No sé si alguien cantaba amaneceres quietos
o eran simples palabras tiernas, locos preludios
y de tantos te quieros, de siete veces siete
amores repetidos, inexpungables, azules
cielos sin nubes blancas, requiebro inolvidable
se enciende como ayer, tela surrealista,
hoy quince años después de extinguido sin muerte,
me pregunta mi mente, por qué tantos recuerdos
pilas como ladrillos de mi muralla blanca
que remece como eco sublimando ese canto,
misterioso siete por siete surto bahía
sueños fugados rojos, labios alcanfor, llanto.