Me salpiqué de rocío
por correrme tras el brío
de aquel corcel del desvarío,.
ni siquiera tropezar me viste
ni siquiera mirarme quisiste.
me quedé con la tarde hermosa
y en silencio hasta noche
hasta que el cielo me oyera
y el amanecer volviera,
no te pensé, no, no vuelve el desvarío.
Me salpiqué de rocío, me salpiqué
sin mojar mis pies, sin llorar después.
y aunque quiera el amanecer
jamás yo te volveré a ver.
Antonia PGC