LA MUJER IDEAL
(el humor no hace daño)
Acostumbro a pescar frecuentemente
pues me gusta el deporte de la caña
y mi amigo Genaro me acompaña,
que también en la pesca es competente.
Este amigo, soltero impenitente,
anuncióme una cosa bien extraña:
“Esta tarde me caso, y no es patraña”
“¿Pero cómo –inquirí- tan de repente?”
“¿Es muy guapa tu novia?”- “En absoluto”
“¿Poseerá mucha pasta?” - “No es el caso”
“¡Será joven!”- “Muy cerca del ocaso”
“Pues será tu ideal, no lo discuto,
pero entonces ¿qué tiene? ¿me lo dices?
“Pues verás, lo que tiene son… lombrices”
AGUSTÍN