Cuando vas a la deriva amaneciendo,
un nuevo día parece temprano,
y te preguntas: ¿otro más?
Y te das cuenta que son todos iguales
no traen nuevas, tanto vacío,
tantos muros iguales, el cielo azul,
pensar en que hacer es dura ironía,
y no hacer nada falsa ilusión,
el vacío es grande y se infla
como globo de un niño que no sabe hablar
y las palabras sobran, chocan,
y crean figuras, se esparcen
se forman avecillas de colores ignotas,
palomas de paz, golondrinas inválidas,
zorzales con retorcidos cantos
como música de corcheas ensambladas
que inspiran frases recortadas sin ánimo.
Que aburrida la vida cuando
has vivido tanto, tanto, transformando todo
en sinfonías inconclusas,
donde nace la forzada pregunta
¿otro día? ¿para qué? Sin embargo
nos apegamos a la vida sin querer morir.