camino y me detengo... respiro
el aire, sabe a hierba, sabe a suspiro
a mordaza de tiempo, entre paréntesis.
La lluvia cae, resbala sobre el paraguas,
casi caricias de gotas olvidadas
y húmeda de versos, de palabras enlazadas
que van cayendo poco a poco sin tregua.
Quizá el agua en cada charco está presente
y no la piso, sin embargo salpica.
sumando el vapor gris, incierto cual suplica
de besos prisioneros en mazmorras silentes.
Suele ser la lluvia el carácter impulsado,
el descanso del guerrero imaginado
que al fin de la batalla es asediado,
mi espíritu está buscando aquel sol empapado.
Donde nace el arco iris y se consume la figura
hasta el punto tal... de la locura,
conciente de ésta lluvia que rompe la hermosura
del paisaje, del paragua en la espesura.
Antonia. 2.014