


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.

MAHOMA

Jorge Lemoine y Bosshardt
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Vale más vivirnos que pansarnos y hasta equivocarnos que sab

Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt »

Vale más vivirnos que pensarnos y hasta equivocarnos que saber



POEMAS




1.

Escucha esta oración de siete versos
semana de amor desde un domingo solo en que rogaba:
Dios mío si llega sabré que es ella y podré decirle tú
tiene la cara que tendrá, la que en este día,
mañana no ignoraré
Señor dame una llave para romper
el candado de mi silencio, de mi noche,
de mi tristeza circular que me anilla
como el vacío que ocupo.
Lunes de ilusión, de buscar mi sueño
en mis preguntas
de evitar mi piel por temor de despertar
martes de amor supremo de palabras
de piel de temor inmenso de convicción
tan fuerte como el amor sentido
Miércoles de pendiente, de alud
de involuntad de piedra
de escombros en los diques
de riendas mutiladas
de amor crecido de alma hinchada
y ajustada contra el abrazo de
donde cabe.
Jueves de embarazo de amor de corazón
inflado, de ruego, de amarte
más que ayer de muros superados
de martes insignificante
de miedo de mañana
Viernes de hondura de lágrimas
de miedo de tu primera palabra
de ahogo en la garganta de
mil palabras rengas de voluntad
ficticia sábado débil de los dos
gastados de los dos inmensos de Domingo
con cruces de Iglesias con los dos.




2.

Desde tus veredas,
mis manos contemplan
tus olas y tus arboledas
Y sobre ti resbalan
remedando tus playas.
Tienes el sonido mismo de los ecos
de las caricias con que ya te acaricié.
Voy comprobando tu realidad
y presiento tus confines;
y sé cómo continúas desde donde en ti yo estoy
Y como un ciego leo
la ene de tus pechos
y leo como un ciego
la u de tus misterios
donde tus páginas convergen.
Y tus costillas rimadas
Y tu pelo ordeñado
y nuestras manos disueltas.




3.

Allí donde mis pasos estrellan un
cielo vacío, en ese techo
perforado de intemperie de
tacones

Quererte es fácil como amar
porque si amo eres querida
porque si vivo amo
y porque amarte es la vida de mi vida.

Cuando partes de mi lado, llegas
porque vuelves en la idea y ella en ti
vuelves desde el sueño no soñado o voy
al sueño
se despierta
el despertar en que despierto
fui

Tengo el alma perforada que se me
vacía




4.

Yo lamía los ojos del silencio
como un ciego manosea las estrellas
todo lo acariciaba
y el perro azul de tu cabeza
y pasaba los ojos por la lengua del silencio
para lavarme la vida con estrellas
Y el perro azul de mi silencio
se comía el perro azul de tu cabeza
Todo lo entendía
como un ciego
pero luego vinieron las cosas sin certeza
entonces el silencio que cerró los ojos
y el ciego abierto por afuera
con todo el vientre de cerrojos
midiéndome la vida en tu cabeza.
Mal perro azul de mi silencio
le crecieron estrellas
Y entonces la poesía y el perro azul
de tu silencio
pasándome la lengua por la lengua.




5.

Somos hermosos como los rinocerontes
como las hormigas y como las águilas
porque tenemos ojos para nosotros;
y lo seríamos como los hombres
si en vez de pensar el amor nos
lamiéramos con las manos.




6.

Sabemos que no somos
ninguna de las palabras
que nos decimos
vivimos más atrás de nuestros acuerdos
mirándonos desde las heridas
qué certeza tiene un ciego
de que el otro también lo está?
Y un día
después de tantos acechos
después de habernos
después de habernos parapetado detrás de
las palabras
abarcamos la certeza
como a los sueños
y nos sentamos juntos
juntos al silencio
convocados a todas las cosas
y tal vez tengamos las palabras para decir
que la fe que nos viene
después de habernos desconfiado
nos vive mucho más.




7.

Si piensas que a veces
que lo que te escribo
no lo he escrito para ti
No pienses eso
este cuaderno
terminará diciendo
que me perdones por no
habértelo dedicado.




8.

canción de doce teclas
pero rosario infinito
reloj en que viajan mis
besos de agujas




9.

si hay una soledad para que yo esté solo
necesita el espacio que ocupas para estar




10.

Un día, de tu carne gritada amaneceremos.
Yo te lameré el dolor para sentirme menos inútil.




11.

Mis dedos silabean cada momento
de la hora de tu cuerpo




12.

Vivir somos esto.

desollados como la harina




13.

Sentí que el perdón era un regalo gratuito y libre




14.

La baba de tu mirada se adhiere
a mis gotas como el musgo.
y siento que entre las paredes del
viento están tendidas las telarañas
del viento y yo me freno en ellas
y en mi espalda se precipita
la hora del escalofrío
en el agua de la boca
ronronean aún las olas
que imprimió tu beso
en las manos socavadas
se acurruca la cúpula del
vacío y en su concavidad
chapotean las alas de tus
manos que se desmoronan.
Aún me abrazas
El frío endurece los muros
de su vientre con un hueco
como yo
En alguna parte de mí
aún tu piel me moja
de mi piel.
Una llamarada de viento
me inunda al respirar
Se destiñe el humo de tu
imagen con el viento
a veces cae una piedra
de silencio en mi mente
de agua y una tajada
de cebolla de ondas me
aturde
y se enredan en mi
voz las pelusas de mi
ronquera.
Y tus manos restauran
la imagen de tus manos




15.

Como un desaforado labriego
enterré mis palas en los surcos
de este cuaderno.
He ido despejando el cardo
peinando la tierra
la encía fecunda
la cabellera vacía
soplando en la fragua del delirio
hasta hacer saltar la espiga.
Éste es mi pan
mi harina enamorada
mi sudor de anhelos que te buscan
mujer ecuatorial
templo definitivo
altar de la fertilidad
A veces el silencio
a veces ciertas fotos viejas
arqueológicos naufragios
como sarmientos
mordían el arado infatigable
de mi lengua.
Esta siembra insucumbible
no teme la agresión de la pezuña
pueden invadirla los dientes del olvido
puede intentarla el fuego y el rumbo
lóbrego del pus
no hay silencio para el verso escrito
si ha pasado por tus ojos
por la siega de tu mente
por la molienda vigilante de tu alma.
Yo no quiero tener nombre de poeta
prefiero llamarme jardinero
pastor de rosas
timonel de savia
No hay en estas húmedas colinas
de papel, una sola piedra de aridez,
El sumergido mineral es todo de campanas.
No hay un solo fusil bajo la tierra
porque éste es mi prado de amor
mi arsenal de palomas
para tus ojos y tu sonrisa.
Ahora bien, mi pequeño horizonte
Amiga de mis horas lejanas
Es posible que los cuervos
del tiempo, los gusanos
tenebrosos que a veces
tenemos en el subsuelo de nuestra
memoria, pasen
a dimitirnos, a esparcirnos, a disipar
la semilla a barrernos con uñas
de huracán enfurecido.
Es posible que se desaten de
lejanas cumbres, desde destejida
nieve de recuerdos, algunos rostros
que traemos puestos, y que el agua
turbia del hastío alague nuestros
campos de besos y de veneración
trasnochada. Por ésas y por todas
las otras muertes posibles que
podrían sumergirnos yo quiero
dejar un dolmen eterno
para todas las expediciones
para todos los testimonios
para obligar los astros perezosos;
y ese monumento indemolible
lleva nuestros nombres y el del amor
en este cuaderno que es una
nave para todos los diluvios.
Así, tal vez para siempre
el talón de la atmósfera
será una lámpara custodia
para que no se nos echen encima
las escobas de la nada y nos sumerjan.




16.

Ser poeta es muy fácil
hace falta una distancia
una imagen que a veces
confundimos con la almohada
Hacen falta muchos besos
en la boca solitaria
y el silencio desnudo
acostado en nuestra cama
Es aún mucho más fácil
si se posa en la ventana
una paloma perdida
o una trémula guitarra
Se necesita una hoja
que se parezca a una sábana
y después cerrar los ojos
y arrojarlos en el alma
Y empezar a dibujar
con silencios o palabras
los caminos de los dedos
por el cuerpo que nos falta
Hay que estar enamorado
por eso hay pocos poetas
la poesía no se atrapa
con ávida red de letras
Hace falta algo de rezo
vivir con el sueño alerta
llorar al ver una rosa
y andar desnudo en la guerra
Si esto no da resultado
se compra un libro cualquiera
la poesía está en los ojos
del que pasa a recogerla




17.

Enjuago mis caricias en chorros de tu pelo
y vuelco mis ojos en los tuyos visitados
y digiero tu mirada que navega en mí
tu mirada navegada por mis ojos navegados.

Mis manos son una memoria donde habita el eco
de la historia de tu cuerpo que
vivirá de nuevo
Mis manos; ¡Gracias a mis manos por mías y por tuyas!

Qué triste su ceguera o el silencio de
tu piel en mis dedos
yo remedé el labio del aire que te besa
fui vendando tu contorno
copiando tus costas como un río.
y averigüé tu espuma de miga,
dragando en tu piel, como en un pan




18.

La historia te traspone por la vez
ojo viajado
el silencio se desboca a tu costado
como un mar de música vacía.
Después
la senda te regala el todavía
pero te aturden tus cauces por adentro
y la gente que es feroz ojos atrás
(como si Dios fuese verdad sólo en los templos
y la verdad no fuera de verdad.)
Te agregas a las cosas
todo tiene el sabor que tú le existes
y te rompes los dedos masticando sombras
y las sombras te embisten
por tus calles rojas.

Yo no puedo andarte la locura
no puedo ser el testigo, nadie tiene testimonio
pero puedo decir aquí los otros
una manera de tantear el nunca
y morir de siempre por los ojos.




19.

a veces arrastro mi sombra como una es-
tela inevitable. Pero ella no me pesa.
a veces la sigo. y la empujo
como las sombras simultáneas de la
luz.
ni se demora ni me arrastra
es la más constante conmigo.
es como comprobar mi cuerpo
porque yo la emito.
aunque nunca la sentí
aunque nunca me dolió.
Ella determina el rumbo de los pasos
porque los huye simultánea de sus
voces.
nadie podría
tropezar con
ella
ni tomarla
como a una
bandera ni
como a un harapo
es blanda como el
frío que denuncia todos los
contornos
porque es siempre como una mera forma
apoyada sobre las cosas
o una presencia tácita u olvidada
a veces me fijo en ella y me sorprenden
los contornos de su charco
las riberas
Un siempre perro mi siempre
esclava.
acorralada como el agua entre las
costas
que
segregan
los faroles
Un siempre perro mi siempre
esclava.
y cuando no hay leña para anclar el fuego
mi siempre ángel
cuando la noche aturde
y ella puede ser cualquier eco
de mi cuerpo
y está condenada al según
de la primera espada de la noche.
Ahora que es totalmente tácita
es sólo la posibilidad de comprobarla
Mañana quizá para que no sangre
me detendré.
Hora que es totalmente tácita
es sólo la posibilidad de comprobarla
porque sé que un día acabará mi
sombra y yo no podré saberlo.
mañana me detendré para que quizás no sangre
quizá sola en ese silencio donde no puedo
recoger sus gotas.
Quién pudiera con un árbol de luz
empuñar el pájaro de la sombra
y acariciarla por tanta compañía.




20.

El silencio se solidifica con la cercanía de mi perfecto
espacio.
Lo tengo como un gesto en mi frío,
como un sabor en mi sangre
como un perfume en los intersticios de mi alma
como un naufragio nuevo que ocupó mis bodegas.
Ya me he acostumbrado a él como a una piel
Nadie viene a tocarme, ¿o es que mi piel ha
enceguecido?
Pongo mi oído en los muros de mí que no
sé dónde están y comprendo mi muerte
insuficiente. mi sola existencia de conciencia
mi noche achatada contra mis ojos
que dan para las cosas lo mismo que
mi alma
me falta un espacio
y me invade el miedo de que me sorprenda
una mano no perdida
o un ojo Recuperado. Puedo viajar vertigino-
Mi Reencarnación. samente y el tiempo
me esquiva como
a una reliquia de la eternidad.
Hace un rato. ¡pero cómo! Ahora comprendo
Cuando se consuma mi conciencia
que se gasta en senderos sin horas
y quede una brasa inmediata de cenizas
entonces pensaré, sólo mi presente
aunque sea de recuerdos.
y habré perdido mi conciencia
porque me faltará una para pensar
que pienso.
la perspectiva de un túnel se disuelve
en mi mente
Mi presente se deshilacha hasta como
una cebolla que se desencierra hasta que
no queda.....




21.

Como la tácita sangre de la
hostia
como el lenguaje mudo de los ojos
como un mundo que embaraza las
palabras,
porque las olas rompen en mi corazón amordazado
y mi alma es un mango que la tristeza
empuña
porque te aprietas como un párpado
y el mundo agoniza de silencio
porque me empalaga el vacío
que se me infla dentro
cuando pienso en que pudieras no llamarme con tu tú
cuando pienso
con miedo en no haber sido yo
estás en mi alma de pupila como
tu observado
y yo sé que alguien te mira como
yo te miro
(pero sé que aunque te mire yo te miro
más)

Porque tú eres tú y puedo decirte tú
Porque lo ocupas como él habita mi
llamarte
Tengo fe en ti luego de dioses vanos
y elevo mi oración de tu nombre a ti
que eres tú




22.

Para mí eres pequeña como dos instantes
como dos palabras tan sólo que hemos dicho
pero tienes el tamaño de mi vida
porque hoy siento que por esos dos momentos
he vivido.

Eres pequeña como un solo parpadeo
mas el eco de tus ojos dejaste en mi recuerdo
Y eres ínfima como una semilla
mas tienes en mí la extensión de un bosque inmenso

Eres pequeña en mí y grande también,
pequeña porque cabes en sólo dos encuentros
pero extensa como una llama débil
caída en un prado paja y yuyos seco.

Por eso eres pequeña como el sol visto de lejos
y enorme como claro en el desierto sin reparo
simple y chica como una estaca chica
y grande cual su sombra con la luz sobre
un costado.

Eres tan grande que aunque ni has empezado
me parece que yo he sido para llegar a hoy
y siempre te recuerdo cuando miro una fogata
que sopla su luz hasta donde no alcanzo a
ver yo.

Así eres tú como todo eso que digo
como una gota en la boca de mi sediento
o como una vasija de donde desbordaría
mi amor que si comparo con el mar

parece el mar y éste una gota y sólo eso.




23.

Oración por mí:
padre nuestro
que estás en los cielos
que estás a mi lado,
porque estoy con ella
que no recé un día.
señor, ¡no se fuera!
Que no grité un día:
no seas todo en la
altura,
Vuelve a existir en la
tierra
Hijo tuyo que estoy en la
tierra
que rezo que lloro,
que estás en los cielos
que ruego tu infinitud
eterna




24.

oración por nosotros:
padre nuestro
que trajiste el cielo
a un instante de los dos
que hiciste el puño entreabierto
de un pesebre
con sus tablas y sus clavos
que tomaste el amor
de un martillo
para injertar
nuestra algún día
carne dividida
con el abrazo perpetuo
y duro de los muros
elevados
no dejes caer nuestra
unidad de cuna
en el suelo de los solos
clavos y tablas
de las manos vacías, o peor
no queridas llenas.




25.

Tus manos llegan con espuma para mis costas
como las palomas de las olas asustadas del mar
como las manos que huyen de los hombros en un ruego.
¡Quédate con mis manos!
y la nieve se desmorona desde mis muros llena de ojos viejos
para que inaugures mis paredes viejas como las playas
pero nuevas tras cada ola.
Así nunca recuerdo tus manos.
Ellas llegan por primera vez cada vez.
Tus manos llegan como la dentadura fundida de los pianos
a avisarme mis contornos.
como la música me comprueba mis oídos.




26.

Tu frente como un altar de música
risco de vientre, proa o techo de fruta
y mientras un bostezo de música caliente
nieva a mi alma como un último velo
a esa hora sin culpas y sin manos
llena de ojos sin mirada de rostros sin rostros
a esa hora en que acuden como arroyos
revertidos
las horas que oraron;
tu vientre, tu vientre de faro, de reloj,
de cerradura y de campana
con los ecos lejanos del rojo campanario
con las alas alertas de campana entre las
páginas
con las viejas olas guardadas
que rompieron de violines tras los arietes
encallados
tu vientre de bodega y sótano
de caracol y pájaro
de incienso profundo entre la hiedra
heraldo y soldado de la gruta
tu vientre de la música coagulada
del agua enmaderada
del agua derretida
de la música derretida a la hora
de empezar a esperar
y de llenarse los ojos de perfume
como antiguos altares de templos recónditos
adormecidos de rito y pulso de pájaro.
tu vientre y tus manos
tus manos de puñado de piano
de candelabro de lana o miga
con rumbo de guitarra
y ya ahora toda tú
viejo crucifijo de fe
ya no volveré a rezar en ti
barco de tantas tormentas de ciego
simplemente
tristemente como a una siempre casa
con ese diario olor a cosa mía
tengo derecho y ganas de llorar por eso no lloro
persigno tu recuerdo
tu hondo recuerdo de cosa que comienza a olvidarse
yo no te olvidaré porque has sido
quedarás en el mismo recuerdo de tantas cosas
y tantas horas y yo mismo dejado,
abandonado de ser
para orar por las tardes de recuerdo infinito
hasta ser el que te ha olvidado.




27.

El tren de la sangre aventa barbotando alas
Yo no puedo amordazar las mil manos
de los borbotones que van a buscarte
Mi conciencia es piel de mis olas
pero a veces




28.

Es más rotundo el silencio
con las voces de los que no están
conmigo.




29.

la oscuridad de tus laberintos va acurrucándose
en tus vértices
simultánea de la voz de mis
antorchas
con el silencio apretado
en los rincones silenciosos
luego yo mismo
recorro tus cenizas




30.

Domingo de hoy de rezar solo
Domingo de Domingo de creer de a ratos
que se alzará tu llamado.
de comprobarte tú, de quererte tú,
de eternizarte en el tú
de llorarte, de rogar: Dios mío ya
no es alguien del mundo, es ella. Ayer quise
su principio y su llegada,
Dios mío, que vuelva.




31.

Gracias por hacerme ser para que me
agradezcas
gracias por agradecerme
y por poder darte las gracias.




32.

Como la tácita sangre de la
hostia
como el lenguaje mudo de los ojos
como un mundo que embaraza las palabras,
porque las olas rompen en mi corazón amordazado
y mi alma es un mango que la tristeza empuña
porque te aprietas como un párpado
y el mundo agoniza de silencio
porque me empalaga el vacío
que se me infla dentro
cuando pienso con miedo en no haber sido yo
en que pudieras no llamarme con tu tú
está un ruego
estás en mi alma de pupila como tu observado
y yo sé que alguien te mira como yo te miro
(pero sé que aunque te mire yo te miro más)
y no quiero gastar en lágrimas,




33.

Porque tú eres tú y puedo decirte tú
Porque lo ocupas como él habita mi llamarte
Tengo fe en ti luego de dioses vanos
y elevo mi oración de tu nombre a ti
que eres tú




34.

Amiga
dejemos la poesía
para los que no tengan la vida
depongamos los nadie
que nos somos
y entrémonos fácilmente
como la soledad.
Démonos las manos
cambiémonos las manos
como antorchas
para explorarnos
para medirnos el nunca con la piel.




35.

Enfrentarnos aquí
(el frente redondo de los ciegos)
Después de todos los caminos
que hicimos en el silencio
habitarnos el tiempo
con un gesto de espacio
Poblarnos esta actitud de manos
con raíces penetradas de altura
dejando la saliva de las horas
en el borde luminoso de los ciegos
Enfrentarnos aquí
mi silencio envainado en tu
garganta
la vida uncida en las palabras
untándonos los ojos de testigos
Enfrentarnos aquí externos a dos
ojos adentro
como el innumerable infinito en los
espejos.
Enfrentarnos aquí
aceptando un rostro para la soledad.
Y el largo miedo
hasta el silencio.




36.

Volcarme por los bordes de la cordura
caer como hormigas que trepan
chorreando la sombra
desviscerada con palabras
vociferar mi silencio
como anchas lanzas de espacio
vivirlo todo con la infatigable infinitud de un verbo
y olvidar
o ya no pensar en todos los hombres que
he sido
redondo en mí
de haberte tragado como a un
túnel
y decir que hasta
asido como un náufrago en tu boca
cruda como el sol como el fuego
encallado en tus dientes
diciendo amor con pájaros calientes
rebalsándome los ojos
que cerraban la locura.




37.

Canta como si fuéramos antiguos

Tal vez preguntes por qué elijo palabras que no se parezcan a sí mismas por qué escribo cosas tal vez incomprensibles como elegir en vez de un rostro, el eco en un espejo. Tal vez me preguntes por qué anudar palabras como eso de tejer colores en los ciegos y hacer largas trenzas que se desatan con sólo tirar de los extremos. Tal vez me preguntes con insultante franqueza por qué desvarío
por qué, y mediando una buena voluntad de entenderme, intento conceptos inasibles, fantasmales abstracciones como son los caóticos absurdos construidos con las cosas más sencillas, simples y cotidianas como el sol o todo lo animal y lo vegetal y mineral. Y por qué no digo nunca amor o tristeza o melancolía
Pues entonces me alegraría de no saber qué contestarte.
Y te seguiría diciendo cosas incomprensibles tanto
como es amar.




38.

Quiero ser dulce como un soldado herido.
Haber delirado en las manos de tu
insomnio.




39.

Entraré en ti hasta el exterminio
las hordas de mi sangre
te confinarán en tus propios rincones
mataré tus rebaños para dar
de comer a mis soldados
De todos los palacios que me sobren
haré lugares para mis caballos
violaré tus cementerios
y te obligaré nuevos Dioses
te comeré las manos y lo que
sobre engordará mis perros
y no me traicionarás ni con veneno en
mi vino
ni cuando duerma la embriaguez
de las orgías.
Afilarás mis espadas y mis lanzas
y curarás con tu polen las heridas
que los tuyos hayan clavado en mis
soldados.
Y luego, manso como un rey
te diré que te he amado mucho.




40.

estoy parado en el
andén del tiempo
me faltaron días
para mi historia
me faltaron los
hechos para
la vida
y veo hundirse
en el innumerable
nunca
la nuca de la vida
y me vuelvo caminando
pisando el vacío que voy




41.

entiendo tu miedo y tu
Algo nos asusta al empezar
a ser trascendentes para alguien

No todas las cosas vuelven a su
origen, tal vez sí en lo absoluto,
pero no siempre en el tiempo.
me basta pensar en mi madre
por eso es aquí, esto no es para
sino por vos; qué tiene que ver eso
del origen, tiene, porque si bien
digo que antes y eso implica bastante
"antes para llegar a hoy" y eso
implica antes pero fundamen-
talmente hoy, y hoy que es un
ahora, un desde y un hasta digo
ahora tú, hasta que tú y desde
nosotros, y éste es el origen de
vos en mí y de que todas las cosas
sean por vos y para siempre

entiendo tu miedo y tu
orgullo. Ni siquiera te lo pregun-
to. Cuento con ellos como
conmigo. Y sobre eso de preguntar
te diré algo que siento sobre las
cosas y sus palabras. Hay algunas
que son retóricas, otras viven más
en el silencio y en el vivir las palabras
más abajo de la piel de las palabras
mismas. Otras son dulces.
Brutal y ferozmente dulces como
te putita o te quiero
o mujer mientras morderte
la boca y muelle muelle
muelle y agua muelle agua
y el mar como un gato cabecean-
do y te quiero y entiendo
tu miedo y envainarme en
vos como un topo ciego redondos
de tan enteros iluminados
con la dulzura de los locos y la
ferocidad de la dulzura. niños
viejos y leones tocándose con
los ojos los astros que nos entran
por el tiempo y como ves todas
las palabras perdidas porque
vale más vivirnos que pensarnos
y hasta equivocarnos que saber.




42.

A noche y rabia
destejo la sal de tu espuma.
otras lunas traerán las olas nuevas.
Para olvidarte me basta encontrarte nueva-
mente.




43.

Buzo a la nada
Naufragario
¿qué es de tu vida? —yo—

El huerto de choqui
ésta es tu tierra
inexorable como una abeja
siembro en tu silencio.




44.

Sólo alguna vez el sueño no pierde el rostro.
Sólo alguna vez el silencio sabe qué palabras.




45.

Tantos tiempos hay en un mismo tiempo,
tiempo de tantas cosas.




46.

El mapa de la felicidad es cualquier
parte
tu mano ecuatorial es la partida
si tú caminas conmigo
puedo fundar rosas con mi pie
puedo enseñarle a adorar a las avispas
averiguar el secreto melodioso
de la cola musical de las ardillas
y si la dibujo con mi dedo y tú sonríes
toda la tierra me regala su sonrisa
contigo puedo ir a cualquier parte
hay un solo país que me intimida
es un sitio cualquiera en que me encuentre
y esté solo con tu lejanía.




47.

De tanto bajar por petrificadas venas
buzo mineral
de tanto recorrer el pasadizo
que conduce a mi memoria
tengo este olor a catacumba
esta mirada de bodega
donde maceran venenos.




48.

Mi convicción de tu presencia tiene
el seudónimo de: tus manos.




49.

todo el secreto de mi silencio
con mi pluma, soñando con un
luego en que me dieras a leer una
carta de amor




50.

mis horizontes comprimidos
los renglones de una prisión




51.

Sobre la tarde
grito mi paloma de plata




52.

No es más elocuente el que dice
sino el que calla y dice que calla.




53.

Los reyes derrotados son más sumi-
sos que los esclavos de siempre.




54.

Hay alguien que no lo sabe aún. Que pasa
tranquilo por delante del espejo
Hay alguien que no sabe que está
muerto
que no sabe que no es ésa su mirada
(que no sabe que le sobra un sueño una
ignorancia)

Hay alguien que puede abrir la puerta
con la misma mano cotidiana
Hay alguien que no sabe la sorpresa
que camina con olor a puñalada.

Hay alguien que lleva entre la carne
una atroz herida hospitalaria
hay alguien que aún no ve la sangre
cayéndosele de las entrañas.

Hay alguien que me mira como siempre
que no entiende mis manos a la espalda
que sospecha unas rosas o claveles
en lugar de la honda cuchillada

Me reconoce pero no me conoce
Sabe que me ha visto cuándo y dónde
Hay alguien que no sabe nada

Yo traigo detenido su reloj en mi bolsillo
Yo traigo su mirada ya apagada

Y un retrato en la mano del cuchillo.

(Es el tuyo, dime cómo he de matarla)




55.

pero yo sí diré que soy un tigre
hermoso y fiero como un tigre

lacio, como un tigre líquido como
una gaviota,
y nos lameré con sombras luminosas
en la piel de las palabras donde
flotarán los hombres.
Y seguiremos diciéndolo todo,
y entre todos los cadáveres que
arrastre la resaca de nuestros
gritos en el flujo que obedecimos
al mundo que se nos sube a
la cabeza como una luna
las algas de mis palabras subsis-
tirán como el agua
para que todos sepan que yo mismo
anduve cantando mi hermosura
de tigre
de la ferocidad de los niños
y del hambre
afeminado y elegante como
una espada y brutal como
un grito descerrajado a un
moribundo

todo lo digo
porque estoy enamorado como un hombre.




56.

Creo en ti.
cuando la luna azuza el mar que
se desnuca
cuando nocturno el corazón de roca
lleva la cuenta de la ola y de la espuma.
Creo en ti,
porque aquietado el mundo
cuando las calles son andenes de sangre
detenida
me sube tu imagen como un eco profundo
de una plegaria nueva día a día
Y aferrado de tu rostro
(qué mano remota tiende el sueño)
resisto como un náufrago
el silencio que empecinan mil gargantas.
Creo en ti porque a la hora del pavor
la sien que se desboca
tasca apaciguada tu perduración sin horas
como el rumor que se afana en el rincón
de un caracol
Creo, sí
creo en ti
y mucho más porque las cosas que me
son el día
tienen tu nombre sin palabra para
recordarte.
En las tardes altas
alto labriego de sangre
el ocaso te intenta
para guardarte
Hoy se pierde mi poesía rota en tu ciudad
callada.
Apenas recuperan las cosas las palabras
pero ¡Qué poco puede tu mano,
decir: tu mano!
Creo en tus manos de pan
en tus dedos sin rumbos
como las cañas dormidos
como los lentos juncos
Porque hoy la mano sola,
la mano hueca
tal vez la espalda de un camino partido,
tal vez una orilla de alguna lejanía
te tiende una espera de agonía
sobre el rastro donde nunca has sido
aunque




57.
NOCTURNO PEDESTAL (ADULTERIO)

No te quiero más le he dicho
y una andanada de dedos aullantes
me han empujado contra la pared
oscura de los mínimos delitos
Pero si hubiera decidido hacer
de mi vida otro instrumento de culto
pavoroso, ir a la guerra tal vez,
hacerme sacerdote empasillado en
conventos insondables, dedicarme a la
sonrisa, sacarle fotografías a la muerte
profesionalizarme en un espejismo
cualquiera, entonces tal vez
escogerían mi nombre entre palabras lustrosas
y desde el héroe al santo desde el mártir
al mentiroso acomodarían mi pedestal de nácar.
Pero el amor es mi bandera mi altar
mi alquimia mi pincel. Por eso soy un
delincuente.




58.

Al entrar, me acometió ese sonoro
hueco de silencio que retumba
en las iglesias. Un fragor de catacumba
se levantaba remoto como un último coro.
Las velas estallaban múltiples en el oro;
reconocí el miedo infantil que me zumba
a veces como el presagio que me sube de la tumba,
de las viejas armas o de los tesoros.
Entonces me debatía como los suicidas.
Los espejos del eco me repetían en las naves;
tuve en mis manos el número exacto de mi vida.
Me acerqué a un santo —cualquier santo—,
y pensé: "Señor, he venido a que me laves".
Se me alargó el suicidio por la sangre, y
me llené de espanto.




59.

Tía, las palabras
dicen lo que el silencio
de ellas guarda, como
la tierra en invierno
teje el secreto de
las semillas nuevas.
Yo le dejo la isla de
mi corazón callado
donde sin lenguaje
madura un canto
de amor infinito
Para usted que fue como
mi madre




60.

La página existe como un abismo imperativo
y sube en mi busca pues mi caída la eleva
y soy un alud por ella y quiero caer.
y sé que dejaré la huella de la huella de tu imagen en mí
y tengo para hacerlo un mar esférico
mi rumbo insabido puede ser cualquiera
mas sé que uno acaba o existe entre la costa y yo
y a veces supongo que son más de uno




61.

Tus ojos como dos redondas flores de silencio




62.

Te levantas como un seno sobre el mundo
Y mi infancia parasita en ti,
como en una pierna
Y yo, leproso de lágrimas
tengo otoño en la tristeza
Y tú llegas, no como un pañuelo,
como una primavera.




63.

Yo acaté mi recodo, me crecí el silencio
Haché todas las cruces de mi cementerio
(ahora no sé dónde rezar)
callé a cada campana
a cada grito maniatado que me fue tu olvido




64.

Al horizonte se le hielan los bostezos
Y mi alma también está nublada y llovida
Por fuera,
dura y fría y valiente como un techo
Y por dentro el cofre de un hogar
donde tu rostro se deforma y se corrige entre las olas
Y cabe con el cadáver de las horas y las cosas,
Con la eterna estación que hay en las tumbas
Burlándose de tu fugacidad de túnel
llorando la brevedad de mi cementerio.




65.

He estado sobre tus cementerios y un poco recé sobre tus tumbas
sin saber qué pasillo de historia huía desfondado hacia la
sombra
Yo ni siquiera apago tus cenizas
tampoco calenté las manos de mi invierno
sobre el gato seco de tus fogatas.
Pero los ojos perdieron el lenguaje
y suplanté las cosas con mis propios rostros.
Abajo de un poco tu ceguera cada día
recogí mi anónimo redondo averiguado
Ahora
porque el sabor de tus mares de música
que yo no he sabido descifrar
pone más acá mi lenguaje de otras razas
Sobre tu lápida inventada en tu memoria
dejo mi canto sucio
tejido como un pájaro extraído de la tierra
con palabras extrañas, que no entiendas.




66.

Esgrimo tu imagen como una antorcha
con que flotar en un mar de tinieblas
hasta que llegue el alba y pueda
soplar sobre las velas.




67.

Abrirte
sobre tu silencio boquiabierto
como los caracoles
sonora de sombras y savia cerrada
en el ventrículo caliente
clavaré mi invasión
como un grito infinito
para poblarte el acecho de tus
ciegos
después. todo después
todo tendrá una palabra
porque somos pobres de silencio




68.

Subiré por la sien de tus
días como un cóndor ciego
hasta despeñarme el deshielo
de tus ídolos
Recojo de mi
estirpe de pasajero
en cada rostro de la historia




69.

ermitaño de silencio
mi estrella es un cerrojo al
infinito
garganta sin oficio
pregunta piedra afuera
de la piedra




70.

las hojas del pájaro reman.
Tu boca es un pájaro
A veces viene viento y sus páginas vibran
Tu boca es un pájaro
tu boca es alas
como una campana herida que tirita y nada
tratando de arrancarse el silencio
tratando de rescatar su voz
que se adhiere como un pájaro volado
tu boca es un pájaro; tengo dos plumas,
que tiritan en mis labios

tu boca es alas, con el gesto rígido del suelo
tu boca está crucificada en el silencio
las alas del pájaro están en un cepo.




71.

el testigo de los ciegos
no tantea entre olas de silencio
y comprende el lenguaje
de los vacíos sin tiempos
a la sombra de las cosas.




72.

De campanas de miel
y tallos de música en el
pelo
de un campanario de
hambre y pozo
en la madera de tu tierra
te busco.




73.

Sabes que llegaré a ti como la lluvia
porque te hablé con nubes de amor en mis palabras.
Creo que el pasto dice que serás él.
Llegará el otoño de agua.




74.

Ya lo ves,
hasta aquí has llegado
—me estabas escuchando desde siempre
tal vez no nací para llegar a escribir
esto, tal vez no tenga importancia
que al empezar tú a leerlo ya estuviera
todo escrito.
Pero te regalé una noche, te hablé
al oído
porque me escuchas mucho más
cuando estoy solo.
hasta aquí has recorrido mi garganta como el camino de las hormigas.
Tal vez quieras saber dónde está
la veta del hormiguero
para echarle el veneno como el padre
Azcárate.
Pues bien el hormiguero está en mi
alma. (aprendo a creer en las palabras
que me invento)
[por eso creo en Dios ahora que
lo he inventado]
pero no morirá, ni mis hormigas
porque debería morir yo
pero yo no puedo morir
porque has creído en mí
y tú eres inmortal
porque yo creo en ti
yo que te inventé
cuando descubrí el
amor
y luego te vi caminando por el tiempo
y te quise llamar y no sabía tu
nombre
y me reí por esta costumbre larga
de mi alma
y por ese hábito de ti
sin haber tenido historia.
Ahora quieres saber
qué deberás hacer con el veneno que
te sobra. No te sobra
Debes rodear el mundo de veneno
para que ya no nos alcancen
las hormigas de nadie
Ni todos los jardines. gente absurda
cuando se siente el nosotros.
Y entonces no será prohibido
que nos comamos la sonrisa de las
flores,
que nos comamos todas las flores de
la tierra
y que reventemos de gordos
y después que lo hayamos
comido todo
nos muramos de hambre

pero juntos


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.

MAHOMA

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