callaron los ruidos, callaron los suspiros,
despuntaba sólo el sol entre las nubes...
y se oía mi corazón mientras latía,
como si una melodía sucumbiera en la lejanía;
atravesando mi piel,leguminosa peonía.
Me quedaré aqui por si volvieras
a este mar inquieto de la aventura;
a este traspasar invisible de las ideas
por donde sólo silban los suspiros...
aquella rosa, la tuya , la nuestra,
por siempre se quedará dormida.
Antonia.