Poemas

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Moderador: Julian Lopez

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Jorge Lemoine y Bosshardt
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Registrado: Dom Ago 03, 2008 10:38 pm
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Te escribo mi dolor y te lo dejo

Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt »

Te escribo mi dolor y te lo dejo

POEMAS



1.

Tu boca late
y despunto sangre
que quedó enredada con la mía
como nuestras ramas
(podrían estar guardadas
bajo la lápida del lacre).
Tu boca es mía, es de mi boca,
como de mi sangre tu sangre,
los dedos de nuestras bocas se embastonan
en los leños del beso
como dos llamas del fuego




2.

Te pintaré los ojos cuando tú mueras,
te besaré la boca fría y seca
apretaré tus manos duras, de madera
y enjuagaré los dedos en tu pelo de cera
tenderé un silencio sobre tu piel de cala
morderé con mis manos, las tuyas pálidas
y apagaré la noche con alguna lámpara
para ver tus ojos como los pintabas.
Te pintaré los ojos, no lloraré, lo sabes
pero si acaso alguna gota sobre tu muerte cae
¿Qué más dará llorar tristezas que no sabes,
si habrás muerto sola
sin mi verdad que ignoras?




3.

Porque tú eres la otra orilla de mi silencio
Porque mi silencio es una manera de tu voz
porque ya ha sido. Busco el sueño de tu rostro
compañera, ahora que la noche arrecia sin barandas.
Busco tu mano sin vez
La paloma rescatada de tu risa
y tu cara, tal vez,
aunque no sea, y sea más allá de mi distancia
Hoy te quiero amiga,
amiga
Hoy te quiero y muerdo tu mirada sin principio
como el fervor de luna del galeote
que sobrevive más allá de la fatiga.
Te busco y te encuentro
porque eres más yo mismo
y vuelvo de mi pozo sin preguntas
con un poco de tus cosas casi sólo sueño,
y me basta tu sola vez, tu sola vez
la antorcha que arredra mi abandono
como el acoso feroz
de la marea solitaria
Izo tu mano
despavorido de sol
enarbolo tu cara sin recuerdo
y no importa no haber ido a buscarte
mi costado te anticipa
como una profecía acatada antes del día.
Ya leva anclas la vigilia derrotada
Echa amarras la mañana conquistada
y atestigua mi alma,
tal vez en algún sitio
tu verdad que se parece al sueño
aunque no hayas sido recogida
Tu voz inaugurada es un heraldo de olvido
mi silencio se suicida
y pregona tu nombre sin espalda
Es cierto nada titula la palabra
Pero sin haber perdido
recupero de otra nada
tu cara ausente.
Ya no más tu olvido sin recuerdo,
ya no más mi distancia
sino tu lejanía
y en el pan sin oficio que era espera
ya tu rito
tu costado cotidiano presentido,
compañera, amiga,
cómo te quiero amiga
esta noche.




4.

Era un altar de madera que dormía
y dormían en su sueño misas pasadas
y un cáliz con sangre marchitada
y dos velas chamuscadas de llorar su existencia
sobre su muerte lenta, lentamente.
Y una flor arrugada, caída de una ofrenda
y en ella el cadáver de un perfume desteñido
y me acerqué y mentí la devoción hincado
y lo abracé y tomé la flor
y adiviné el perfume
y me crucifiqué en su cruz
y fui yo y también un clavo
y lavé el cáliz y siguió llorando
y me bajé de la cruz
y no guardé los clavos
y salé a savia de la madera donde fui crucificado
y el cáliz siguió sangrando y las velas se apagaron.
Y la persigné con tres besos
y vi lágrimas y sangre
en la tierra de las raíces de una lanza
y dije amén llorando
y no sé qué hubo en ella después de mí.
Y estoy llorando y escribiendo su residuo.




5.

Si tuviera
podríamos cambiar de religión
meternos en un barril lleno de aceite
aprender el lenguaje de las flores
saber cómo se llora en marte.
No sé cómo se fundan
las cosas importantes como ésa.
Y hay tantas otras cosas más
que ignoro
No sé cómo se evita emborracharse
cómo sueñan el amor los sacerdotes
por qué se suicidan
los insectos.
(Ahora me doy cuenta
de que la naturaleza no estaba
preparada para los
inexpugnables faroles)
No tengo religión
pero quisiera cambiar de algo
de verdad podríamos hacerlo
¿Quién inventa las cosas importantes
Quién anda instituyendo los profetas
Quién decidió las alas del gusano?
¿y el instinto de beso en los sonidos?
No es que quiera
cambiarme las desconocidas raíces
Es que contigo podría hacer un viaje
por el polen, arrojarme a un cielo
subalterno por la boca de un sapo
enamorado. Remontarme por el aire
con mis párpados por únicas alas.
Derrotar todos los dogmas de la
arquitectura universal.
Podríamos invitar a un ateo
imaginario a fusilarnos con burbujas
de sonido hasta dejarnos huecos
como una llama.
O hacer un viaje por el rezo. Para
eso sería necesario que nos escondiéramos
en un molino apretando los dientes
para no gritar cuando la piedra nos
enreda con la harina. Nuestras
manos juntas serán el mismo grano
después tal vez nos harían pan
lingote cereal, ladrillo, altar
del hambre y con forma de
luna un poco amapolada
en alguna suburbana iglesia
nos repartirían. Tal vez nos
tocará esa vieja, la que reza
casi con afán. Descenderemos
por su esófago (sabremos
casi algo de los hormigueros)
y veremos el corazón de la fe
el pabilo que sostiene historias
el pedestal de tantas guerras.
Después, un poco como los feligreses
saldremos del recinto sagrado
y nos dirigiremos a los andenes
suburbiales empujados por
la corriente de la derrota.
Allí habrá un túnel mucho
más oscuro.
La salida será lo más difícil.
Creo que prefiero no cambiar de
religión, quedarme con mis palomas
y mis trasnoches de páginas.




6.

Quisiera cada gesto innumerable de las
moscas
cada mínimo amor de este planeta
cada polen de arroz
cada hormiguero
cada lluvia que se enguanta por la tierra
cada rayo de luna en el océano
cada faro derretido bajo el agua
la hondura total de las insondables cuevas
cada beso fugaz de cada boca
cada constelación de saliva que destella
cada arruga dactilar
en las piedras colosales de las cordilleras
cada rayo cayendo cada brasa
cada escama de ceniza cada huella
el número total del desarrollo
la molienda de las olas, cada ala
cada cosa en fin para ponerla
desnuda e infinita como harina
en tu cuerpo y tu alma y en tus piernas
en tu memoria hasta el éxtasis que huye
y se agazapa
a cada gramo cada instante de tu vida
para que sepas el completo abecedario
de planetas de sal y de rugidos
de gemidos de galope y de colmena
con que junto a tu nombre catarata
construyo el del amor como alfarero
sideral en esta pieza.




7.

Esta noche la música se arrastra pesada y resbalosa como un
tul que arrolla. Ésta es música recién descubierta, no se copia de su
propio nombre. Nadie podrá recogerla.




8.

En los suburbios laterales de esta noche, corren ríos subterráneos del
silencio. El silencio está constelado de grillos, o de chispas sonoras
o de lluvia deletreada. Las cigarras chisporrotean, tal vez titilan.
La música impregna el aire, como un aroma melancólico.
Desde esta noche a mí no hay música. Lo sé. De mí
a la noche
yo escucho la música de esta noche. Pero no puedo estar seguro.
La música es mía. Pero tal vez no la ponga yo.




9.
EL CIEGO

Mira mis ojos
estos ojos te sostuvieron
sobre todas las noches
han sido gargantas
por donde he tragado
el mundo
como la lluvia
que se afina íntima
en los hormigueros.
¡Míralos!
estos ojos, estos
hormigueros
donde has sido lluvia
para la savia en que tú
hecha hiedra asumiste
vertical la soledad
de mis muros.
Estos como naves sin
horizonte como barcos
sin proa y sin espalda
aquí mi huerto
se amamantaba de
luna y tú eras.
Mírame los ojos por afuera
como iglesias cerradas
por adentro
Mírame los ojos,
míralo todo.
Ya el mundo rompe
como un mar inútilmente
sobre mi última mirada
infinita.
La lluvia ya siempre
llegará tarde a la tierra
envenenada por el vientre.




10.

Ven a vivirme, la soledad me amortaja
con manos deshabitadas.




11.

Y la noche mordiendo, encepando
ferozmente las sienes desesperadas
de la noche enloquecida




12.

Un relámpago de hiedra
Mi alma ha concluido
Fajado el corazón de un puño de angustia
Arranco de ti una paloma que parpadea y tirita
que agoniza y sangra de savia, desesperada de
ecos en sus alas, de alas en su corazón
Ésa es la patria
de mis sueños
Se han resumido allí.




13.

Soñé que me forraba un abrazo
y me desperté enmangando las fauces
de mi soledad




14.

Como un reloj de arena
la guitarra gutural de tu corazón
empuñado
en los tallos de tu
sangre
rema




15.

Así eras tú,
te bebías la mañana de las plazas
corriendo descalza
como una golondrina de oro.
Tenías una lámpara clavada en las
entrañas,
Y la turbia suavidad
de los tibios duraznos a la siesta
Eras así, amada.
Eso era lo que más me gustaba de ti: que
tú eras tú y que yo te amaba
Y a veces una ternura de mirarte
emergía desde el alma
y me alertaba la carne.
Así eras tú rutinaria
y fresca y nueva y necesaria
como la mañana
Y tu mano cotidiana
como un gorrión adormecido en la ventana
en un rincón de la mía
se acurrucaba.
Tu beso silvestre como el de las abejas
en las plantas
recolectaba el polen de los sueños
con ingenuidad de niño que rezara.
Y tú tenías Dios y me contabas
todas las mañanas
que le rezabas que nos conservara.
Enjugabas tus ojos con silencio
y me mirabas
y enjuagabas tus manos en tu pelo
porque tú sabías que me gustaba.
Pero a veces te escondías detrás de tu
mirada
con recelo de paloma algo asustada
y ya ni la mañana te podía
hacer dorada
porque eras una ventana
obsesivamente cerrada y clausurada.
Las noches de esos días, amor mío
yo rezaba como tú rezabas
(todavía rezo a veces, cuando te recuerdo)




16.

A la hora de recordarte, acomodo las mejores cosas
sobre tu nombre, para poder pensarte.
Alguna vez no fuiste muy hermosa, pero te
agregué tu propia belleza,
ya la había aprendido de ti,
¿qué importaba que un día no fueras hermosa?
Yo te amaba tibiamente,
como esas cosas que se hacen fácilmente
como ser de una manera o estar en silencio
o rezar.
Desde ti emergía un túnel para
que los húmedos murciélagos no
interrumpieran palomas.
Todo lo tenías de alguna manera,
como una ventana
y yo aprendí sobre tu cántaro
a callar
como contando lluvias
sobre el agua antigua que me remedaba
Podríamos habernos dado la mano
cotidiana
Y guardarnos toda la inmensa mañana
de las plazas
Todo se volvía fácil contigo
como descifrar la música ignota sobre un
piano laberinto, y la adivinábamos.
Podríamos habernos mirado ritualmente
y como constantes extraños cada vez menos extraños
Podríamos habernos amado al margen de las
cosas que envejecen
Habernos abonado al silencio
como a un lento país donde no hay lejanía
para las palabras en voz baja.
Podríamos haber callado con el mismo silencio
Pero buscamos la forma de recordarnos
tristemente.
Por eso a la hora de recordarte,
busco las cosas de mi tristeza
y te construyo fácilmente como eras.




17.

Cuántas cosas dejo
yo para alcanzarte,
cuánto hay que pierdo
yo para ganarte;
yo gané perder
lo que pierdo al tomarte.
Cuántas cosas tuve,
muchas, que no tengo,
cuántas que por ti
día a día pierdo.
Cuántas cosas, muchas
infinitas, dejo,
sin embargo gano
en ti, el mundo entero.




18.

Si estuviera untando tu boca
vendrían a mullirse los himnos
en la mía
mientras deletreara cada hebra de tu
pelo distraídamente
y recorrieran mis concavidades
las esquirlas del escalofrío como
una tormenta de arena
y hundiera en tu tinta
todo el secreto de mi silencio
con mi pluma, soñando con un
luego, en que me dieras a leer una
carta de amor, pequeña
con mis palabras
tu conciencia
de papel.
la tinta derramada
y tus laberintos de papel
tú y yo
y la oscuridad de tus
túneles riando como
un canto hacia
la mañana




19.

y se están ahogando de cielo
y el cíclope del sol
no les sirva de isla
¿Cómo llover hacia ellas
y decirles que no sé qué quieren?



y el viento es un galeote eterno
es un buey
y los barcos de música
van por tierra
(porque se han vuelto nubes)
y son como los peces del alma
que se sacrifica al cantar.
Han muerto fuera (del agua a su manera)
Alguien pensará que quieren
agitar el cielo.
Yo no puedo salvar las nubes.
si yo fuese una nube
tal vez comprendiera
qué les pasa ahora
Pero veo nubes y no sé si son pájaros
disueltos
Animales asustados o el alma del
mar que acaba de morir y
no lo sé.
Y no puedo pensarles maneras o gestos
y no sé dónde temer o apiadarme de
sus ojos.
Quizá quiera curarlas cuando llueve
o crea que sonríen,
Donde tiene la sangre del viento corazón




20.

Para pensar en ti,
clausuro una a una las palabras viejas
inauguro algún silencio sobre las cosas nuevas
y acomodo los nombres,
Tú tienes el pelo como infinitas
guitarras relajadas
como lacios y tibios violines de
mañana
con el flojo vuelo de las gaviotas
dormidas
y la silvestre hebra de los helechos
o el musgo de las piedras
Te acorralo contra el sueño, dulcemente
y una mano se acurruca en una mano
y la otra enjuaga la ternura
en tu pelo como el tuyo.
Azul y dorada te pareces a la
primera mañana.
Eres lo que me faltaba para ser nosotros.
por eso tu nombre es el tú que me faltaba
por eso te pareces a mi alma.




21.

La noche rompe contra
los muros de tu carne
con fragor y ritmo de molino
roto
y obcecación de ariete en la hora
ciega
y latido de pájaro en la estrella
que tiembla
La noche te embiste
como un toro rabiosa
y quieta como la
caricia que apacigua
en la mano cautelosa.
Y se alza todo tu horizonte
lateral y valiente
con los animales de mi mente
pululándote la catacumba
de la vena donde el remero
de rito acarrea un relámpago
apretado.




22.

Cuando hay bocas eternos
diapasones de silencio
que nos callan,
(porque una vez nos dijeron)
cuando hay labios
con los vientres del beso secos.
, porque siempre en las bocas
chorrea un beso
y hay miles clausurados en las
horas porque nadie los fue a buscar;
porque el beso es un nosotros de
labios
y si falta una boca hay un yo solitario.




23.

Tú no sabes cómo sólo tengo la luz

*

De tu noche sólo tengo lo que escribo.

*

Lloré que todo lo veía con hache.




24.

Los gritos del silencio remansan
aullándome esta noche
mis ojos abejas de los tuyos
han perdido tus jardines
Tengo el alma llena de miel
con tu sabor.
Mi alma se ensancha
y se vuelca por el silencio
El polen de esta noche rocía
sobre mis techos
El silencio crece en las voces
ajenas
(por mi espejismo de tus cosas)
El durazno de mi corazón ha madurado
y va a caer por mi boca
como tantos hijos tuyos no sidos
mis pasos corazonan por la sangre
de las calles
Y en los suburbios de mi sangre
alumbra un sabor a música
con el gesto de tus ojos
Los peces de mi alma se
enredan en el musgo de mis
tantas horas calladas
Y las abejas de mis ojos
Y las abejas de mis manos
y las abejas de mi alma
ahogadas de miel te han perdido
(colmena mía del corazón
de casa)
basta tu silencio para
el silencio
basta tu ausencia para
la soledad
Tú de la sangre peregrina del
eterno horizonte
como el eterno rumbo de
un anillo
Has dejado la misa de tu imagen
constantemente consagrada
(colmena mía) déjame guardar
tu polen que aunque no quiera
queda conmigo




25.

Busco la poesía ansiosamente
hachando rostros con desenfreno de molino
roto.
Muerdo la palabra hasta hacer sangrar
su cosa
y la mañana me entra por la boca y se
vuelve tarde agonizada en el sótano del alma.
Quiero descifrar la hebra del
vuelo de las aves y los ojos se anudan
y creo la palabra sin cosa
y un nombre sin rostro
y entre la tarde dorada y yo
pongo melancólicas y afónicas ventanas de lisiado
y digo que la tarde tiene olor azul
y ruido de ojo ciego
y olvido tus ojos que no son de uva
y tu pelo
— donde enjuago la tibieza de una
caricia ingenua y simple)
digo que es chorro o hebra de
música caliente.
Y el corazón hace un buche de música
caliente y dulcísima
y callo y acurruco tu mano en una
mano,
te miro al polen de los ojos
como una abeja
y vuelvo a callar
y te digo luego que te quiero
y la poesía pasa a mi lado
líquida y silvestre
y yo muerdo troncos secos
para beber la savia.




26.

Al borde de tu arena revolotean los molinos
de las olas
como alas o ecos de corazón
Las gaviotas del beso triscan la espuma
Ah! las caricias como alas en descanso
o barcos dormidos
Hacia las piedras terribles se
acantilan rumbos
como pupilas de balcones
Y ya no me importa nada
borracho de un orgasmo de música
en el alma
morderé corales
como empuñando tras la sed
mangos de agua en la garganta.
estás llena de perfume
como respuesta al rocío —
cerrarte un candado en mi silencio
como un silencio alrededor de un tímpano
enguanta astas en un bolsillo
de mar




27.

Un día voy a gritar sobre tus ojos, y clavaré la
antorcha de mi voz sobre tu alma
Callaré tu sólo silencio rectilíneo
y amordazaré las sombras con la eterna mañana.




28.

Me gusta morder las vísceras de tu alma
por tus ojos de uva o charco sobre el barro
porque son túneles que dan a un templo oscuro
con sabor de silencio y ruido de sombras.
Yo me siento al eco hondo de pájaros
y los rostros cotidianos enfrentados
con el gesto arbitrario en los amigos
en el fondo del secreto dan las manos.
Tú reemplazas palabras que no dicen cosas
siglos de sombras amordazadas con antorchas
nombres que son rostros olvidados poco a poco
y te abres adelante inexorable y única
como un sendero no tramado
que no sorprende al sueño y que se parece al alma




29.

Voy a buscarte
donde puedo mirarte varias
veces en el mismo instante
Donde puedo contemplarte horas
sin que tu momento se inquiete
en la corriente de esas horas
y me estucho en mis recuerdos
e ignoro qué luz visita mis
ojos abiertos
en qué frío me desvisto de mi
desnudez sin fuegos y sin hielo
mientras soy un trago de
mi propia hambre
y en el estómago de la
mente me disuelvo
y reconstruyo mi antes gastado o
cambiado
o me agrego a mí en un día ese día
imposible de ser
y visito mis ojos visitados por ti
Allí tú eres como fuiste.
tu imagen se enganchó
como el musgo en las piedras
y te caíste de las horas,
o yo fui goteando migas
de donde puedes estar en mí
para tenerte en uno solo, en
todos tus minutos.
Tus imágenes son quietas y
duras.
Las horas pasaron como las olas
y tu presente y mi conciencia
de ti viajaron en pos de la siempre hora
nueva, como el agua recorrida
por la onda,
Y voy eligiendo entre las
gotas de tu rastro revisando
pie por pie hasta llegar
al beso que aún no se secó
a la puerta que se impone
como yéndome a buscar al
fondo de mi enmimismamiento
o que a mi súbita estación en
mí durante el momento
que será pasado está sin principio,
por la que te has ido
como todos los días y desde
la que empiezo solo y me alegro
de nuestra realidad
Y me vuelvo a hundir a bucear
las imágenes que viven en los
juntos.
y empiezo a extrañarte,
e intento traerte y meto
las manos en el agua
y el agua me da la respuesta
de su carne vacía de ti
que te desordenas en ella como
las cosas a través de las llamas
y no puedo atraparte
y mis manos son jaulas de leones
y puedes irte como un gorrión
cansada de tu curiosidad
y dejarme con mi impotencia
de caja para encerrar la luz
fantástica entre mis dedos de piedra
con mi impotencia de caja
para vaciarme del vacío de ti
que me llena como la oscuri-
dad de una caja cerrada.




30.
A UNA CHICA EN EL TREN

En las tardes tristes
tu cara segrega una paz infinita
Basta esta sola vez de tu rostro
para amar tu gesto de nostalgia.
No puedo jurarte un recuerdo para siempre.
Pero si olvido cómo y cuándo,
a veces ignoraré que esta sensación de piedad te pertenece.
Ante tu tristeza abierta y franca
mi rito de alegría se envenena.
suicidaré mi sonrisa y lloraré contigo
después de haber contado
los rostros del recuerdo que no pudieron hacerme
llorar.
Porque esta impotencia de tristeza
me aquieta las horas
como una manera de vivir de menos.




31.

Me gustan tus ojos de música
congelada,
lentos como la tristeza
al otro lado de las botellas
me gustan tus ojos de cenicero y sagrario
donde se acantilan palomas de
preguntas que no vuelven
de los finales del diluvio
me gustan y amo tus ojos
de túneles clavados a tu alma
de grutas donde tantear el
silencio que te ocupa
como los grillos primeros, cautelosos
luego de la lluvia.
me gustan tus ojos de reloj
detenidos en la hora eterna
que no lleva la cuenta
de las cosas que pasan.
me gustan tus ojos como
rodajas de uvas negras




32.

se ha roto la sangre, la sangre de mi grito
el alarido de mi sangre.
El sol se ha secado y en el suelo están los
escombros de la sangre.
Tú no viniste a beber el pájaro del grito
no vienes a recoger las plumas astilladas.
la sangre se ha quebrado
hay arena en la columna de la sangre
y el yesero se derrite con el agua del viejo
sol ya seco.
Ya no podrás recoger la luz de las palabras,
la vela del alma consumida
salpica mi cadáver
y la espuma seca como el sol
seco no alumbra
de palabras




33.

Beberé telares de la música
cuando pueble tu risa
como un pájaro cansado.
Ah!, el piano de larga espera
como la tierra, como tu risa,
lloveré, la mano multiplicada
a remar
en tu paloma de sangre
soledad para llegar
Todos tenemos una soledad para
cada viajero.
A caer cansado con el ciego
a despertar en la raíz, mano de sed,
del árbol del sueño sin despertar.
Sólo "escalera que sólo sube"
Cómo detenerme
si la sangre me sigue a paso
de campana
A ti, soy
infinitos, existimos en los espejos
enfrentados
pero ser al otro lado
al otro lado imposible inimposible de un espejo.
Ah! estarnos risa a risa
como los locos,
tal vez en la locura no nos sepamos
juntos ni sernos testigos de la propia
locura.




34.

Aquí estoy amiga
levantado ante tu espacio
tanteándote el silencio.
La hora sube de la distancia
y tú bajas al verso.




35.

Paso a recoger tu hermosura.
Cuando yo te miro eres hermosa.
El mundo no tiene mis ojos.
sólo cuando yo te miro eres hermosa.




36.

Perdóname que no sea un poeta
pero te quiero todo lo que te escribo, como
si lo fuera.




37.

La lluvia trota
como corazonando en la sangre
del carro de las horas.
La lluvia estrella el firmamento de mi silencio
El corazón deshilacha el sendero de la sangre.
tú detienes el tiempo de la sangre
para que pueda volver a empezar.
y allí chapotean los últimos párpados.
Hay muchos pájaros derretidos en el viento
en el viento de la sangre,
no importan
hay alas que se reiteran en el pecho los pájaros.
y la savia empecinada que tropieza
los árboles de las manos vociferan su crispación
en el viento
y las raíces son manos acandadadas en mí
ya el ariete testarudo, propio corazón.
como el mar contra los muros.
barcas sueltas
musgos rotos
algas muertas
tallos hondos.
el silencio sangra
tu silencio sangra
guardas ecos de la espada
y devolverás las palabras
y yo mientras escucho
cómo el perfume
gotea de las hojas
cómo tus ojos
emiten un arco
iris
cómo un
himno arderá con el fuego
eterno que encofran las cenizas




38.

En el fragor de la tristeza lenta y tibia
suelo llorar y nombrarte,
y agitar los brazos de mi corazón
como las hélices de un molino borracho
de tormenta,
o una golondrina cansada, en el
medio del mar.
La pena y la noche me llegan al
cuello
y nado para llegar al otro lado de la
noche,
con el silencio clavado en medio
de tu rostro.
nado como solía algunas tardes
nadar en tu boca en el pájaro
nuevo del beso que aprendía a volar
Si tú supieras lo que es cruzar
ciego y a tientas los inmensos
territorios de silencio y de soledad,
por las noches sin luna y sin barandas,
mordiendo los ojos con los párpados
apretados de fervor sin fe
y las manos cerradas sobre el lugar
que dejaron las tuyas,
y el nombre tuyo dicho a veces
ronca e inconscientemente
como si susurrara: Dios mío.
Te quiero, lejana y cada vez más
olvido,
porque el rito de empozarme en la
tristeza es un calvario cotidiano
de las noches,
en que no puedo quererte
sin nombrarte.
Te amo y te odio,
cuando eres lejana y necesaria.
Y sobre las cenizas de la locura de
la noche triste
me alzo contra el alba,
salvado porque siempre el
sol llega antes de la muerte
con tu imagen en los ojos
ya secos y abiertos, contra
la cosa última.
Ese frío no me alcanza,
pero algunas veces en el fragor
de las noches tristes me entra frío por la
boca, como a los peces,
cuando te nombro para asirme de tu
nombre y embastonar tu recuerdo
para no morir náufrago
de la noche




39.

A veces me hablan de ti, pequeña mía
y yo no sé qué decir...
Por eso ahora quiero decirte algo.
¡Olvídame! es necesario
desde el nosotros bifurcado.
Pero olvídame sin quitar mi nombre
de las cosas
Olvídame sin olvido
porque morirías en parte
si llegaras a ignorarme
Olvídame que te encontrarás sin buscarte,
esperándote en la hora en que tu soledad
te dejó sola.
Y podrás estar sola casi igual que antes,
pero será más solitario
porque recordarás.
Yo no haré lo mismo,
Ya no puedo encontrarme,
sólo recogeré tu nombre tu rostro y las
mejores veces
Y me iré a jugar contigo al sueño
Y tal vez te guarde tal vez en el rencor.
Pero, escúchame bien:
no es necesario trocarme por mentiras
Seguirás siendo paloma y necesaria,
y azul y mañana y dorada y descalza,
pero ya no serás ritual y diaria y nueva
como el alba,
y el hábito aprendido de tu mano y de tu nombre
será sólo manera de otro
nombre y otra mano para mi costado.
Ésta es mi manera de olvidarte.
Pero esto, no debes olvidarlo:
En mi olvido serás reemplazada,
serán mejores que tú y más nuevas
y costumbres, pero si hubieras querido
Podrías haber sido
todos los nombres y las manos de
mi costado, y mejor que tú misma,
tú sin olvido y sin pasado, pasado.




40.

Amada mía
la tarde está amarilla y desteñida
pálida y raída
como los ojos previos a la muerte — casi abandona-
dos.
Anoche, la noche me estrangulaba,
y tú no estabas
porque otras veces duermo con una víspera
en la mañana
pero anoche lloré.
Todo se prolonga lento,
sólo es diferente la hora de los otros
y el silencio verdadero más el mío, por las
noches.
He dejado el alma en un cepo indescifrable,
y suelo caminar solo algunas noches,
con la sombra acorralada por las luces
más agobiada y más harapo
con los pasos roncos de baldosas, pesados
y rastreros,
Todo te recuerda,
o acaso sea esta manera de las cosas
mientras yo escarbo tu recuerdo urgente
como el alcohol ritual.
A veces tu recuerdo y el silencio crecen
como un eco sucesivo
esta tarde el sol y las palomas buenas
ya me llega al cuello.
Tienes algo de tarde postergada
en esta hora vacía de la tarde falsa.
Sí te amaba amada mía
y sólo queda
el fervor del sueño apretado como el ojo
credo
y la piedad del niño de las manos juntas
inocente o idiota como el quizá del rezo
de las tardes tristes y solas de recuerdo.
El sabor cotidiano y solo de los trenes
se adelgaza como un estrecho pasillo
perspectivo
Yo arrastro tu recuerdo
de palabra acobardada alguna tarde última
que quedó en el puño de la boca clausurada
como el miedo de descubrir la vanidad de
un ruego
Los gorriones son iguales aquí en la soledad
y en tus mañanas
El rito de las tardes es un hábito del sol y no
una espera
Yo sé que la tristeza es un país transitorio
entre dos rostros y dos nombres
Pero ¡qué importa un nombre posterior a esta
tristeza de no tener tu rostro
sino para las tardes de gorriones iguales
y de recuerdo cada vez más olvido!
¡Qué importa un nombre que no sé decir
y que es sólo un hueco con tu voz hecha
silencio a mi costado!
Qué importa la libertad del olvido
conseguido si esta tarde tus veces
más intensas que otras veces de la
tristeza solitaria
me aprieta desde el último atrás
como la soledad de un
único atroz sobreviviente.




41.

Pienso en ti y te acerco a tus
instantes.
Te ignoro y sé sólo cómo fuiste
ignoro cómo eres pero sé cómo te sé
y sé cómo quisiera que fueras
y cómo voy queriendo que seas como eres.

Creo en ti, porque guardo un rastro que
sangraste
sobre mí
porque tuve la noche
y ya no es mía
porque te has acumulado en mis abrazos
antes despoblados
porque he vaciado el vacío de tu abrazo
más hondo que tus brazos
porque ya no te espero
porque ya no vendrás
y no estoy triste
y no estoy solo
y no solamente no estoy solo
sino que me escuchas
y tienes lo que quiero que tú quieres
y quiero lo que sé que tengo




42.

Escribía palabras sencillas de tus cosas fáciles
hoy, tal vez porque ya no tengo cosas
escribo palabras oscuras.




43.

Somos palabras y así nos acepto
pero ahora mezclémonos las manos
subterráneas del silencio




44.

Con el canto de mis manos te iba haciendo estelas
en el silencio de tu piel como la tarde




45.

Porque es mucho más lo que te vas
que lo que yo te quedo
(¿cómo podría serte nunca mejor con el
pensamiento?)
y sin embargo te quedo mucho más
porque es mucho más lo que me quedo
que lo que tú me puedes llevar
porque hay algo que nos vivimos
más allá del espacio
pero el tiempo nos acorrala en la realidad
la distancia nos destierra de las ocasiones
pero nos queda
mucho más aún de lo que estamos
como en el silencio laten las palabras
y crecen el infinito
que no nos cabe en la garganta.




46.

Para irme todos los barriletes de tu piel vivida de silencio
Para callarme todos los regresos que vengo por tus manos
tus manos de raíz
como la lluvia a las raíces
Para caerme por tus ojos como el verano se agrega a la
tierra en la fruta derrotada
Para habitar tus acechos
enderezando los pasillos de tu sombra
con la mañana a los dos lados o una lámpara
clavada en el silencio
Para arrancarte el buzo de los ojos
y echar al viento todos los pájaros que hasta ahora
Soledad.




47.

Hoy que las venas se te caen por la boca
que serás una garza con la sangre de la
luna
mi corazón se vuelve de campana
y aunque mi tristeza se te
acerca donde
el sol te toca
levanto ya lograda, mi por fin mañana
y deshojo mis flores en tu risa una por una




48.

Y qué estamos dispuestos a decir
sino nuestros propios parapetos.
hacer un caracol de grito
y escondernos
topos en nuestra propia garganta indescifrable.
Y las cosas siguen en pie. fantasmas impalpables.
como asir las ideas con palabras.
Y las cosas siguen en pie —mientras haya
alguien que las piense—
(el pensamiento es una manera de existir que
no se repite)
Pero decimos diariamente como haciendo camino
hacia nosotros que nunca termina.




49.

Algún día conoceré tus pies.
ya no me extraviaré en tus abismos. conoceré tus
vertientes tus túneles tu soledad, tus pájaros muertos
las viejas ciudades los cementerios sin historias con
algún nombre tal vez de extraña lengua.
Algún día seré yo el pastor de tus ríos
de tu silencio.
remaré todos
tus vientos
me habré lavado
tantos rostros de las manos
tanto habrán masticado mis dedos el musgo de tu
pelo.
tantas veces te habré viajado y guardado el barco errante
en tus guaridas
y el ancla y la savia y el Este en tu luna invadida
y despertada en la marea.
Sí algún día conoceré tus pies sabré dormir mis cosas a la
sombra de todas las cosas.
y el silencio convocado en mi actitud de absoluto.
Sí es cierto, me faltará tu historia
pero ningún cerrojo tuyo me guardará un
nunca, habré vivido todos tus testimonios
y habré vuelto a tus pies como a la raíz
para arrancarme el viento de la boca
que me madura en la garganta frutal.




50.

Cuando el tortuoso pasadizo de la sangre
empecina el peregrino silbido del silencio
y como un remero sin fatiga
tu pájaro soltado a travesía
vuelve por la soledad de tantos días
como un barco ahorcado mar adentro
te parecerás un poco en eso a mí
que antes, tal vez de tu abandono
te escribo mi dolor y te lo dejo.


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.

MAHOMA

Jorge Lemoine y Bosshardt
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Te amé después de un perdón y necesitas mi perdón después de

Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt »

Te amé después de un perdón y necesitas mi perdón después de amarte



POEMAS



1.

Voy a tachar la blancura de tus médanos de miga
y dejar los talones de mi boca como un título de un camino de sed
y voy a tildar cada poro con una bandera de saliva caliente
Hasta morder la cruz de las cúpulas
como un puño desesperado de abismo
un vaso para tu alma
y yo desesperado desde afuera
inventando gritos de socorro a mis ojos ya roncos
y a mi voz derruida de haber gritado tanto
yo desde afuera helado
golpeando a templos sin ventanas
la lluvia de la noche cayendo sobre mi espalda
me adosaré a los muros como un caracol desesperado
Y descubriré tus ojos y escucharé por ellos
más cerca el himno de la leche despertada
Y el incienso en los altares y en las aras
cáliz de sangre
cáliz de pasto
descubriré las entradas
y habrá una voz más en el coro de tu sangre
y un trueno de las almas nos hará temblar
y serás el agua acumulada de la lluvia
y zozobrarán mis quillas y mis mástiles
en el flameo de las aguas
y te preguntaré tras el líquido silbido
si has sentido un resplandor en tus ámbitos
como un susurro de la fogata del hijo nuevo
que aturdirá tu vientre de un médano de miga.




2.

Gracias por ser
y no yo
a través de ti
sino tu verdad testificable
Gracias por descansarme los ojos
con un silencio
entre tanto estruendo de fealdad




3.

Yo nunca te tuve pero te perdí.

*

Como una bisectriz del alma

*

Como la piel de una palabra




4.

Si yo pudiese cantar como los pájaros
pastor de palabras
hacerte una puerta de versos
cerraría mis puertas a tu espalda
y el canto que te gusta sería de mis labios
¡si yo pudiese robar alas al viento
tejerte un canto con los tallos de mi alma
y hacerte un pájaro de sol para tu noche
y echarlo como lluvia en tu ventana!
pero tengo que resignarme a dar la mano
a dar los ojos a cantarte con los pájaros
a darte un puñado de viento ya cantado
a hacer mío la mano de los otros
y mientras bebes los gritos ya gritados
la lágrima del alma ya podida
dejarla en el alma agonizando
y darte mi silencio con los cantos.




5.

Tu cuerpo
esdrújula
casi a la mitad de un acento
una flecha
en un puñado de corazón y pasto
en el rincón de dos ramas
en el horizonte
del cielo y del mar
el sol herido
una paloma arrinconada
Dos páginas
y flores viejas y horas
acurrucadas en los vértices
un nido una garganta
una rama buscando la madera
un grito de madera
mandíbulas de palo
la savia
va deletreando el moho.
Tu cuerpo esdrújula
bandera
un acento vencido
la madera busca la madera
Nadie puede distinguir el humo de las nubes
Un árbol.
viento.
un acento
en un puñado de corazón y pasto
secreto.




6.

Mi necesidad de ti es
tan grande como tu
existencia por eso
serías suficiente sólo
si pudieras esconderte
en mi conciencia
y dejar la ropa de tu
cuerpo en mis sentidos




7.

Mis manos copian tu relieve
como el agua amontonada de la
lluvia
y deletrean cada una de tus olas
redondas,
y resbalan sobre tus médanos y
los modifican
como si mis dedos fuesen viento
y empañaran tus cúpulas
y luego el agua cae al agua y
tus manos y las mías.
que te peinan los dedos




8.

Me afanaba en tejerte la poesía como alfombra
para que tú caminaras sin hollarte las plantas




9.

tu recuerdo me duele
por el tú que faltas
pero no reniego de saberte
no reniego de necesitarte
odio la burbuja de vacío
que me contiene
Recién pensé: amor mío
hubiera sido triste ver caer
las letras sin que las recogieras
lo pensé y aun así fue triste
fue triste fue triste
varias veces triste amor mío
varias veces amor mío
estás repartida en este silencio
empapando su presencia de ausencia
llenando esto lleno de vacío
como las cosas
conocidas y creídas de la pieza
ahora que apagué la luz
como ellas,
que podrían irse y volver con la voz de la lámpara
y yo lo ignoraría
y es así como está tu no estar,
sólo que no lo pienso
para que la noche no se doble líquida
como lo que está detrás del fuego
tú me entiendes, bueno, sé que lo harías
para no llorar
entre las lágrimas que ya estoy llorando.




10.

Quiero saber qué es cercanía.
¿el beso? ¿la chispa?
para nosotros piedras.
para nosotros bocas.
Quiero saberlo para tener una palabra.
una palabra ante la gente.
¡Ya sé! alegría.
(porque cuando estás conmigo
estoy alegre)
Pero no es sólo mía
y quiero algo mío, de los dos.
Escucha. (y déjame llamarte Querida)
Querida: tristezas ajenas,
cercanías, es el hijo
Porque en un momento
besarte es besarme, a mí mismo.




11.

Las pelusas del humo suben como las burbujas, en el mar
del aire,
y se mestizan, con las nubes como las burbujas con la
espuma de
las olas. ¿Quién podrá distinguirnos cuando nos
desasfixiamos del
mundo en el cielo de nuestro instante de amor.




12.

La lacia melodía de los ojos se expande
más que como un agua
como un cántaro a volver lleno
de agua
más que como un naufragio
como un anzuelo o una red
Pero hoy no hay peces.
y no pueden darme las manos
las ramas tocadas, no importa cuánto hace
y no pueden ofrecerme otros ojos
los pájaros vistos
algún día
Se esparce mi soledad
Mucho más
voy recogiendo mi soledad
previa de mí
de todos los lugares
donde sigo estando solo.
Ya no importa recoger la soledad
o llevarla dentro
como a un silencio
—o una indiferencia por las palabras
que no son las esperadas—
sólo importa llorar




13.

La lanza del viento se mocha contra los muros más duros
que filo su filo y se endica
El agua remeda el pulmón del lago con su aire azul,
pero guarda en secreto las olas las cascadas la lluvia
y los rayos de líquido brillo en que podría derramarse.
pero si el dique cae o el muro quiebra, el viento es viento
y el lago es río.
Si mi abrazo se desata para buscarte flores, esperas mis
costas
con tu forma estática de lago.




14.

Mis manos pronuncian tu nombre como la voz recorre la caricia de
la piel de las palabras
mientras el ambiente del alma se infla como de un olor a flores
recién cortadas, desnudadas del silencio que aprieta el perfume contra
las páginas.




15.

Tu pecho es un candelabro de dos velas.
Tú del pecho bífido
del corazón como una medalla de pájaro
del pecho de Iglesias
del pecho de labios.
Tú del alma como un ámbito
de las manos como los caminos de la
música
Del hueco mordiendo el mar
o llevando un nido entre los dientes
como dos ramas de pan
Tú de los himnos de nubes erigidos
en el pelo
Tú de las venas como vientres
del corazón como una casa
Tú Tú...
Tú de la voz empañada de pelusas
Capaz de esgrimir mi nombre
a la mañana
con el sol
y llegar a buscarme
Tú como una niña
como un puñado de agua o mariposas
tú lenta grave
Tú quieta triste
Tú como mi contorno
(eterna en mi costado)
tú como la savia
enredada en mí de árbol
en el nudo de mi corazón añejo

Tú con un corazón
Tú como un corazón
cuando eres toda corazón y lates
herida de flecha
y agonizas
y sangras
a la orilla de la savia
Tú resucitada luego de una muerte ritual
Pastora de ecos
Mujer
Madre
Tú con tu vientre de puño
Tú del pecho bífido
de madejas de miga
Tú como un horno
Tú de ojos de chimenea
Tú de mirada de humo.
Tú... Tú...
Tú de playa
de arbustos y olor vegetal
de los heraldos del vientre
como médanos de nubes
como balcones
Tú del tercer oído
como un vértigo
como una chimenea de bodegas
con el mar a veces
revoleando molinos en tus vértices
como un ariete de toldos
y un faro vencido a medianoche




16.

Tienes la fatiga de la poesía.
Tú del pecho bífido
Y también tienes otro
nombre
tú del vientre luego doble
como tu pecho bifurcado.




17.

Si no te hubieras muerto
no sabría que ibas a morir
si no llorara como lloro
no sabría que lloraría así
si no te hubieras muerto
no lloraría como estoy llorando
y ese momento triste de tu muerte
lo hubiese ignorado
ahora
si te viera resucitar
despertar de tu sueño
aun viva sabría que estuviste
tristemente muerta
si no supiera que partiste
ignoraría que estás muerta
como ignoro que has ya regresado
no supe que estabas muriendo.




18.

ha caído salpicada a mi alma
una pluma de la cuerda de la guitarra de un
grito, de lejos como un árbol nacido de amor
emitido de dolor enfrutecido de llanto
y muerto de soledad.
y agrio como un grillo el relámpago de
mi grito. en mi alma
y yo encendí la leña mojada de mi escalofrío.
después la ola del silencio se llevó los castillos
de la playa y quedó la duda de las voces
y un eco arenoso y frío como un miedo de gritar,
y deshacerse como un castillo de arena.
luego tomé tu mano desesperadamente.
sin olvidar alguna soledad recién empezada.




19.

en tu estirpe de tierra
mis campanas romperán como los duraznos
tu mano sangrará gorriones de barro
barro de sangre

tu mano cíclope en el vientre

allí vivirán mis ojos

(como el alma de la luna
que está loca)
como una luna quemada
que guardó antes de la tormenta
su razón en tus guaridas

perdóname

perdona mi hombría
no pude sernos
el hijo sin sangre
no pude sernos el hijo
sin sangre

en la frente de tus manos
techo de madera y leche
mi beso se arrodilla
como un árbol

un rey
tributo sobre la tierra
por tanta saciedad recogida

ahora
la historia nos espera
los rostros nos repetirán hasta diluirnos
los rostros acechan en el tiempo del hijo

ven madre
amiga de mis manos

nosotros
a ungir de dios mi silencio vacío

tu silencio sobre el mío
es vigilia y plenitud

fuimos de la mano hasta tu vientre
y no tuve miedo (sino dios) de la eternidad

tuve dios amiga
yo también he creado

tu telar guarda mis manos
como la tierra gira por los árboles
y los cementerios
como si todo fuese líquido
y los lugares en proporción
sólo fueran en el exterior que es
una vasija

así gira todo dentro de nosotros
yo dentro de mí
que fijamente soy sólo yo
mi afuera
las veces de los otros

dame tus manos
raíces
pájaros
libertad y
libertad




20.

Iré a buscarte los días
a poblarte las horas
a urdirte la sangre
como una ciudad nocturna




21.

tus manos latirán
como los pájaros que esperan la raza
en el trasbordo ritual de los diluvios
pero llegará la paz al beso
y un rumbo para la libertad
que nos está buscando

ven grita conmigo
descalza como la tierra
echa a volar tu pájaro total
tu pan tu molino tu espiga
cisnes por fin
tascando las tormentas
como una nave
que late el mar
como tú amiga mía

baila baila baila
el viento se ha hecho para ti
árbol en libertad
levanta tu raíz muerde las
nubes con las manos
que yo besaré tu locura mientras tu luna
amiga
amor
te azuza el mar
que llevas dentro




22.

amortajado de sombras voy esta sonoridad de silencio por el borde
más ingenital de la noche. Tu imagen me arroja una lámpara
tu boca una antorcha de sonido para incendiar al silencio.




23.

Siempre
empieza
constantemente
como un río
este amor
que no termina
nunca




24.

Cuando no estamos juntos
me sobro.




25.

No me dejes en esta tiniebla de tu vida
con mi soledad. Dile que se vaya, que me deje
solo.




26.

¡No puedo ni decirte adiós!
Mi alma deshecha se enreda
en las piedras de mis dientes
como un musgo y la noche
continúa como un río
y siempre será menor mi
tristeza anterior

yo te ofrezco mis ojos como una
costa pero muchas plumas
del puente se las ha llevado
el viento del agua
Y yo te extiendo mis ojos
como una mano.
y vuelven como redes
desde un mar ya sin
peces.




27.

Un día estaremos sentados
a la sombra del tiempo
de la mano
leyendo tus versos y los míos
los dos como una sola flor
la que hubiera sido el infinito
si no se hubiera derramado.
Un día, amor.




28.

Entre palmeras de multiplicadas manos
inmóviles alas de abanicos
sobre la hierba cómplice
entre el aroma sonoro de los eucaliptos
sobre la tierra desvestida
sobre algunas piedras huérfanas
contra la tumultuosa cabellera oceánica
recogíamos piedras o caracoles
cazábamos canciones en el aire
y atrapábamos las palabras
con que ahora edifico estos recuerdos.




29.

Desmantelando naranjas
demoliendo pianos
triturando caracoles
como a fetos de flautas
voy y vengo entre pies
e iluminación vacía
besando la íntima piel de algún espejo
con reflejos de lenguajes diferentes
De esta peregrinación por el aire
de esta torre de saliva
se pueden decir tantas cosas
tiene tantos nombres la soledad

Y el tuyo, el más atroz




30.

Te llamé por teléfono.
era el silencio en punto de tu ausencia
en mi pieza sin tiempo
Te llamé con insistencia
la llamada se extendía por el aire
la llamada sin respuesta
como un grito agonizante
inundaba el vacío callado de tu casa
y sonaba tristemente a nadie
Colgué. hice otra llamada
la misma cruenta voz que se partía
la misma temblorosa campanada
Me pareció que tenía algo de risa
recorrí en mi memoria todo el ámbito
un silencio sonoro que dolía
Volví a cortar. Estoy pensando
ahora en los venarios corredores, en la puerta
en los discos quietos y callados.
en la paz tranquila de la mesa
en el pasillo ahortal que se derrama
y que pasa delante de tu pieza
Al pasar me fijo en la ventana
Tu mundo de misterios escondidos
y me siento de recuerdos en tu cama
Se me sube a los ojos el vacío
se encarama tenaz a mi garganta
me siento encerrado en el delirio
Ahora pienso y se me anega el alma
que tal vez cuando te llame nuevamente
me responderá el silencio de tu casa
Y mañana y después al día siguiente
y también después de una semana
y otra más y después ya para siempre
Hasta que yo sepa de verdad qué pasa
: que sólo existes en mis sueños de demente.




31.
CLICK

Ya está la foto.
No puedo entender que fuéramos
que ese tiempo de beso
tiempo de nosotros
en que atrapábamos la vida
se haya vuelto papel de fotografía
y yo la mire solo.




32.

Y cuando se pronuncia la primera letra
de silencio, yo ignoro si es la pausa
de una coma o si es la semirrecta
decisiva de un punto final;




33.

Me ha llegado una carta tuya
desde antes
desde un día en que podría haberte averigua-
do
Hoy es el día en que sé que podrías haber
llegado
Hoy es el día en que
creces con los instantes
de mi caída
a lo largo de tu tamaño de pozo.
Tú eres un sobre cerrado desde que
existes carta.
Aquí.
Hoy, tus ojos:
¡Querida tú!
tu boca:
esperada, llegada, tenida tú
mis manos mar y anclas
tus manos anclas y mar
tú: mar
yo: ancla quilla
En el horizonte, esta manera de
nosotros
esta forma estridente de decir
esta forma ajustada de ser.
Me he caído a las entrañas de
tu alma,
allí me quieres
encontré la bandera de mi
imagen
y un llamado que esperaba
que lo fuese a buscar
a escuchar
un candado grita su dolor
estático.
Se aprietan las voces de
tus cosas y no te entiendo
y se deforma tu imagen
simple,
complicada.,
Me abrazan los renglones de
tu abrazo.
Mañana seguiré la
estela de mis ojos
Me acantilé desde tus ojos
aludando a tus sótanos desde un balcón

y se encontraron mis dos maneras
de verte de escucharte de
hundirme
Mi conciencia está en tu alma

He despertado en tus playas duras
o como mi blandísima manera
de sentirlas.
el tú que pienso se infla de ti
Eres enorme
y eres tú
y te sospecho infinita.
Tú eres hasta donde son las cosas en que
existo en el instante último en que
estás llegando
Hasta allí eres tú,
pero hoy que lo sé desde allí eres
hasta donde llamo tú.




34.

A veces no bastan mis maneras de tenerte
para mi voracidad.
Me empalagan los abrazos apelmazados
y un bostezo se infla en mí
y te aprieto con la desesperada
fruición de dos muelas en mis brazos.
y vienes a enhebrar mi abrazo
a imprimir tus bordes en mi piel
a caber en una cueva
que se encueva en ti
como una espada de luz
que hace sangrar el misterio de los cofres
y atardezco en tus aguas mi
naufragio de ocaso
tu mejor abrazo
mi manera de abrazado
también tus brazos
tus pliegues
la ciénaga en los
hombros de tus brazos
mis raíces
Se elevan los mástiles al cielo
se acantilan las quillas en el mar
déjame guiar el barco de
este abrazo
tú guárdalo
cierra un párpado sobre los cráteres
déjame nacer de ti
como una lágrima de lava
como la derrota
de mi mano abierta
y luego ansiar en tus
costas la gruta del remanso.




35.

Me gusta llegar a las guitarras de tus manos
porque son telares de silencio
y cantan mi paz
y en sus acequias caen mis mejores
horas con los cadáveres de mis lágrimas
como un simple posible sabor que no
he sentido
por eso me gustan los candelabros de tus
manos.
porque ellos no dejan acercar la noche
y arde a la paz de mis imágenes como
velas sin viento
Te perdono porque tengo derecho de llorar
y perdonarte
Porque todos tienen derecho de ser una
vez culpables
porque todos tienen derecho de ser
perdonados.
porque te amé después de un perdón
y necesitas mi perdón después
de amarte




36.

Tú llegas a veces para recomenzar este silencio
desteñido polvoriento de astillas de
bocas escombradas, enmohecido
de quizá llamados que cayeron
exhaustos antes de mi noción
de soledad antigua
como el fuego de una antorcha
no me regala ni un silencio
de oscuridad a mí que estoy
en sus últimas olas casi
en las playas de la luz,
que en mi asfixia cabe sólo
la sorpresa del aire
y hasta que compruebe
sus gotas no sabré de
su tal vez cercanía de
sus tal vez gotas de mi
quizá muerte;
porque los brazos de los
gritos, mutilados antes
de mí no descascaran
la burbuja de mi silencio
por eso tú vienes a recomenzar este silencio,
éste mi fiel, porque no hay un instante de no él hasta
él desde mí en que esté solo de él
este silencio pegajoso, meloso, oxidado, ya no sé si
del metal de la estatua de mi alma o de
la corona con que es
él, y mi soledad
existe.




37.

La primavera encendió fogatas
verdes en el campo virulentas
de caspa de margaritas, el viento
se apoyaba en los titubeantes
árboles




38.

la música se destiñe

en mi corazón como una
bocanada de niebla
indescifrable llora
mi corazón
mi corazón llora y tus
imágenes desafinadas
como una calle tras una
ventana de invierno

y tú subes como un incienso
de vino




39.

Tu frente como un altar de música
risco de vientre, proa o techo de fruta
y mientras un bostezo de música caliente
nieva a mi alma como un último velo
a esa hora sin culpas y sin manos
llena de ojos sin mirada de rostros sin rostros
a esa hora en que acuden como arroyos
revertidos
las horas que oraron;
tu vientre, tu vientre de faro, de reloj,
de cerradura y de campana
con los ecos lejanos del rojo campanario
con las alas alertas de campana entre las
páginas
con las viejas olas guardadas
que rompieron de violines tras los arietes
encallados
tu vientre de bodega y sótano
de caracol y pájaro
de incienso profundo entre la hiedra
heraldo y soldado de la gruta
tu vientre de la música coagulada
del agua enmaderada
del agua derretida
de la música derretida a la hora
de empezar a esperar
y de llenarse los ojos de perfume
como antiguos altares de templos recónditos
adormecidos de rito y pulso de pájaro.
tu vientre y tus manos
tus manos de puñado de piano
de candelabro de lana o miga
con rumbo de guitarra
y ya ahora toda tú
viejo crucifijo de fe
ya no volveré a rezar en ti
barco de tantas tormentas de ciego
simplemente
tristemente como a una siempre casa
con ese diario olor a cosa mía
tengo derecho y ganas de llorar por eso no lloro
persigno tu recuerdo
tu hondo recuerdo de cosa que comienza a olvidarse
yo no te olvidaré porque has sido
quedarás en el mismo recuerdo de tantas cosas
y tantas horas y yo mismo dejado,
abandonado de ser
para orar por las tardes de recuerdo infinito
hasta ser el que te ha olvidado.




40.

¿Quién puede decirme el orden de la
espuma
los laberintos descifrados de la
espuma
los panales resueltos de la espuma

¿Quién puede decirme sin dudas
la duda
el garfio interrogante en la
penumbra
sin dudar, el rostro perfecto
de la duda?

¿Quién puede decirme: no
despertarás del mundo;
y pensarás: en la vena de mi inimposi-
ble soledad aferré un puño
y en la garganta inexorable
del silencio mordí un nudo?
y pensarás: descubrí una manera
de ser más que una mente
¿quién puede explicarme
ese miedo de
caerme del carro de las horas
y quedarme como las piedras
empedrecidas y demoradas
de las costas
que (¿quién puede decirme que
no fueron gotas?)?
y no sé si tengo sentidos extraviados
en un mundo incoherente
o estoy decapitado de sentidos
en un mundo de cosas y de gentes




41.

Tu silencio es de noche y yo tengo tu
silencio
y he naufragado en él como un ciego y con frío
y aunque se acumula en mí un vacío
de ti
tu silencio es mío

Estoy vacío de silencio y me guarido en el silencio
Estoy lleno de palabras, mas no sé
decirlas
tengo fiebre en las lágrimas y nada de ti
sin embargo tengo; tu partida.




42.

No he lavado la ropa que tenía
la noche que nos desenvainamos
y desnudos como la miel que cae
de los higos maduros a la siesta,
nos anudamos acuáticamente
como dos lagos o dos gotas de agua
que se juntan innumerablemente.
No voy a lavar esa camisa.




43.

En esta noche aquí en esta ciudad
hoy, cualquier día un cualquier nunca
en esta ninguna parte rescatada
yo: este nadie de cosas y almanaques
de resecadas rosas y poemas volados
aquí en esta ciudad yo ahora
estoy escribiendo tu nombre
con dedos de niebla
roto contra el aire encallado
en la noche triste y sola de esta ciudad
donde hay tantos que tal vez recogen
su memoria, su alma, su tristeza
para llevársela luego a algún poema oscuro
en una ciudad cualquiera, solos.




44.

Necesito un jirón de tu voz para amordazar la noche
La noche sangra la noche sobre la piel de mi alma
Y mi alma, muere equivocada con la sangre suya
de la noche.
La noche inunda la noche como en tu voz vive tu voz,
Tú me señalas con el índice de tu silencio el viento
de la noche,
las olas de mis brazos rompen en la playa
de río de esta noche, y tu dedo se alarga con
mi deriva inevitable.
Tú me puedes salvar,
La noche ya me llega al cuello,
el silencio alarida su brazo oblicuo y negro e instantáneo
cuando reviso mis oídos.
bajo mis ojos impotentes de las ventanas vacías
voy a la bodega de mi mente a sacar el polvo
a las imágenes,
Estuviste tanto conmigo que nunca tuve tiempo
de recordarte o sospecharte,
Me sobra tiempo para morir
Me sobra tiempo para recordar
Me sobra tiempo para esperar
Me sobra noche y silencio para morir las mil veces
de mi amor sediento y vacío
me sobra el pecho de mi ansiedad y mi angustia
para la última espada conocida del silencio que
me sobra, que sobrará,…
y el polvo.




45.

Así yo en ti
tu imagen puntiaguda y penetrante
ha llegado como un mástil a la vagina del alma
y se yergue allí como el murmullo sigiloso
de un estruendo guardado y contenido
Por eso mi boca se titula con tu nombre
y tras tus puertas, en el templo abrazante de nuestra
hora y de nosotros,
donde la oscuridad reina como en una caja cerrada
coronas como un anillo mi existencia íntegra
mientras mi rezo lancea el cielo
las palomas del eco se acercan a parpadear con sus alas
y los muros se derrumban con estrépito de humo
Y nado en la pecera de una lágrima
mientras se van derrumbando tus cristales de
burbuja
hasta que el vértigo en que nos evaporamos hasta
mezclarnos
resucita de nosotros
y estamos diferentes y nítidos
como cada uno de nosotros
borrachos aún de cada uno.
como dos vasijas quebradas
y las aguas novias
inundando la ciudad de los pedazos.




46.

Se ha inflado de silencio el ojal vacío de mi alma
la débil piel de una O anilla como un puño en el mango de mi ahogo
como una burbuja que me socava la garganta
y más allá de la sola oscuridad que sólo me llega de la luz




47.

La página existe como un abismo imperativo
y sube en mi busca pues mi caída la eleva
y soy un alud por ella y quiero caer.
y sé que dejaré la huella de la huella de tu imagen en mí
y tengo para hacerlo un mar esférico
mi rumbo insabido puede ser cualquiera
mas sé que uno acaba o existe entre la costa y yo
y a veces supongo que son más de uno




48.

Esta zozobra de todos los altares
esta prisión de todo mi albedrío
Es una cosa de verdad incalculable
esta deriva ciega, sin destino.

No te asustes de esas cicatrices
son parte de mis gestos, son sonrisas
—No entiendo bien lo que me dices.
¿Que de quién son esas fotografías?

Me parece que son de una película
me las traje puestas desde el cine.

Ahora mientras te quitas los zapatos
voy a echar al fuego alguna leña
de paso tiro esos retratos.
Podrías abrir esa botella?




49.

una luz una señal una estrella a través de la larga oscuridad
el jardín de tus manos la granja de tus ojos
y yo podía deletrear tu respiración descifrar tu respiración cada célula de tus palabras
era un luminoso viaje a través de los pulmones de la oscuridad de la sombra de las tinieblas
como es todo contigo como pasa con cada cosa contigo
todo un universo en una lágrima
un completo universo en una lágrima

el amor me hace ver todo con arcos iris y pájaros volando entre medio
pero hubo un día en que yo no te quería hubo un día en que yo todavía no te conocía
hubo un día en que yo todavía no te había visto nunca
y cuando yo te vi por primera vez
la primera vez que te vi había pájaros y arcos iris
sonriéndole a mi vida

te amo

no estoy muy seguro de las cosas que no amé antes de ti
no estoy muy seguro de las cosas que no hice amándote antes
tú eres como mi alma
tal vez yo conduje tu imagen a través del completo inventario de mi vida de rostros
terminaba en el tuyo
parecía tan fácil tan natural

todo va ocupando su correcto lugar en mi espíritu
mi mente se aclara a cada día

el tiempo tiene delicadas manos y acomoda todas las cosas sin romper ninguna
mis manos no son tan delicadas rompí la alianza
rompí el anillo de casamiento
me gusta mi voz de pie en tu nombre me gusta mi voz haciendo pie en tu nombre
me gusta fijarme urgentemente en mi cuaderno de apuntes
corrijo: libro de marilói
para tocar tu mente
para mojar tu mente con un color
yo antes nunca pensé acerca del amor relacionado con colores
un color no religioso como el color religioso del amor
ahora ya sé cuál es. el color de mis ojos cerrados cuando a veces el oro es oscuro
ya no tengo más garantías en mi sangre mis ojos vuelan con alas matinales
tú lavaste toda la mañana que yo venía trayendo en mi boca
todo el acero que tenía toda la soga los amarres ataduras todos los pesos que tenía
las cargas
es para estar en tu libertad para estar para estar
con tu libre asidero tu libre adherimiento tu libre pegarme a ti
si tú abres tus ojos yo reviento la luz rompo con la luz
tú me sangras me desangras tu mirada
tu respiración construye mi alma tu aliento, la edifica
yo recuerdo tus dedos arrastrándose
moviéndose cautelosamente sobre mi piel
inventando mi forma
ciñiendo mi cuerpo con espacio
soy una isla en el medio de un océano ausente
esta soledad esta tristeza del aislamiento me hunden
miento en tu ausencia olvidándote




50.

Mi corazón camina en mi sangre
mientras va penetrando.
Su boca trepa a través de mi
pecho como un profundo castor
Hace un agujero
y vuela hacia el sol. Mientras asciende
gotea un sueño que cae sobre mis
manos. Y nosotros estamos ahí, cuerpo
a cuerpo, paseando por una muy larga
calle. Ahora puedo empezar yo también.

Me, to the earth.




51.

Disuélvete en la noche poco a poco
como cuando te disolviste de la noche en mí
ve apagando las velas encendidas
una a una
yo quedaré como en un templo a oscuras
como el alma del templo, como mi alma en mí
ardiendo como hostias en los cálices
con ese fuego antiguo que es tan fuego
que arde mudo y no se puede extinguir

Recoge las palabras de los sitios
termina la agonía de los pájaros del eco,
desfigura de mi iglesia tus imágenes,
Hay una nueva sobre el altar
tú eres una imagen de ella
te romperás sin poderla quebrar

Y luego con los puños solos
Sin manos para un fin o un “otra vezâ€
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.

MAHOMA

Jorge Lemoine y Bosshardt
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El cielo irrepetible

Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt »

El cielo irrepetible



POEMA




I

Quiero mirarme como a alguien desde un balcón
Tirar mis anzuelos a mi alma
—El agua está tan chata que no sé si es dura o blanda—
Emergerán tus imágenes sin ahuyentar las ondas en un eco
Y te pelaré como a una fruta
Te desnudaré mil veces
Hasta que estés desnuda
Capa por capa cáscara por cáscara
Como retrocediendo el tiempo del árbol
Hasta que quede el microbio de la perla
Y pueda tocar el hijo en un sueño
Y sepa en mis dedos la sensación de mi amor.




II

Por los postigos de tu alma
Chorrean brazos de mañana
Y las mariposas de la lluvia enfrutecen los árboles
Y se levanta el humo del olor a tierra regada
Que gotea por los postigos de tu alma
O se acurruca en las paredes
Y nosotros mismos
Somos semillas de nuestra propia tormenta.




III

Tú eres de verdad
Y voy incendiando bosques de silencio con tu nombre
Erigiendo la torre de un grito
Una torre transparente
Con los ladrillos de mis lágrimas derruidas
Con los escombros de mi ciudad sola
Donde mi ilusión y mi espejismo de alguien
Crecían sobre mis propias huellas
Y he acomodado las gotas que lloraste sobre mis manos pordioseras
Porque eso es lo que tengo de ti
Porque eso es lo que me diste de ti
Porque eso es lo que quiero de ti
El testimonio del cadáver del mar y mi libertad de isla
La calavera del silencio y mis alas de alma
Tus palabras.




IV

Surge el mástil de un grito
Y muerde la piel de mi grito con que te exijo
Y vienes vienes tanto que llegas
Llegas tanto que muerdo tu alma
Y tu presencia grita su presencia
Mientras tu cuerpo es la conciencia
Que piensa y sabe el grito de mi forma.




V

Quisiera poder describirte el amor con que te quiero
En el recinto de mi alma el humo se acumula
Se modula la melodía tenue de tu imagen
Como si en un templo inmenso
Con estruendo de perfumes
Adivinase el casi tácito susurro de tu aroma
Como si en un bosque
El coro de árboles muriese del silencio
Y su voz se alzara como un alma dura de gritos gigantes
Y entre todos ellos tu voz me nombrara diciendo
Si supieras la forma en que te amo
En el recinto de mi alma el humo se acumula...




VI

Dame la mano y tus ojos
Deja a mis palabras ser un párpado en tus tímpanos
Seremos entre la gente
Dame la mano y embastónate en mi renguera que se suprime en ti
Vamos
Subsistiremos las olas como un barco redondo
Y no podrán volcarnos
Vampiraré en tu boca un alba que me despierte
Mientras vaya apretando la noche en tus ojos
Y te duermas apoyada en mí
Mañana estarán lejos los ecos de los árboles
La neblina del silencio habrá desteñido horizontes
Las palabras que nos dicen serán viejas
Y se romperán contra las montañas
Queriendo rescatar nuestros pies
Pero seremos como el horizonte en los ojos de quien nos busque
Y viajaremos con el cielo
Sobre los pasos de quien nos siga

El último beso es un tácito que nos prensa las bocas
Mastiquemos nuestras caras
Y cuando estemos juntos corramos hacia nosotros
Que podremos ajustarnos más
Así
Anonimados en un abrazo
Como nuestras manos se muerden
Marchemos entre la gente
Hasta llegar a nosotros
Dejándonos quizá destruir

Luego nos evaporaremos de nuestros cadáveres
Y nos juntaremos en las nubes
Como dos humos distintos
Y en el mundo se incendiarán los bosques
Para que dos fogatas se den las manos
Ahora
No desancles tus dedos
Cierra este primer párpado en tus oídos que las sirenas silban
Y puedes tener frío
Y tiemblo también de frío de sólo ver la gente
Acumulada ante nosotros como la escarcha en los vidrios
Y tengo miedo de que mi voz se hiele en mi aliento
Y que mi silencio sea un antifaz transparente
En las palabras ajenas
Tú
Amiga
Compañera
Novia
Piel de mi carne
Yo mismo y quizá
Lágrima o tú solamente.




VII

Necesito un jirón de tu voz para amordazar la noche
La noche sangra la noche sobre la piel de mi alma
Y mi alma muere equivocada con la sangre suya de la noche
La noche inunda la noche como en tu voz vive tu voz
Tú me señalas con el índice de tu silencio el viento de la noche
Las olas de mis brazos rompen en la playa de río de esta noche
Y tu dedo se alarga con mi deriva inevitable
Tú me puedes salvar
La noche ya me llega al cuello
El silencio alarida su brazo oblicuo y negro e instantáneo
Cuando reviso mis oídos
Bajo mis ojos impotentes de las ventanas vacías
Voy a la bodega de mi mente a sacar el polvo a las imágenes
Estuviste tanto conmigo que nunca tuve tiempo de recordarte o sospecharte
Me sobra tiempo para morir
Me sobra tiempo para recordar
Me sobra tiempo para esperar
Me sobran noche y silencio para morir las mil veces
De mi amor sediento y vacío
Me sobra el pecho de mi ansiedad y mi angustia
Para la última espada conocida del silencio que me sobra
Que sobrará
Y el polvo.




VIII

Voy a tildar en tu tierra con un racimo de estacas
Los ámbitos para mis cosas
Y bosquejaré un itinerario para el calvario del beso
Luego te ungiré de silencio y te untaré de mis ojos
Amor
En los volcanes la lava agazapada
Soporta su mordaza
Los árboles traman en la savia las nuevas hojas
El viento reserva mechones para los corales nuevos
Los pájaros visitan el silencio de las ramas
El viento musica su arroyo para los peces rituales
Amor mío
En las bodegas del silencio se despereza el embrión de una palabra
Se están secando los grillos de una voz no estrenada
Es cierto amor
La primavera llega a tu vientre
Y tus ojos florecen y tus manos
Se pueblan de pájaros festejando las frutas.




IX

Quiero enjuagar mis caricias en tu pelo
Y secarme en tus manos
Guardar en los tímpanos de mi piel
El rumor de la tuya ahora callada
Y enmascarar la distancia tras un vidrio
Porque tengo los dedos transparentes como una hache
Y miedo de hacer flamear tu imagen
Si te beso en el agua
Aunque sólo una brevedad de mí cabe en ti
Eres en las cosas viejas un tiempo larguísmo
Y se han empañado
Amarillentas
Como versos secos
Como los armarios antiguos
Con añejo olor a madera
Y estás encima de todo o todo está detrás de ti
Desfigurado y desteñido como las calles tras los visillos
Y me alzo con mis horas viejas guardadas
Con olor a naftalina de recuerdos
Deshilachadas y arrugadas como el eco sucio de mí mismo
Remedado
Y busco en los bolsillos de cada día sido
Y el perfume de tu mano se anticipa a mi conciencia
Y miro mi alma raída ampollada de quemarse
Con callos de ser siempre ella
Creciendo de sí misma como un vapor nuevo
Y veo una nube transparente y limpia
Resucitando desde un charco de barro
Entonces estás translúcida
Como el calor que me eleva espacial y fantástica
Como el silencio
Y tengo miedo de escucharte en sueños
Porque tu voz podría despertarme.




X

Esta noche izaré tus ojos como pájaros
Para enfrutecer mis cielos áridos
Y mis noches secas
Volveré con tus manos a media asta
Abandonadas como nidos viejos
Frías o calientes pero vacías
Aunque importantes
Pero ellas sin ti
Como huellas de pasos ya dados
Y abandonados
Traeré el trofeo de tu perfume como una bandera rota
Y tu sangre marchitada
Y un hueco en las venas para mi savia
Porque te quedará de mis lanzas
La prolongación de las abejas
Y luego serán mías las gotas de miel
Como una bandera de la tierra
Y tus panales jugosos como campanas recién inauguradas
Que cantarán por tus ojos un título de tu hijo.




XI

Las velas perfuman tenuemente los muros
Y las cosas
Nombrándolas de formas
—Como la noche necesaria para las estrellas—
Las velas titulan las cosas
Como los cantos y palabras dictan los silencios
Las velas desjugan su itinerario total de caminos
Las fogatas dejan resucitar el humo
Como rápidos álamos
Pero quedan los huesos de las cenizas como testigos del fuego
¿Quién se alzará o qué
—Como un árbol heraldo de la tierra—
Sobre los ladrillos de mis ruinas
Para nombrar mis torres?
Tú eres la noche necesaria para mis estrellas.




XII

Tu vientre de durazno gira su quietud
Y se enrolla sobre los latidos del eco caído
Llegas a toda la semilla agarrada
Tus paredes acantaran el hijo de agua
El hijo de frente
Coronado
El hijo de eco que te grité
Cueva
El hijo de sombra
Cueva dolorida de antorchas
El incendio del hijo.




XIII

El sol ha madurado en las ramas del cielo como una fruta
Algún día el cielo floreció de estrellas
Alguien diría que en el azul de los árboles
Han amanecido las frutas
Yo diría que el sol ha madurado en las ramas como un higo
Tú dirías que el sol ha madurado en los brazos del cielo como un nido
Yo te escucharía
Y vería ascender tus hombros azules
Despeñarme en un ocaso
Con el cielo en mis brazos
Con el sol en tus ojos
Y el sol maduraría en el cielo
Como un hijo.




XIV

Mi tristeza estaba en mí como la noche en las cajas cerradas
Y faltaba la cadena de tus cosas
Y mi conciencia de tus cosas
Para desterrar el silencio de mi campana
Con la perpetuidad del mar en los caracoles.




XV

A veces persigno un beso en los cráneos de tus templos
Dentro hierven los coros
Y tiemblan las imágenes
Y vibra el humo lácteo del incienso amontonado
Tú me das los árboles de tus manos
Yo lluevo a ti y arrastro las hilachas de mis dedos
Murmuro en tus calles
Mi amor llueve
Tu ciudad de amor se moja
Despierto tu conciencia en el techo de cada poro
Apago la leña en tus ojos
Y me llevo la ceniza
Sin la efe en que agoniza el fuego
Corro
Y corro los harapos de mi piel como una sombra
Y llueve en tus calles
Y corro y corro
Y me entumbo en tus sótanos.




XVI

Hay un silencio para mí
Lo emites tú
Emerge de tus ojos como una mirada
Hay una paz para mí
La voy a beber a tu arroyo
Tus manos laten entre las mías
Como el último pájaro que parpadea en las hojas por la tarde
Hay un amor para mí
Lo guardas tú como una vela
Tácitamente encendida todo el día
Hasta que llegue la noche de la llama verdadera
Y en el altar que guardas
Tú hagas la misa
Hay una noche para mí
La tienes tú para mis botes a la hora de las quillas
Hay una nueva paz para mí
Los corales lentos luego detenidos
Donde las anclas fatigadas
Rezan su herrumbre
Como un pez siempre conocido
Comprobado tras las redes.




XVII

Bosquejaré una enredadera de besos
Que trepen por las columnas de tus piernas
Y lleguen hasta el musgo del techo y se tejan en él
Como el humo se arrastra hasta las nubes
Para unir sus manos
Y allí el instante encontrará su lentitud
Y se demorará la sensación inmutable de tu cercanía
Subsistiendo a los segundos irriendables
Como gases o fantasmas
Y se abultará un grito en mi garganta
Y será tan grande que no me abandonará
Y asfixiaré una palabra que tú también evitarás decir
Y me preguntarás si escucho tu silencio
Y entenderás el mío
Y serás dueña de mi tristeza inevitable
Y estaré contento
Y se empañarán las cosas
Y serán nosotros nuestras lágrimas
Cuando caigan en las bocas juntas
Porque tu sal será mía y estaré en tu sabor
Y hormaré en ti como las cosas contenidas
Y seré un verso amordazado entre tus páginas
Como una campana seca
O la lengua quieta de un campana
Y crecerá el empalago de un sonido presentido
Y te cantaré tu melodía
Y derramarás la mía
Como un revoloteo agonizante de alas de campana
Que irán enloqueciendo hasta despertarse del desmayo
E ignorantes del tiempo
Que la felicidad nos emboscaba
Pensaremos fugazmente
¿Cuánto hace que podíamos amarnos?
Y no sabremos ni siquiera de nuestro principio
Y nuestro amor se estirará desde un incierto cuando
Y nos sabremos unidos
Sin entender la intrincada unión
Y veremos plumas caídas de la locura de los pájaros
Y el agua estará dura y chata en los estanques
Y tendremos frío
De pensar haber estado menos juntos.




XVIII

Tú eres como el único frente del espejo
Ignoro el silencio infinito
Para oponer a una palabra tuya
No sé el grito imposible
Para aplacar tu silencio
Eres como la única manera del abismo
Puedo empezar por tus ojos
Y terminar en tus manos
O comenzar por tu boca
Para arribar a tu vientre
—No eres como el túnel de la música
Que tiene dos entradas—
Si te amara mañana persistirás
Al margen de los días
O mi amor será la sombra
En tu trayecto por las horas
Pueden agregársete las veces
Pero las viejas no se herrumbrarán de polvo
Pueden adherírsete silencios
Pero no han de agriarse tus palabras
Pueden adosársete mil noches
Pero no estarán roncos los violines derretidos
Eres como una calle
De neblina final no resuelta
El frío podrá remedarte
Como la sed imita el sorbo
Pero seguirás siendo tú
Como una hora que corre por el tiempo
Huyendo de su espalda sin abrigo
Que besa la nada del intiempo.




XIX

Arde como una vertiente
En mi charco desteñido de polvo
Para mi alma turbia tu imagen
Que es como un farol en la niebla

Yo apoyo mis besos
Como góndolas en ti
Y tú te enturbias como tiritando
Cuando yo apoyo mis besos como palomas en tus iglesias

Muchas veces me quedo dormido como un frasco
De donde escapa el fantasma del perfume por el hábito
Hasta que lo olvidemos
Y podamos volver a comprobarlo
Y despierto sorprendido de tu vientre
Que trama el hijo
Como una rueca frutal
Porque luego él será como las hiedras y trepará hasta tus ojos
Y yo lo aprenderé tras las ventanas
Como la mañana pobre que chorrean las claraboyas
Pero un día escalará por las columnas hasta tus ojos
Y podrá verme en tu vientre guardando su tumba como una vela
Porque habrá resucitado de tu vientre al cielo de tus ojos
Y él será la hiedra que crecerá como el humo
Adosado a tus cráteres a tus volcanes
Mientras su sombra se aferra en nuestras almas
Como la humedad cicatriza los muros de los templos

A veces me quedo dormido
Y al despertar pienso mientras tú sueñas
Y escucho cantos que se atreven en tus senos
Como las mariposas del panal que sueñas
Y escucho en sus cúpulas cómo el jugo se enrolla
Para nuestro inimposible uno y otro
Para nuestra sola persona
Para nuestra sola carne

Cuando te miro de cerca eres como de naranja
Como si estuviese acostado
En un cielo nocturno completado
O una playa
No importa que no pueda sumergirme
Hasta el primer tamaño antes de la nada
Me basta con sospecharte de uvas
Y pensar que en cada lugar tienes un árbol de mil manos
Que esperan como flores el rocío de los míos
Me basta con rozar un gong en una uva de tu vientre
E incendiarte de ecos con mi antorcha
Puedes ser íntegramente mía como mil estrellas simultáneas de mis ojos
Con sólo convertirme en un pecho de tu abrazo
Un pez de tu vena
Mango de tu puño
Para la noche en que eres valiente como la guarida de una grieta
Para la noche doble de los túneles
En que deletreo a tientas los misterios de las vainas comprobadas
Las velas son pinceles velocísimos que hacen las cosas
Son puñales de la noche
Pero las velas no pudieron hacerte
Los ojos de mis manos te tuvieron antes de las velas
Porque eres perpetua de mis ojos
Como las lágrimas como los párpados
Ha llegado la primavera y tú me emites de tus grutas
Como el canto del agua próxima
Porque he quedado como el eco del perfume
Y yo corro por el páramo preparado de árboles
Como la playa perfecta que saben las olas
Que se llevan el secreto de los castillos
Como la herida que tienen los puñales
Antes de la herida
Y te despierto para decirte que el invierno ya pasó
Y que en las guitarras de las ramas
Crecen las frutas como un canto
Pero
Tú que eres la tierra tiemblas aún por el arado
Como un corazón
Y yo detengo el agónico ariete de la sangre
Para apaciguar las olas
Que aletean aún contra los muros.




XX

El silencio se enturbia con mi voz empañada y polvorienta
Como un río donde tú has cruzado
Tu perfume susurra como un humo suave y lento
Yo te recorro lentamente como un pez que se adosa a los muros de su pecera
Y transcurro olas
Y desenredo espumas después del pequeño remanso de tu vientre
Como un cerrojo del hijo
Y no me importa un cielo aturdido de nubes
Y voy olvidando el silencio
Como un frío que muere en la dentadura de las llamas
Porque mis botes descifran las olas
Como cuando mis manos despiertan tus formas
Porque más que todo
Me apoyo como el cielo en nuestro amor de horizonte
Y corrí por las montañas como el viento
Y quedé sobre el abismo colgado de los árboles del bosque
Y ahora con los escombros de los gajos quebrados
Mis nubes se deshojan sobre ti
Como un pájaro de fuego que será reemplazado
Porque sus alas que nos empujaron
Se están quemando en tus altares.




XXI

Estás en mis ganas de llamarte
Como un gesto de grito en la voz
Y te llamo
Y vengo contigo desde las horas tendidas que yacen duras
Vengo con las cosas que quiero en sus veces que ya fueron
Y te llamo
Y estoy triste y solo
Y contento porque sé que vendrías
Y estás conmigo ayer
Y hoy desde ayer
Y dudo de ti seguro de creerte
Tan sólo porque quiero renovar tu comienzo
Y vuelvo a llamarte
Y pienso que vienes
Y que quizá me llamas y que piensas que voy
Y que me escribes un verso triste
Y más que triste tuyo
Con toda la tristeza que no existe
Con la misma tristeza con que estoy alegre
De que sea hoy de mañana
Y de que las últimas palabras que guardaste
Fueron mías.




XXII

Voy navegando el río de tu cuerpo y mi boca rema
Donde una brisa canta su túnica de sombras
He desenrollado el vértigo de dos remansos
Deletreé los ladrillos laterales de los aljibes
Mientras los peces atónitos
Se enrollaban en la columna de mi pecera como una hiedra
Ésa es mi primera paz
Tus ojos
Transcurrí tus brazos como arroyos mansos
Luego pedregosos y turbulentos
Ésas son mis primeras olas
Tus manos
Resolví los peces intrincados con las anclas
Y tu imagen se derritió entre las olas
Como las cosas tras el humo caliente
Hasta que bajaron tus ojos
A revolotear sus vértigos y enloquecerse
Y tu amor rodó como un pájaro herido
Como mis besos heridos que ya no remaban
Que parpadeaban sus últimas alas moribundos
Y el agua se desangraba en racimos de mariposas
Y quedó el mar paladeando
Y cabeceando contra los muros
Con la primera quietud del árbol caído sumergida
Y las frutas mejores hundidas con los peces
Ése es mi amor
Nosotros
Mi nueva paz como tus ojos rescatados
Como el río alisado tras las piedras.




XXIII

Abro ritualmente los párpados de un templo habitual
La mañana ha abolido el silencio como una llave
Mi alma es un cráneo
Acércate a ella
Puedes encender la fogata de tus manos
Tiene ecos arrinconados como horas antiguas
Tú puedes desengrillarlos como ablandarías las imágenes en el agua
Así Así Quédate ahora
Gotea poco a poco las palabras
¿Ves? Las mariposas amordazadas se liberan
Mi alma no es un cráneo ya
Tú la has convertido en una mente

Cierro el templo con un gesto nuevo
Mirando por última vez la noche
No extrañaré sus estrellas
Cierro las puertas con la mañana adentro
Ahora quiero besarte

Ya el templo es un puño eterno
Tiene un candado de sol que encadena la noche
Ya la luna no sabrá de nosotros
Lacraré mis manos con las tuyas
Me he traído al templo una lágrima para recordar tu antes
Acércate
Muchas gracias por la mañana de mi alma
La noche está arrinconada en el silencio
Conserva muchos ojos pero le faltan estrellas
Ahora revisemos las velas limpiemos las imágenes
Resucitemos el púlpito
Y ocupemos los bancos uno a uno
Ya pasará el temor
Besaré el ara
Inaugurarás el cáliz
Y la misa será.




XXIV

Ahora que hemos sido ya nosotros seamos cada uno
Aunque las manos sangren y el silencio aturda
Aunque me llames y te llame no responda ni respondas
Aunque nos amemos siempre tengámonos ya nunca

Aunque el corazón se atragante como un puño apretado
Aunque no cicatrice el rastro del recuerdo y siga ecando
Y aunque desde esas huellas en un sendero caminado que no caminaremos
Nos prolonguemos hasta el instante como si nos deshilacháramos

Libera mis pasos desenjaularé los tuyos
Nuestro abrazo desgarrado no estará destejido
Y en él nos seguiremos abrazando ya lejanos
Mas el desabrigo será desiertamente frío

Aunque te extirpen de mí te quedarás conmigo
Aunque me amputen de ti perduraré en tu fondo
Y aunque quedemos en las almas como el humo de los barcos
Será triste tristísima nuestra realidad de solos.




XXV

En el silencio transparente tus imágenes brotan desde la arena
Como las burbujas de los peces
Y flamean como una llama indecisa de su forma
Yo ni siquiera intento atraparlas
Me arde en el alma ya cuarteada la arena que segrega
El silencio estático me encandada
El líquido cristal de sus paredes imprime voces sospechadas
Yo podría rogarte pero el silencio ha llegado como la noche a tus manos
No sé cuántas imágenes olearon la blandez de su humo
A veces lentamente corrijo una sonrisa
Amontono una lágrima
O cierro la puerta de un dedo sobre tu palabra contenida
Entonces
Como humea del fuego de la herida una polvareda de sangre bajo el agua
Se resbala desde un rincón
Hacia donde la sangre murmura
La ascención de un escalofrío
O un frío
O mi soledad que se revuelve para impedirme olvidarla
Yo sigo flotando en mi silencio
Dudando de la verdad de las imágenes
Con los errores que mis lágrimas imprimen a tus gestos
Con la ignorancia de los últimos
Y la duda del que vino conmigo.




XXVI

Quiero atizar los escombros
De tu ciudad derruida
Para que ardan de nuevo
Las quietas llamaradas de tus torres
Y tus inválidos muros cicatricen
Y puedas esgrimir el abrazo de tus bordes
Para que lague en tus valles
Y se desparrame por tus lugares
El eco de mi realidad
Mientras en mi visita perpetua
Ponga mi mano en tus parches
Para amordazar los latidos de los ecos de voces viejas
En tus tambores.




XXVII

Tu presencia se esparce en mis ámbitos
Como la arena en el viento de cada noción de tu piel
De cada palabra
Y un himno de sol quiebra el silencio de las nubes
En mi alma
Mientras el eco del antiguo vacío
Se alza como un arco iris
Que se disipa
Hasta que todo es tú
Y estás en todo
O te quedas en mis ventanas
Y la mañana se contagia de los vidrios.




XXVIII

Mis olas acumulan en tus golfos
Los peces muertos de mi amor vivo
Y las rocas de las playas y la playa
Están quebradas de musgo y sal quedada
Y los peces de mi amor llegan marcados en las olas intermitentes
Y puedes confundirme con el cielo
Y puedo verte en la arena de mi alma
Donde los peces de mi amor crecen
Para el día de amarte
Y en un momento la luna
La luna del amor
Y las playas arrasadas en el momento de la luna del amor
Y los musgos destrozados
Y la arena de mi alma
Transpira por los labios de mis olas
Y no recobraré la arena de mi alma
Y no recuperarás la arena de tus playas
Y la mano rota de un barco
Desesperada
Con las astillas de sus manos mordiendo la costa allá lejos
En ese momento de la luna del amor
En ese momento apretado del amor que bosteza
Cuando la luna cae como un grito en el agua
Y rompe las olas de mi amor
Y mi amor queda quebrado en la espuma
En la espuma de las esquirlas de mi amor
Has llegado tú
Tú de mi amor
Tras la luna de mi amor como un ciclón
Y eres el país extraño donde puedo levantarme tras el viento
Y eres la imagen pura de Dios
Que se pierde en un instante
Cuando vuelvo a caer en los escombros de las olas
En la playa hecha trizas
Y los peces ya muertos de mi amor
Y el musgo.


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.

MAHOMA

Jorge Lemoine y Bosshardt
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Con mi cóndor de sol hacharé tu tiniebla

Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt »

Con mi cóndor de sol hacharé tu tiniebla



Poema I

Algunas veces de silencio
desde un vértice de campana te me alcanzas.
como la evocación que crece de las cartas
de los rostros de los cuadros,
de las lápidas
El mundo queda entonces
ojos y piel afuera (un campanario ausente)
mientras te arrodillo las abejas en el alma
No puedo evitarte con ventanas ciegas
eres desde adentro la mañana.
¿Cómo negarte mis altares?
negar mi propia fe
y el himno que a tu imagen se me inflama?
Pasa
toma mis telares y canta
Acércale mi voz a tu silencio
y aleja las fieras de la noche
con un lanzazo de grito en mi garganta.




Poema II

Alguna vez, tal vez, pero mucho más un sueño
Esta calle que se repite
sin olvido que cancelara imágenes
Algún rostro de otras horas
encontrado
sin embargo su primer ahora
Y la remota historia
lo devuelve sin un nombre
sin un quien y un cuando
sin un donde.
Tal vez un mismo instante
que sucede ahora
mucho tiempo atrás o al norte.




Poema III

Cuando a tu rostro de campanario
asoma un domingo
detrás de tus ojos
una golondrina retrasada busca
la salida o las alas.
Y esa tristeza limpia y buena
de las tardes azules
detiene tu horizonte más acá
mucho más
de lo errante.
¿Qué sujeta ese oficio de olvidar palabras?
Y esos mismos barcos
otros barcos
se suicidan ciegos al espanto
¿Por qué tu silencio desbocado
la mirada infinita
y tu sangre ahorcada en un costado?




Poema IV

Desde ti nada pregunto
Ni un rostro sucedido ni la frente anticipada
Las doce de la noche es un recodo.
Mañana será entre dos recodos.
No pregunto mañana
Los árboles son hermosos sobre nosotros
¿Qué importan los ignotos muertos que tienen
cruz en ellos?
Los pájaros no cantan para otros.
Este día no tiene amarras
Doblará el crepúsculo inminente
Mañana serán otros los árboles
aunque hayas dormido al pie de alguno
No recojas nada de este día
Déjalo todo
El olvido ha de ser sin testigo
¿No ves acaso
que tus pies, hoy,
no dejan estelas?
También el eco será cenizas en silencio
Y no me nombres.
no importa mi mano
Toma la mano
Y al amanecer
un rostro cualquiera te será cotidiano
No preguntes por mí
Tu costado será todos los días
y yo a una mano sin rostro
en algún día después de estas estrellas
sin nombrarla
le seguiré diciendo tú.




Poema V

El viento sangra y yo no sé que sangra
yo creo que llueve pero el viento sangra
y el viento grita y yo no sé que grita
y yo creo que truena pero el viento grita
y el viento sangra y grita y el viento muere
y alguien es el viento y yo creo que es el
viento.




Poema VI

Hoy quiero asomarte la mañana
recoger cosas que crecen en mi tierra
y llenarte como ésta una canasta sencilla
Quiero volcarte una mirada de manzana
El tibio silencio de las siestas en la sierra
La fatiga del arado, una promesa de semilla.

Quiero regalarte una sonrisa de naranja
o el arco rígido de mi boca al sol testigo
cuando una flecha es tu nombre de bandera
la abnegación de levantarte un hito en una zanja
esa simple abeja que siempre está conmigo
acatando la melancolía que te es cuando la
espera.

Pero si a pesar de este oficio limpio y ciego
nada te puede como un afán derrotado
suicidaré mi paloma y mi guitarra de
incienso
clausuraré mi huerto y mi tesón labriego
y la emigrada golondrina de rito retrasado
cambiará el rostro al sueño que te pienso

Y la verdad que te corona será el olvido con que niego
y recobraré las alas de un pájaro encerrado.

Hoy llevo la cuenta de tu voz a mi espalda
más acá de los ojos un buzo te recobra.
¿Qué puede callarte si estás toda callada
más allá de mi frente, ni el sueño se atreve
a las sombras.




Poema VII

Hoy se parte la tierra
mis volcanes me asoman hacia el mundo
ciegos siglos de canto subterráneo
se asombran del sol naciendo a la mañana.
Cuánto espera las alas un gusano?
cuánta lejanía, cuánta vela...
cuánta espalda olvida una nueva mariposa.
Hoy levanto un hito. la mañana es mía
Me paro en el mañana de los sueños.
y vuelvo la cabeza hacia la espalda
cuánta noche en que soñaba
cuánto abismo y ojos levantados al cielo
cuánto nunca ya dejado atrás
y esta voz extraña, pero mía
que enarbolo y erijo como torre
Aquí mi historia pierde el rastro
El jardín empieza en un pantano
Aquí el sol aquí las flores
aquí los ojos buenos la mirada limpia
fija en el cielo. El cielo. El mismo cielo
desde los abismos,
Pero aquí ya Dios empezado.




Poema VIII

Hoy la calle es un tajo brutal
es una herida seca, desierta, de la muerte hace
mucho
Este abandono,
aún más frío que la soledad sin principio...
¡Cuánto rastro!
Las campanas han quedado atrás
como palomas que nunca fueron mías
Ahuyentar la sombra.
Sólo una veleta del sol que no me intenta.
Y los niños de sol, de paloma y de naranja
se alejan de los cactos de mis manos.
¡Agreste sobrevida!... pero cuánto viajero
derrotado.
Pero aún, una hueca sepultura
con ventanas
una impávida palmera que subsiste
Y la calle atroz que muere
paso a paso
niño a niño
siempre de palomas.
pero sólo yo siempre
porque flor a flor ala por ala
noche a noche,...
sólo yo testigo!




Poema IX

Mi silencio se rompe desde afuera
Qué sé yo si se abre mi silencio
He tratado de partirlo desde adentro
Y las voces que tienden no me llegan

Es que tienden voces como cuerdas?
alguien sabe naufragio mi naufragio?
o este apretado silencio de candado
es un rictus sin rostro desde afuera?

Alguien llama o el desvarío sueña?
o en el terror de esperar un peregrino
como un espejismo sonámbulo imagino
una voz golpear contra mi puerta?

Quién pregunta mi mutismo ojos afuera
Quién pregunta a mi piel qué tiene adentro
...¡Qué pavor de ser cuando lo pienso
la pregunta sin respuesta de una piedra!




Poema X

Para tocar tu corazón que es de garganta
puedo comer tu risa de campana
y suicidar mi silencio en tus palabras
Pero no basta para el presagio amigo
tocar tu corazón estrangulado
Que esta ternura de pensarte como escribo
no puede el agua para la sed que hay en mis manos
Tu corazón de pan de caracol y de durazno
Cómo tocar tu corazón sin boca
si esta garganta de pájaro y verano
a pesar de mi canto me desboca.
Para tocar tu corazón ya sin garganta...
el viento que pasa por un hueco y canta
y esta noche infinita sin ventanas
y el sonoro vacío que te evoca.




Poema XI

Siempre este sabor de melancolía te presagia
Acatar tu rostro cotidiano sin historia
¡Qué fácil es soñar cuando es poco el mundo!
No necesitas las manos: Toma;
hay cosas tuyas, sin que tú las guardes,
Aun después de este oficio olvidarás qué cosas




Poema XII

El buzo que puede el coral de tu rostro
cuando ya todo es noche
y el rastro hace un recodo espalda atrás
se ha vuelto ciego sueño a sueño
y tu imagen destituida
ya no tiene carne para tu nombre
Todo lo inunda la soledad
Tú, un viejo faro
un mástil con un ancla perpetua
para un puerto sin velas
ni esperanza terminada con sirenas
Tú,
también tienes una lápida de espuma
y un poco mi rezo cotidiano
por lo que no alcanzo
que tiene algo de mi mano.
El galeote derrotado dimite y cuando la luna
echa amarras y leva anclas el sueño
piedra por piedra
recobro ojos adentro tu ciudad en ruinas
Sólo tu voz,
alguna sirena aprendida y conservada
alucina tu verdad desmantelada
cuando el insomnio acosa
y el espejismo te intenta y no te logra.
Yo quise, talón atrás,
desclavarte la luna de una ventana
bebiendo tu sonrisa sin vez y sin campana
pero mis manos de palabras
se desnucaron al viento
tal vez porque una ciega paloma
no pudo hallar el rumbo.
Ahora,
ya sin tu espina tal vez,
sin tu jardín,
te acerco mi labriego extraviado
para recuperar los pájaros que le crecen a tu sueño
cuando el cielo florece
y la luna te lava la tristeza

con palabras sin garganta.




Poema XIII

Hoy me crece agua de la garganta
Los pájaros se sacian como abejas
en mi fruta de oro
y son aún más la mañana
emerge una música de viejísimos embriones,
y hoy es más transparente.
La tristeza no obliga las palabras.
solas se acomodan
como las lacias garzas.
Ya te puedo el dulce sueño
Las palabras terminan en las cosas
ya te logro el canto sin garganta.
La savia asoma
como una flecha de cristal apaciguada.




Poema XIV

Quiero hacerte una ventana
con mi garganta
Tacha la noche con mi voz de fuego
madurará el sol ojos adentro de tu sueño
Y tu mirada se llenará de alas




Poema XV

Aletea tu corazón despavorido

Con mi cóndor de sol hacharé tu tiniebla
desolada
Para poner una sirena en tu vigilia
así tanto puerto tendrá
bandera en una vela.




CAMPANARIO FRUTAS PALOMAS

XVI

el sol se deslonja entre los árboles

*

porque siempre la verdad es la última y el pasado
ha sido transitorio

*

esa música
estaba
muerta

*

El trueno despeña su estropajo de
piedra de gatos de lata tiembla

*

como un espejo vacío.

*

donde revienta
fulmíneo el relámpago.

*

Donde mi tallo de voz florece,
si alguien sueña un jardín
se vuelve poesía mi poesía
y la arena de mi alma logra un vientre

*

Para que llegue mi paloma a tu sagrario
abre más tu ventana sin mañana
yo puedo ser el sol más acá de tu campana

*

Sin haber destapado los espejos.

*

Si supieras la tristeza que te esconde a veces

*

El viento tirita sobre los árboles.


XVII

y me pareceré a tu soledad porque creceré en tu silencio


XVIII

un día un rostro nos repetirá dos veces
ya nunca más no te sabré

*

corazón nómada

*

quiero lavarte el rastro con olvido

*

tus manos lacias
brebaje para mis manos
como una copa de guitarra o de palomas.

*

Lo que quiero decir es lo que digo




Poema XIX

Mi corazón en una jaula, como un
canario quemado
o una luna de sangre,
qué pulso de campana sobresalta
el plenilunio de terror
en el pavor
de la ola
en la sien de roca
aletea la ceguera de un toro infinito,
y un sabor absurdo de presagio
se desclava desde un túnel
por volver el rostro
y descubrir último
el instante.




Poema XX

Sobre mi honda sepultura
sin lápidas testigos
se disuelve mi garganta
en un rictus de espacio
nada avisa una última actitud bajo
una cruz sin tiempo
nada nombra un rostro ni proclama una historia claudicada
sobre mi honda sepultura y mi silencio de sombras
el árido semblante reniega el estupor de un sueño
y una paloma de palabra sin palabra,
se desnuca contra el vidrio desde adentro
y pierde la flecha en la garganta.




Poema XXI

A veces,
una honda tristeza de distancias
como una oración inaugurada
me llega de tu imagen,
(tal vez para que rece)
Salen
todas las flores que tramó el invierno
como un canto nuevo
Y retorno la garganta
a la vuelta del verano de las aves.
Hoy te canta
mi vertiente tanto tiempo de silencio,
porque me llega el canto desde adentro
desde tu imagen
como una honda tristeza de distancias.
Deja que te cante
con mi voz de vino con mi mano ronca
que te acerque mi palabra rota
para apurar tu primavera
más acá, mucho más que antes.
Mi palomar no espera
nunca vuelven las mismas golondrinas
dos veces de mar son una esquina
y... ¿sabes?
no me causa tristeza
Tan sólo guardarte
déjame buscar tu mano en mi bolsillo
tu mano de guitarra de un pasado rito
entonces
volveré a callarme.
Para que sepas dónde,
mi grito de sol deja una estela
y el mástil de mi lanza, ya sin vela
es el rumbo del regreso
ya sin nombre.
Alguna vez te quería, recuerdo
, como un silvestre oficio de colmena
te apoyaba el andén donde mi espera.
Tal vez todavía
detrás de las palabras aún te espero.
El día
ya no lleva la cuenta de los muelles.
Por eso tú aunque no me esperes,
aunque no he partido
tienes un costado de mi melancolía
Yo no te olvido,
no, si el olvido es cenizas o es otoño o es candado
yo he guardado el verano
en un templo sin cruces
donde la hora llama, a pesar de haber sido.
Tuve
un día de sol (largos pájaros de trigo)
una tristeza que creció conmigo
como el tiempo de tus cosas
que yo nunca pude.
Igual esgrimí mi obcecación de roca
alcé el potro de mar que se desnuca
y suicidé mi rumbo contra el nunca.
para sobrevivir sobre mi propia costa
sin otro testigo que la espuma.




Poema XXII
PUERTO MUERTO HUERTO

Hoy mi ventana es la manera de la calle.

*

el relámpago de hueso se despeña
el cielo se resquebraja




Poema XXIII

Para soñarte, amiga,
pierdo los ojos en cualquier palabra
porque eres toda sueño,
porque estás hecha de mi alma
y todas tus cosas de distancia
(porque eres toda lejanía)
desde tu rostro sin vez, tal vez como mi sueño,
me son melancolía.




Poema XXIV

Hoy, aquí, desde mi posta sin viajero
alzo mi albedrío infinito de desiertos.
Porque este abandono sin testigos es ya cierto
cuando dimite la vigilia donde espero

Aquí, mañana, sobre las cenizas que cada día muero
quiero levantar mi muelle que no es puerto
para ser mi propia cruz sobre mi muerto
porque el huerto se seca aunque no quiero

Para el que dude mi faz sobre mi tumba
Para el que llegue tarde a mi vertiente
La cruz será del tallo que me crece
Lavaré con la garganta la sombra que se arrumba
sobre el lugar donde nunca fue la gente.
Porque mi olvido empezará con el que rece.




Poema XXV

Porque tú eres la otra orilla de mi silencio
Porque mi silencio es una manera de tu voz
porque ya ha sido. Busco el sueño de tu rostro
compañera, ahora que la noche arrecia sin
barandas.
Busco tu mano sin vez
La paloma rescatada de tu risa
y tu cara, tal vez,
aunque no sea, y sea más allá de mi
distancia
Hoy te quiero amiga,
amiga
Hoy te quiero y muerdo tu mirada sin
principio
como el fervor de luna del galeote
que sobrevive más allá de la fatiga.
Te busco y te encuentro
porque eres más yo mismo
y vuelvo de mi pozo sin preguntas
con un poco de tus cosas casi sólo sueño,
y me basta tu sola vez, tu sola vez
la antorcha que arredra mi abandono
como el acoso feroz
de la marea solitaria
Izo tu mano
despavorido de sol
enarbolo tu cara sin recuerdo
y no importa no haber ido a buscarte
mi costado te anticipa
como una profecía acatada antes del día.
Ya leva anclas la vigilia derrotada
Echa amarras la mañana conquistada
y atestigua mi alma,
tal vez en algún sitio
tu verdad que se parece al sueño
aunque no hayas sido recogida
Tu voz inaugurada es un heraldo de olvido
mi silencio se suicida
y pregona tu nombre sin espalda
Es cierto nada titula la palabra
Pero sin haber perdido
recupero de otra nada
tu cara ausente.
Ya no más tu olvido sin recuerdo,
ya no más mi distancia
sino tu lejanía
y en el pan sin oficio que era espera
ya tu rito
tu costado cotidiano presentido,
compañera,
amiga,
cómo te quiero amiga
esta noche.




Poema XXVI

Ahora que tiembla la miel de los pianos
y se desatan palomas
de una vertiente o garganta ¡Qué más da!
Que el silencio crecido del fragor de lo que
olvida
arrecia como el vino que dispersa
la tristeza madurada,
mastico tus cenizas
aunque no logro tu rostro con mi voz sin
carne
Por buscarte tal vez
o empujar la nave por tu espalda,
para no perder el rumbo de tu partida
Adiós.
poco a poco te mezclas con el alma
eres cada vez más un poco de mis dientes
y tu luna reclamada
cuando la noche tiembla.
Qué te queda sino el vigía
que guarda tus estelas
Ya no más tu nieve
ni tu sol de invierno
ni tu extravío silvestre
porque adiós
porque ya tú nunca
aunque siempre.




Poema XXVII

Antes de tus ojos
, molinos de mar y remansos de música,
desde el vino
te pueden la mirada.
Yo no te quiero.
tu carne sin vez
pero si en algún lugar lejano
tal vez catedral de manzana,
aún no me sirve para el sueño
Yo me tiendo
a las naves de tu voz
cuando se alargan como la luna
y te llamo
sin muelles sin espera
sin rostro que sea el otro lado de tu
nombre
y te llamo
como callan los duraznos hacia la
mañana nueva
y giro mis dedos sin crepúsculo
y clavo el afán de mis velas
y giro mis dedos, aunque la tarde,
como el viento en el rincón del
pordiosero
por algún abandono sin partida
mucho más soledad sin llegada
ni azul espejismo o profecía,
te llamo y si logro el sueño
sin el vino
vienes
hasta que el vino pase aunque no pase.




Poema XXVIII

Quédate hasta que el invierno pase
la sombra larga y el sol lateral casi
vencido
la sombra una veleta sin testigo.
todo hace frío,
Quédate
el silencio puede ser también conmigo
El silencio es mi mejor palabra
para tu recuerdo amigo
Quédate mientras el mundo arrecia
mientras el fragor del mundo
golpea en nuestra
puerta
El silencio es mío
Quédate.
Yo he guardado el sol antes del frío
Los pájaros ya no están afuera.
La puerta se cierra desde adentro
Tú puedes el silencio
Mis alas tienen tu albedrío
Por eso no hay dolor de invierno
Quédate hasta que el invierno pase
o ya no pase
y cante
tu morada nueva sin silencio.
Porque todo tu sueño de caminos
haya olvidado el rumbo
dormida junto al fuego.




Poema XXIX

Cuando los ojos te sean lejanía
y el fervor de las manos sea espera
volveré a existirte dondequiera
pero mucho más donde solía
Será tuyo el regreso seré tuyo el día
solamente para ser cualquiera
porque el mundo zarpará ya mundo afuera
y yo seré yo sobre la imagen mía.




Poema XXX

A la hora de apostar la espera de mañana
pero mucho más
velar dulcemente el pájaro nuevo
Te digo gracias sin palabras
Porque ya tengo la espera con que lograr un puerto




Poema XXXI

Sobre la tierra ronca
apago el sueño dispersando historia
quemo las manos sin memoria
como las frutas que vuelven sobre las raíces
hondas
Planto la sombra
(largo testimonio de sol sobre la tierra)
pero mucho más testigo de mí mismo
veleta
de la tarde sin gaviota

Hoy quiero
todo se vuelve mundo ojos afuera
espera sin espera
porque el mundo es también ojos adentro

Y muerdo la raíz sobre la tierra
el barro que también me es la garganta
y un álamo de sol se me desclava y canta
por volcar palomas que sean primavera
Ya has sido la historia recogida
que esperaba en los días que han pasado
ahora es el camino recordado
que recuerda desde el día hasta que olvida




Poema XXXII

Donde revienta la tarde como un alarido
inmóvil
rompe la sangre
Aprieto las manos
con el fervor de adobe en los horneros.
y parto.
El corazón de plenilunio
recoge la última vez y naufraga.
El día dobla, ya entero
y la vigilia, derrotada
clausura la hora que soñó para los
rostros.




Poema XXXIII

Creo en ti,
cuando la luna azuza el mar que
se desnuca
cuando nocturno el corazón de roca
lleva la cuenta de la ola y de la espuma.
Creo en ti,
porque aquietado el mundo
cuando las calles son andenes de sangre
detenida
me sube tu imagen como un eco profundo
de una plegaria nueva día a día
Y aferrado de tu rostro
(qué mano remota tiende el sueño)
resisto como un náufrago
el silencio empecinado en mil gargantas
Creo en ti porque a la hora del pavor
la sien que se desboca
tasca apaciguada tu perduración sin horas
como el rumor que se afana en el rincón
de un caracol
Creo, sí
creo en ti
y mucho más porque las cosas que me
son el día
tienen tu nombre sin palabras para
recordarte.
En las tardes altas
alto labriego de sangre
el ocaso te intenta
para guardarte
Hoy se pierde mi poesía rota en tu ciudad
callada.
Apenas recuperan las cosas las palabras
pero... ¡Qué poco puede tu mano,
decir: tu mano!
Creo en tus manos de pan
en tus dedos sin rumbos
como las cañas dormidos
como los lentos juncos
Porque hoy la mano sola,
la mano hueca
tal vez la espalda de un camino partido,
tal vez una orilla de alguna lejanía
te tiende una espera de agonía
sobre el rastro donde nunca has sido
aunque




Poema XXXIV

Para poblarte de sol el áspero invierno
Para que te llegue mi guitarra derretida
te consagro las manos sin verano
como un ave de distancias.
limpio tu voz vegetal crecida en canto




Poema XXXV

Para parir el canto
se me rompe la tierra en un volcán
y arrasa el silencio que yo mismo digo.
Por eso tanto
el silencio es el sitio de los que no están
cuando la mano guarda el rumbo del amigo
Soy yo que crezco en el talón del llanto
último oficio por los que se van
una torre alzada por testigo
Aquí levanto
la última vez de mi corazón de pan
¿alguien quiere aún comer conmigo?
Puedo todavía el trigo santo
dar por los que se dan
Que cuando sean pan yo puedo ser de trigo.




Poema XXXVI

Para que beba tu silencio
mi voz tenaz
con el invierno de mi garganta
voy a hacerte una ventana
Donde habite mi sombra precedida
miel adentro de tu boca de gaviota
voy a amarrar el barco de la tarde
que no logra la vela en abandono.
Yo he remado
en el fragor de la altura peregrina
una tarde
sobre tu boca compañera
logrando mi propia golondrina
para alcanzar la propia primavera
verano atrás de los aleros olvidados
Recuerdas aún la travesía?
Un diluvio obstinaba por la espalda
Y la ciénaga nocturna
que ya empujaba al cuello
fue ceniza tibia en la mañana.
Tú eras ya,
(por eso habías sido)
y todo el sueño que te sirvió de rostro
dejó el sitio a la carne en la hora aprendida
Ahora
a pesar del mundo
del rito de olvido que te intenta
desde mi hondo temor de consagrarte
a pesar de todo
iré a buscarte
aun silencio afuera
donde el mundo es, y donde tengo el miedo
para asomar espera sobre espera
hacia tu rostro bueno




Poema XXXVII

Por tanto tiempo de callar la primavera
me sangra el otoño vencido por la boca
esta voz vegetal que para grito es poca
vano intento de flor madera afuera.

Piano de sombras que es hueso en la madera
eterno silencio en la garganta de la roca
acerco la voz al canto que la evoca
con la tristeza de no ser porque no fuera.




Poema XXXVIII

Donde el costado alcanza el sueño
Albedrío infinito de veces que no han sido.
Empieza tu recuerdo
tu rostro de pan, tu corazón de nido.

Como un altar sin dogma tu imagen se levanta
el rito de espera es un oficio de ausencia
de lo que llega y pasa
A espaldas de un barco que empieza la tristeza.

Tu mirada ronca de la sangre al día
travesía infinita que llega a una ventana
donde espera vencida
la diaria tarde de tu apostada lisiada.

Mi garganta es un puerto sin barcos ni sirenas
ya no empuja partidas mi tesón de savia
la paloma se queda
más acá del diluvio y de las cartas.

Por eso tú nueva cisne de altura
corazón de casa galeote sin fatiga
tienes mi voz oscura
cuando el canto sangra, y se parece a la poesía.

Yo tengo la voz hecha madera
cruz sin tumba grito de tablas
para cantarte corazón afuera
cuando la noche arrecia y el silencio llama.

El mundo se te clava y es contigo
un ojo detiene la mano regalada
y alzamos el impulso desmentido
cuando el mundo mira porque el mundo manda.

Contra el que niega mi plegaria de palo
apoyo mi silencio a manos juntas
callar es malo
si es uno mismo el que pregunta

Para creerme, esta noche levanto tu recuerdo
digo tus cosas para hacerme una tristeza
y si la puedo
abro el alma para que el canto venga

Por eso aunque no seas verso
toma el silencio que te acerco y rezo.




Poema XXXIX

El invierno no hace tierra
y me supura la raíz bajo la piedra
como el canto contenido de la savia
embrionaria
Porque Dios es inminente
a la hora del miedo
rezo mi racimo de cigarras levantadas.
Éste es mi cielo sin abajo.
soledad sin luna para el solo sin testigos
Busco mi propio verano
entre mis aves
y si ya se me ha volado el ocaso sin
partidas
digo adiós al barco
que partió mientras dormía
Y donde decido un ancla que
levaré desde el delirio
hago una cruz
que ya alucinará mi imagen
para completar un recuerdo
que no sirve testimonio.
Desde la tierra me sube la savia
que va a tocar campanas en la flor al día
rompe mi ola con el rumbo de la caña
sobre el hambre sin sentido

Campanario de domingo sin número




Poema XL

Cuando sea silencio pero canto
cuando sea soledad pero presencia
cuando la distancia ya no sea ausencia
tanta alegría que no ha sido llanto
por ya no ser sabrá que ha sido tanto
para volver como un presagio de inminencia
desde donde de nuevo es inocencia
lo que por pecado se ha tornado santo.




Poema XLI

quiero lavar mi tristeza en tu tristeza
y limpiarte la distancia de las manos




Poema XLII

cuando tu silencio azul se me rompa en
una mano
cuando sea ya el amigo de tus pájaros
y vengas a beber en mi cabeza
la duda de rezar con que se reza
arrodillaré mi fervor hermano
para que seamos amigos con las manos




Poema XLIII

Hoy que el invierno te llevó las golondrinas
que el frío de tus pájaros enferma tus jardines
quiero agacharte mi verano derrotado
para mojarme las manos en tus manos secas.
Quiero hacerte mis nidos en tu fatiga ya sin
espera
el camino es largo desde la derrota
pero es mejor comenzar a partir de la tristeza.
Por eso hoy que el invierno te llevó las golondrinas
hagamos verano desde la garganta
con un grito de sol para partir el miedo
la noche es mucho más a ojos cerrados
y más si el sol es espejismo.
Levanto mi último principio
morir es siempre para empezar de
nuevo
quemo el último otoño de mis manos
si puedes calentarte con mi fuego
será una manera de esperar mañana
Por eso para parecernos a nosotros
el sueño será después de habernos aprendido
empezaremos por el día
no es posible recordar sin el olvido
y la noche deja atrás sudores.
La noche será después del día
para empezar el sueño y descansar
el día.



_________________


mi propio asombro
las otras noches

_________________




Poema XLIV

La noche, alguna vez tu tumba de una noche sola
alguna vez tu sobresalto de infinito
tu hondo asombro azul de mariposas.
Esta noche, tu noche es mucho más allá
de mi insomnio
de tu noche sólo tengo lo que escribo
cuando nombrarte es mucho más asombro




Poema XLV

En el penúltimo instante de la tarde
última
¿beberé de un sorbo mi historia ya contada
echaré a la espalda mi vida recogida,
¿o soñaré y diré mañana con temor de
súplica
Encontrado Dios para poder
mañana?;
A pesar de que el final se aprende cuando
ha sido
cuando el ojo está ciego y ya todo es espalda
en el giro que vuelve sobre el principio frío
de la frente sin después y la carne callada.




Poema XLVI

Azul doce de la noche
rígido silencio y corazón entrecortado
Recodo del día giratorio
La luna que no tiene noche
medalla de la noche velando cementerios
es el alto sol de pan para los muertos
El sol más allá del infinito anillo de la tierra
corazón de remotas sangres
Larguísimo y solo día sin principio
más allá de los pájaros no tiene invierno.
Doce de la noche.
hora de mi propio testimonio
Una sola sombra es la duda de estar ciego
(¿Dónde más la veleta de sombra que
acorrala el sol al pie de mi vertical
como un trapo de musgo indica
el rumbo del río, río adelante de una
piedra?)
Alta soledad de ventisquero
campanario, ciego, levanto
la mirada sin nombre y sin certeza
como soñando un pescador desierto.
Noche desierta
Yo soy la noche esta y todas las noches
y el desierto es yo.
Donde el pájaro no ha sido
criatura, de espera y soledad sin abando-
no tiendo mi árbol
como muelles de vigilia
para barcos no partidos.
El nunca es una larga historia vacía
mi garganta es un pasillo de caña
que no aprendió su oficio
Y más acá del infinito que no tiene
más acá
digo la hora
gota de mar
eterno anillo de lluvia
Lisiado de perpetua ventana ojos adentro
tejiendo mi telaraña para suicidar mis
moscas.
Ya basta de haber sido!
historia de espejos me sucede como un rastro
Siempre, doble infinito sin ahoras.
tedio sin descanso de las horas
más allá de los números y de los
largavistas
Siempre, redondo sendero sin cuenta
donde la planta en el polvo es
espejismo y el rumbo sin descanso
tal vez es pesadilla.
Simultáneo infinito de espejos paralelos
y una sola imagen de mil nucas
para la duda del ojo.
Siempre, porque el rastro no será
tan largo como el camino.
Puedo morir de soledad al llegar al
último pie de un rastro donde el camino
ya no tiene después.
Doce de la noche
Ya ronca y vegetal la saliva
Alzado el asombro de remotos insomnios
que hacen más silencio del silencio;
(ciegos toros corazón es de reloj. buche de
fuego previo que derrota el músculo)
digo las doce de la noche
Infinito, perspectiva de un camino
cuando el después es siempre
excede al peregrino
más allá del número.
Atravesar imágenes desde dos espejos
sin poder volver del sueño.




Poema XLVII

Desde aquí hasta donde estás mi soledad
es cierta
y yo sólo sé mi puerto solo
cuando el silencio no te sea el otro lado
de una voz cualquiera
cuando la soledad no sea ausencia




Poema XLVIII

Hoy la tristeza tiene tus cosas
alto ritual de lejanía
y para callarte sin romper silencios
acomoda la poesía sobre las manos
últimas
Hito de sol para nombrar el día
tu tristeza a media asta
viene a callarse
conmigo
y tus ojos en medianoche
desbocados de sombras




Poema XLIX

Donde rompe la tarde su ola de manzana
a la hora de la música
tejida con silencios
y de los pájaros latiendo entre las
hojas
tu recuerdo crece
sitio de sol azul
para poderte abeja entre
las flores sin verano
La mañana de altura y de
naranja
pierde el pulso del mar
que ha sido sangre
y te alza la quietud
que es sin sentido
cuando estás mucho más
aunque distante.




Poema L
ESPIGA JUNCO GARZA CISNE

Te levantas como un faro
(la soledad se adivina cuando
pasa)
lanza roja de sol
grito de hierro
para demorar el ronco silencio
de hace mucho
largo pasillo de pan y savia
peregrino
tu brazo se desboca hasta la
tierra
tu cuello de cadena
(tu espalda sin vez)
es un ventisquero camino de sombras
a la hora de tu boca sin partida
hora sin veces
tu boca lacia gaviota sin partida
como la tarde desde el silencio crece.




Poema LI

Donde mi sueño no puede tu verdad,
tu imagen es mucho más mi alma
la tarde lisa y la mano solitaria
que tu vez y tu donde sin certeza.
Tu principio, a la mitad de tu historia
es el día
una tarde cualquiera que ya tiene
nombre con un rostro.
y sobre la torpe manera de las
cosas diarias
(un/el) remoto sabor de profecía te señala.
Eso es porque o porque sí
(todo sí es un no)
el tal vez, quizá nunca pregunta-
do
recogido de su hora sin presentimiento
Por eso las tardes como éstas te
llenan de preceptos
los pájaros el ruido voraz el mundo
el íntimo fragor que hace silencios
el viento




_________________


traías el domingo entre las piernas

_________________




Poema LII

Esta noche el mar ronco de
luna
bracea infinito como el sol

árbol delirante de azul
que intenta desbocado su

suicidio



ciudad siempre lejana




_________________


Sin saber cómo es te pienso pájaro

*

Siempre todo es distinto

_________________




Poema LIII

A la hora de los pinos
quietud de ancho silencio que crece de los
ruidos
me desnudo del anónimo fragor de las
ciudades




Poema LIV

El recuerdo no te guarda
aún no ha habido tiempo de guardarte.




Poema LV

Cuando te asomes ojo atrás del mundo que te
enfrenta
camino a la espalda y veas mi huella.




_________________


Perseguida de clausuras y trincheras.

*

Quiero que sepas
que siempre queda mañana todavía

*

Que el tiempo al fin es de segundos.

*

Que nos falta todavía la primera vez.

_________________




Poema LVI

Yo te recuerdo azul y sin trincheras
fácil y lejana conmigo sin distancias
con el pecho frutal pleno de espera
y la mano de pan de paloma y de manzana
Yo te recuerdo simplemente como eras
con tu costumbre regalada de enderezarnos las
esquinas
y el alma volcada ojos afuera
trepando por las manos hasta comernos la
risa
Y recuerdo tu pelo, largo pájaro de silencio
donde enjuagué las manos y sudé sobre tu historia
y recuerdo tu frente donde rompía el beso
y quedó dormido un sueño que no tiene memoria.

Recuerdo tu naufragio, para tenderte la mano
y recuerdo mi zozobra asido de tu fortaleza
y recuerdo tus embriones perseguidos de verano
donde fuimos Nosotros hasta la tristeza

Todo lo recuerdo, la palabra siempre
alta
la poesía sin certeza
la ternura aprendida sobre los muelles últimos
el orden del mundo riguroso por
afuera
Todo lo recuerdo un poco mío un poco tuyo

El refugio final mientras el tiempo arrecia
y el olvido inapelable porque sí donde nos vamos
O el olvido necesario para que el mundo sea
O el olvido hacia siempre donde recordamos.

Yo recuerdo pero ya no es hora
y se me rompe la sangre y el presagio te alcanza
y para que viva aún tu palabra que has dejado sola
como una iglesia vacía te regalo el alma.




Poema LVII

Si de pronto te refugias en el silencio obstinado
y la mirada vacía es una manera hacia el
mundo
porque tu recodo no me vence yo te sigo
esperando.
Porque el día último nunca ha sido el último
y no basta una tristeza para devastar tanta alegría
yo me acerco a tu naufragio para salvarnos juntos

Te tiendo la mano para tu fatiga
alguien debe levantarte si tú no te levantas
Por eso a tantas cosas que no fueron mías

Mi incansable espera que no ha sido tanta
para alzarte al fin de la tristeza, amiga.
con el alma abierta se te acerca y canta.




Poema LVIII

Yo que nunca he sido, seré sobre tu tierra
porque por tanto invierno equivocado primavera
te clavaré un grito de sol para volver espera
la larga tristeza que te encierra.
Y cuando venzas la derrota que te aberra
y la ilusión recuperada vuelva a ser la primera
crecerá la alegría donde un día fuera
y se alzará tu sangre con un rumor de guerra.

Por tanta soledad que te acompaña
y tanto insomnio sin testigo en que recuerdas
toda mi voz que te resulta extraña
te ayudará al olvido que crees imposible
te servirá de antorcha para que no te pierdas
y después de la derrota te logrará invencible.




Poema LIX

Te recojo de todas las cosas que me son esta tarde
has crecido de pronto donde el olvido no pudo nombrarte
Y aunque queda mañana por delante
Yo te guardo y no puedo guardarte
Esta tarde es tuya ¿cuántas tardes serán tuyas
Nos vamos por tu sombra donde mañana es
nunca
por eso quiero ahora que me escuchas
dejarte mi raíz que ya
no tendrá lluvia
Desde otro mañana que ya no será y no tendrá
espera
Un niño dice adiós para cambiar el
rostro a medias
Y porque siempre será en ti la primavera
yo te bendigo desde la tristeza.




Poema LX

La luna nos seguía como un barrilete y a veces
entre las hojas se volvía de diario




Poema LXI

La luna me seguía como un perro redondo




Poema LXII

Gozando porque yo también lo ignoro
el antemano de tu dolor inexorable
Y la estrella tiritaba a lo lejos
como un grillo.




_________________


la vigencia inmutable de mí sobre mí mismo
que no suplanto a nadie

_________________




Poema LXIII

Tú que vienes por los días
desde los siglos y los órdenes primeros
que en un día sustituyes infinitos
simplemente
como se dejan atrás las posibilidades sin
nombre,
tú que te traías desde siempre este verso,
(porque cada cosa tiene un desde siempre
que se vuelca en un presente)
Que venías sin saber
a desenfrenarme la ignorada primavera,
tú que recoges mi costado
sin oficios sin veces y sin venir a buscarlo
tú, que te digo tú, como el lugar de
los que están a mi lado
tú compañera, que nunca has sido conmigo
quiero que tengas mi campana
liberada esta tarde para hacerte un domingo.




_________________


Como un ciego que se abre por la noche, no lo
sabe

_________________




Poema LXIV

Es la hora de las cartas, de las sirenas en los
puertos, de los barcos, de las casas vacías a la vuelta
de los muelles, la historia es siempre por delante
es la hora de buscarnos el nunca por la frente es
la hora de los púlpitos desiertos bajo tierra. de
las raíces cerradas del silencio infinito en las
campanas. Es la hora de haberlo todo espera
Todo lo pude todo lo, que todo es sólo algunas
cosas.
Y ahora nada llevo cuando nada parto pero nada
quedo.
Todo nos queda palabras. sitios donde caber cosas
que no existen.




Poema LXV

Hoy te llamo, palomar de sombras
donde es partida mi tristeza comenzada.
Hoy te llamo. El silencio que te nombra
es un alarido de garganta postergada.

Hoy te callo desde aquí la distancia
empieza ahora
y cuando pierda ya la hora de los pinos
cuando tu vez se arranque de las horas
palomar de sombras yo ya habré partido.

No importa qué donde sea atrás del día
serás mucho más en mi recuerdo
y el mundo recogerá tu profecía
donde el mundo es cierto.

Pero te llamo igual para apurar el sueño
las palomas me crecen desde el cuello
y este rezo azul que es de silencio
me junta las manos desde adentro.




Poema LXVI
PARA LA CASA AZUL DE TU CORAZÓN VENTISQUERO

Para llamarte
se vuelve barco mi luna de madera
y mi voz sobrevive del olvido
como las cosas que quedan
Entonces te pareces a la tarde
azul por detrás donde es distancia
y callada tristeza de presagio
cuando mueres y llamas.




Poema LXVII

Para quedarte
Quiero que aprenda tu garganta mi
silencio
que tu mano halla




_________________


Se te cae por la boca el gusano de las venas

_________________




Poema LXVIII

Hoy que las venas se te caen por la boca
que serás una garza con la sangre de la
luna
mi corazón se vuelve de campana
y aunque mi tristeza se te
acerca donde
el sol te toca
levanto ya lograda, mi por fin mañana
y deshojo mis flores en tu risa una por una




Poema LXIX

...Y romperá el mar en tu garganta
por una lanza de hierro un poco de sol
por un grito de sol un poco de hierro
para irte por el pan
y comerte los horneros y aprender
en las batallas el telar de la tierra.
No será tuya la locura
pero te espantarán destapados cementerios
ya no verás el otro lado de las cruces
y te reirás un poco por los gestos de los muertos

Alzarás el pan, te enrollarás sobre la
historia
que precedes.
empujarás mañana por el vientre
y en el dolor del hombre te volverás dos veces.
Yo no seré contigo, ni siquiera habré
sido para entonces
pero igual este canto que nunca tendrá
donde
se acercará a tu olvido donde tal vez recuerdes
y tal vez te haga llorar mientras te llama
un niño.




Poema LXX

el este y el oeste me encontraron en el día
cualquier punto es el medio de la tierra
pero yo vengo del medio del sol sobre la tierra
donde los dos hombres me encontraron
por los dos costados
Yo soy raíz en el talón de américa
Soy un árbol crecido de la tierra
nueva
Los dos principios me buscaron en la
lluvia
largo rastro de razas a la espalda.
entre Dios y yo toda la historia congregada
en tanto yo no sea raza sobre ninguna
espalda.
Éste es mi tiempo erigida la semilla
sobre el lugar donde la tierra es toda
me empujan las guerras y el amor desde
otras vidas
y al fin yo soy un poco la historia que me
acosa.
Cuando retroceda el ancestro que me obliga y me precede
cuando pueda en el orden riguroso de las cosas
evitar el inexorable antes de las veces
seré yo desde mí mismo en un espejo
y podré por fin cerrar mi sombra
dar la mano a Dios y completar
el círculo del tiempo.




Poema LXXI

Hoy que un pez se muere suicidado
para consagrar países preparados desde
siempre
hoy que muere
para ser altar donde asumir
el día largo
Hoy que ya derogas la mitad del
sueño
y clausuras el presentimiento
y el presagio no te toca
hoy pierde sentido la distancia
porque estarás distante aun sin
lejanía




Poema LXXII
ACOSO

Toda herida deja cicatrices

*

Y comerte la música en las manos.

*

Tú que has vivido de espaldas hacia el nunca.

*

A veces me sorprenden las cosas que te
digo




Poema LXXIII

Recogiendo nosotros en todas partes
he sido solo todas las tardes




CERROJOS

LXXIV

Amiga, donde estés
mi..............te seguirá


LXXV

Haberme recogido la voz por las palabras.
tanto encontré sobre la tierra
tanto acorté el silencio.


LXXVI

destapar la lejanía que no hay distancias sino
silencios.


LXXVII

nadé por las raíces


LXXVIII

Escribía palabras sencillas de tus cosas fáciles
hoy, tal vez porque ya no tengo cosas
escribo palabras oscuras.




Poema LXXIX

Si tú no sabes por qué para tus noches sin luna
dejo mi lámpara en tu ventana
Por qué quiero que tengas mi canto que
tal vez no sirve
si quieres saber por qué te acerco mi
mano de barro
por qué tras el rastro del silencio mi
fervor te sigue.
Si quieres saber por qué no ha sido tanta
la agonía de la tierra
que después de morir de sed tres veces
en algún lugar se sacude el invierno
y en una flor despierta,
si quieres saber por qué lloran los
soldados cuando la muerte los acosa
por delante
y aunque tengan un fusil una sangre y un camino
se olvidan de las balas parados al lado de
un cadáver,
aprenderás a acompañar a esperar y a llorar
por un amigo.




Poema LXXX
CANTO AL CANTO

Cuando se alza la voz para poner a los dos lados
el mundo y el íntimo telar,
se tiene un embrión de canto madurado
que fluye a cuello abierto de par en par.

Hoy busco la voz para nombrar la voz sin luz
vano intento de hacer sombra con la sombra
Nadie pone una cruz en la tumba de una cruz
y.................................................................nombra




Poema LXXXI

Nada es partido si no tiene rumbo, porque ir
implica un donde. Por eso un canto a nadie
es como un silencio.
Un pozo se guardó las estrellas antes de que el
cielo se apagara.
Nada canto tus nunca.




Poema LXXXII

...entonces ya no me importó decir algo
que no fuese nuevo.
...ya no era vital romper sistemas o
inventar nada para poder caber un nombre
que también yo inaugurase.
Abolir costumbres.
Y la costumbre de abolirlo todo.
si es cierto que todos los usos pierden verdad
cuando el anillo encuentra su principio.
Pero desusarlo todo por temor a bajarme del
tiempo. como si repetir fuese quedar.




Poema LXXXIII

A darles de comer a las hormigas de la luna

Deja que los hombres trepen a la luna
Que se peguen el sol como una araña de oro
que se les vayan despalomando las manos
poco a poco.
hasta volverse sistemáticos cangrejos
por las uñas

Deja que los hombres se entrecrucen
la sangre y el acero
Que se despeñen por el orden riguroso de los
túneles
Que levanten altares y banderas o los tumben
Y se vayan por los días sin mañana y sin
regreso
Deja que los hombres enfermos de la guerra
Deleguen su tiempo a la orfandad y el luto
Después iremos los dos juntos
a dar de comer con los muertos a la tierra.




Poema LXXXIV

Para llegarte al sueño
para clavarte mi raíz entre las manos
y hacerte un canto de silencio
con mis manos que no sirven para el
canto
para arrancarte la mañana de los
ojos
y regalarte la mañana de mis pájaros
levanto mi grito sin cerrojos
y callo.




Poema LXXXV

De la tarde sola,
del cielo lívido sobre las últimas casas
de la mansedumbre
con que es hermosa para otros esta tarde
me viene esta tristeza
de ver temblar al viento entre las hojas
Tanto se depone
acortando mañana
aunque siempre queda todavía
Vendrá la noche entonces
y se agremiará en los últimos rincones
y vendrá el espejismo
a vivir desde las manos
Nada demora lo innumerable
y la tristeza sólo cambia de calles
por eso el cielo lívido y los otros y las casas
y la tarde de los otros mansa
y mi tarde




Poema LXXXVI

...Y tus ojos como dos gorriones huecos.
tu pelo
largo pájaro de sombras y silencio
Todo lo recuerdo
y tu pecho roto
donde quise quedar o queda todo
La noche era nosotros
por eso todo lo recuerdo
y desde ti estoy solo




Poema LXXXVII

En alguna parte estás, pero tu vez no es
mía
por eso, o porque otras manos atarean la
marea de tu sangre.




Poema LXXXVIII

Cuando se alarga el tedio meticuloso
de los escaparates
Y el oficio es un paulatino y absurdo
pasadizo
tu pájaro
se levanta y muere con un turbio
grito hueco

y un ojo final definitivo.




Poema LXXXIX

Como la leche crecida de la sábana
y tú dormida inmemorial y dulce o inofensiva.
Cuando te desangras hacia algún sitio
remoto
con otra raza de horas y lugares

y una sangre distinta que yo no conozco.




Poema XC

pájaros en actitudes de silencio
murmurando ruidos infinitos como la nada.
campanas de colores

*

Paso por los días a recoger mi historia
Hoy el canto me viene de tu rostro

*

Es preferible vivir por alguien
que morir por alguien.

*

La bondad no es sólo una actitud hacia nadie.

*

para que canten tus ojos ven a untarlos
de mi garganta

*

Donde hayamos sido porque ser
es siempre alguna parte cuando.

*

tu pelo de manos de manos de raíz
de manos en silencio, tu pelo de silencio




Poema XCI

Cuando el tortuoso pasadizo de la sangre
empecina el peregrino silbido del silencio
y como un remero sin fatiga
tu pájaro soltado a travesía
vuelve por la soledad de tantos días
como un barco ahorcado mar adentro
te parecerás un poco en eso a mí
que antes, tal vez de tu abandono
te escribo mi dolor y te lo dejo.




Poema XCII

De todos los nunca que nos dan el tiempo porque
el tiempo es nuestra pobreza de eternidad, en el
azar de las cosas que no tienen veces tú como
deponiendo tu nunca o señalándolo apenas en la
fugacidad de lo que no excede la realidad de la
fantasía pasaste tildando un instante de otro tiempo
distinto, como el que no pasa a buscar actitudes
estáticas para hacer mover las cosas, como el que
queda en el íntimo infinito de los muertos en la
quietud absoluta del silencio sin límites.




Poema XCIII

Si somos un pedazo del camino
pasaremos como todo lo pasado
y si no somos el fin hallado
con los rostros y los nombres del destino
Si aquí nos parecemos al sueño y al vino
hoy se vuelve el sendero caminado
siempre desde ahora por pasado
lo que ha sido es desde aquí. No
ha sido sino por el fin


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.

MAHOMA

Jorge Lemoine y Bosshardt
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Pájaro de espacio que late la sombra

Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt »

Pájaro de espacio que late la sombra



POEMAS



1.

Luna, desesperadamente pezón oásico
hostia de mi desesperación
patena porque nunca aboliré el misterio
del cielo a tu espalda
aunque sólo me importas como un barco
como un faro
como una palabra o una mano
para este naufragio de silencio
no importa si tú o tu eco equidistante
de las aguas
ya no importa si una llave
o un ruido espejismo de cerrojos
(que atestigüe la puerta de mi
sótano de ciego)
te necesito tan sólo como nombre de
un instante
para separar en dos mi oscuridad sin
lugares.
Estrella acercada, la tristeza es una
ciénaga
ya techando mi ahogo como un
círculo acabado
ya es inútil cuánto más o menos sea
profundo
ya no creo en los ojos tras ser ciego
como pierden el principio las cosas que nos
cambian.
para mí siempre ha sido así
cuando no he sido yo tal vez no fuera
tanto tiempo son minutos
como siglos del intiempo
qué más dan sonrisas viejas que hoy
no ríen y no río
qué más dan caras antiguas
o las otras a las que todavía no he llegado
sólo sirven esas que tienen algo que recuerdan
esta última cara descartada.
Por eso los lugares que conservan las
palabras
o los tragos compartidos,
se parecen a ti: (como dos manos enredadas)




2.

Llamas acaso? pasa forastera, piensa
que estos lugares siempre dijeron lo mismo
"pasa forastera", no te asustes de esta
ciénaga o abismo.
te diré lo que siempre: esta vez la llegada será
inmensa.
Vez a vez encontrarás la palabra más intensa
no es que no haya qué decir es que no digo. no
te sea silencio
mi mutismo
no has llegado la llegada es eterna como un
istmo




3.

El instante pasa por las cosas
y cancela los mil quizás no sidos
Basta a las cosas dejar de ser la nada
para ser tan sólo algo
cuando pudo serlo todo.




4.

Como pájaros de fruta
los pianos de tus manos
ateridos




5.

Dejé tirados los ojos contra
alguna cosa que respondía
la constante pregunta
con que miran,
contra algo que ya no supe
y perdí los puertos de espera,
la piel me fue ciega
y los barcos que llamaban
en mis puertos de llegada,
no fueron sino sospechados
y pensé tal vez
en un quizás silencio
para todos los sentidos,
sin saber si era un solo,
o un muerto que no percibía
las voces del cuerpo




6.

El instante esperaba tras la puerta
y tú inocente emboscada en el instante
ahora puedo dividir en dos el tiempo con
tu nombre
con el día en que peinabas música
con tus manos de piano de pájaros de fruta.

Tú eres pero yo sólo sé de ti
guardes veces y lugares con palabras
pero yo sólo hoy empiezo a recordarte

Tú tenías la costumbre de ser tú
con tu nombre
hoy he aprendido algunas cosas
del tú que guardo para alguien

Tú miras siempre atónita desde atrás
de tu mirada.
frágil o invencible como un himno
que se incensa desde una
mariposa herida con una luna
quemada




7.

déjame vagar entre las cosas simples
para rescatar entre los pájaros y la mañana
los escombros de algo anterior a tus
ojos que era ellos.
Yo sé que tienes un cerrojo en el alma
y un silencio donde no fueron
las palabras para mí.
me basta con un instante
que abolió tu inexistencia
y un racimo de versos
mordidos como polen de tu gesto.
Tú andarás por allí, o mejor dicho,
seguirás
podrán haber caído o caerán
antorchas a la leña de tu vientre
podrás haber pasado distraída
tras la hora
pero si alguien te dice estas
palabras con la mejor manera
que tuvieran
no podrá hacerlo simplemente
como yo te las sangro.




8.

No me alcanza el verano para las golondrinas
de tus ojos
ombligos de remanso, lunas de agua




9.

Tú que devastas con latir de oleaje
el sueño que me crece de tus cosas
al místico enigma te lo empozas
y dejas que mi hornero en tu verdad trabaje.

Y profieres tu alarido de silencio salvaje
y te bebes el gesto lento de las rosas
y te vuelves silvestre y azul como las chozas
hasta que un relámpago tu sangre descerraje.

De tus ojos de antiguos palomares
las palomas del quizás me sobresaltan
hasta el rito de pensarte en los telares
en que las dudas de tu imagen se amamantan.




10.

La niebla de tu música
se enreda en los muelles de mi
alma
y crece humosa y bandera
como una túnica tejida con rumbos
de pupila
líquida y profunda
ya eterna del caracol de mi alma
como el eco del mar.
Yo no pude evitar este naufragio de
música
tus ojos úteros de música
tus manos peines de música
tu alma telar de perfume
como un jardín
o un embrión de música
yo no pude evitar este amor de
música
esos dedos derretidos
como si después de tus manos
de pájaros de fruta
todo el mundo se ablandara de olas
como visto tras un fuego tibio.
Yo no quiero diques para la música
tú puedes tomar las gasas vaporosas de la
música
como visillos de incienso
mi mente se asoma a las ventanas
empañadas de mis tímpanos
sorda eternamente el alma ya
del mundo
amortajada con un halo de música
caliente
hache de música, coraza
yo no puedo nadar en tu música
borracho de música
empozado en una ciénaga
cuando no puedo evitar el
remanso de tu música




11.

Antes de buscar las flautas de
tu voz por las rocas
recogiendo las plumas caídas
de los ecos
yo te buscaba entre la nada
o te esperaba entre las cosas
con tu tú para ti que aún no
eres.
Ahora que eres, fuiste,
eso basta
Todo tu pasado es posible
toda tú eres posible
ahora que eres cierta
No bastaba saber todas las
cosas
Si me preguntas qué eres
para mí, qué tengo para
darte,
puedo contestar,
no tengo miedo que no seas
la última cosa averiguada.




12.

Porque te pareciste desde siempre a un sueño
y sin vigilia ni espera te he encontrado
porque en ti claudica el vacío de una mano
y mi tú sin rostro toma el tuyo para un rezo,

Quiero callarte mi silencio viejo
para que mis palabras ya sin cosas
aprendan tus veces poco a poco.




13.

Y tú irás por donde sea
sazonada de adjetivos, pero irás
y me importa sólo un gesto tuyo
o más bien una mueca del silencio
irás sola de mí
O mejor dicho recordada desde mi soledad.
Ah! cuántos siglos en el instante
estuve asomado a tus ojos.
ciénagas de música
remansos de misterios
o aljibes o vasos.
Tú irás o mejor dicho: seguirás.
Y yo no pude cambiarte.
tus manos de miga de fruta
mariposas de barcos
tecleaban como gaviotas dóciles o silvestres
Yo te tuve una hora o algo así,
pero verdad, sólo te supe y tuve tiempo
de soñarte.
de hacer miel en los panales de mi
alma con el polen de dos o tres palabras
Yo te tuve o te sentí mía con pocas cosas;
sólo para poder recordarte
para tener que olvidarte.
Esa hora tuya sin recuerdo tuyo
la guardaré yo solo
en tantas horas llenas de recuerdo.
Y tú seguirás recordada
porque el olvido siempre es posterior al amor
Sin haberme dado tiempo para no
equivocarte
dejándome con esa costumbre de tus cosas
cuando las vuelva a tener
y ese no saber exactamente cómo
eras
porque siempre me falta tiempo para
averiguarte.




14.

Quisiera asomarme a tu pecho
como a una jaula de reloj.
morder el eco de tu corazón que me llegue de lejos
desde un yunque campanario
como un tañido de palomas
Allí donde aletean las lejanas y profundas
costas de tus ojos
Yo te he mirado a los ojos
(ventanas al infinito)
he visto titilar tus manos
como pichones de piano
Yo quisiera asomarme a tu pecho por tu
mano
como un pájaro se asoma a la tierra por
el árbol
y beber las olas de tu corazón sacerdote,
herrero de hondado templo.
suavemente, lenta, vagamente
como una tibia onda de mariposa o
estrella
pero tu mano fugaz pasa, golondrina
de fruta
y queda sonando en mi sangre
como una lejana guitarra




15.

Tus rituales gaviotas de miga
bajan a las dentadas escolleras, telares
sólo tú sabes tejer en ellos
las líquidas túnicas de música.

Tú enciendes hogueras
incensas luces calientes
como vahos de música
y cae lentamente a mi alma
la mañana tibia derretida
como un humo de perfume
Yo por fuera como un faro de costas
solamente puedo bordar roncas palabras
como antiguos tallos secos sobre tus banderas
de sabor y de viento.




16.

Tú que eres más habitual que yo mismo
(yo solamente a veces; rescatado de los
ecos de los simétricos remedos)
Tú que tienes como todos,
de mí, lo que yo no puedo tener




17.

Aquella imagen que hospedaste un día
Ese rostro que te engendraba un sueño
es el rumbo al que mi paso empeño
por que sea tu sueño el que solía.

Y ese tu amplio mirar en que cundía
mi verdad, como un profundo ensueño
es un aljibe en que mi sed despeño
Por volver a beberme todavía.

Han pasado otras aras por tu altar que intento
me olvidó tu fervor que me fue cotidiano
porque no recogí tu mano que era ofrenda.

Pero ahora te tiendo la mía y me arrepiento
por tantas horas de silencio sobrehumano
y espero tu vieja devoción como a una venda.




18.

Ese fervor de rezar melancolías
en que un místico silencio me enmimisma
me sacia con la presencia misma
del ser que es oración día tras día

Porque acerca otras que ya fueron mías
a la hora solitaria que me abisma;
y del hábito mundano me desisma
como a un náufrago de la ola impía.

En el tibio fragor que me empecina
el tesón de regalar una tortura
se me vuelve el dolor bienaventura
y es bálsamo en mi humanidad mezquina
...Y tras poder con voluntad extraña
una presencia me acompaña
tácita...




19.

A ti que acechas atroz como la pesadilla
En cada recodo del profundo pensamiento
A ti que lenta y tibia eres tú misma lo que siento
Paz de mañana o inocencia silvestre de la ardilla

A ti que en el fragor del silencio eres la quilla
Que arredra la zozobra de mi ensimismamiento
y eres la misma dulce calma del limpio sentimiento
que ruega reza y ama pero que no se humilla

A ti que eres la cruz puesta al final de este calvario
Que das tu gesto a mi cotidiana paz de hablarte a solas
A ti que eres el pan sumido en el santuario
Donde hago la misa diaria del recuerdo
Quiero hablarte del incienso que el silencio inmola
Y agradecerte el diario fervor que al orar muerdo.




20.

A ti que eres mi fe de un ciego en una mano,
ilusión de la esperanza que va a dormir a un puerto
voluntad que resucita el músculo ya muerto
y que pone algo de Dios en el escombro humano;

A ti que eres el culto que vuelve a Dios pagano
Que te alzas porque te alzo hasta el celeste incierto
Que me das la convicción de que Dios al fin es cierto
Quiero llevar la ofrenda de un esfuerzo sobrehumano.

Más allá del templo inmenso y arbitrario
Está el silvestre rito del néctar y la abeja
Y más aún cerca de Dios: el barro o carne vieja
con que hacer un oficio infinito y bueno y diario:
"Alzas el vientre como una iglesia nueva
Y Dios sobre la tierra hace que llueva".




21.

Son tus versos
los que me hunden en
tus rincones y me vuelven a
tus esquinas
Son tus manos las que hacen
del viento una esscultura
y me rodean con tus nubes de
algodón
Es tu boca con garganta de
huracán hecho de pájaros
lo que se clava en mis entrañas
y me sangra por los ojos
y aún es tu ser el que emana
de mis te quieros de gusto
salado y olor a lluvia




22.

En tu sur occipital mis arrabales se clavan como raíces que camino
tu sombra de savia me existe la sed que se deslaga en la vertiente
vivir es acortar un ciego una manera de alargar un ciego
pero los rostros van cayendo como la fruta en la tierra original que nos consume
mi buzo te está el silencio que azul tus manos
raíces
manos de sed
desquicio de la hora sitial
en el ala que te tapa los suburbios de la sangre
andenes de sangre sienes de sangre
barro de sangre
centauro de vino y savia
luna de sangre
barro de fuego derretido
anillo
mineral que relámpago
el peregrino tenaz que ocupa el hambre.
amiga sur
caballo de silencio y barco




23.

un silbido como un alfil
oblicua punta que nos busca




24.

tu sangre suburbial que te anda en canto la sombra
gato largo
silbo de fuego frío




25.

...Qué decir de nunca.
con qué nombrar la nada
cómo decir silencio
o tomar el propio rostro del agua sin
romperlo.
Cómo decir,
mírame aquí regresado. sin haber
partido nunca.
Cómo decir te encuentro si no he partido a buscar
te. cómo decir, eras sin más asombro
de ser entonces también verdad.
cómo emprender el tiempo que empieza
en cada cosa cómo contener la historia que
se nos viene encima sin rompernos mañana sin vivirnos el nunca
de los que no sufrieron cuándo. Que
para un camino de siglos, de segundos inexo
rables, uno solo perdido es nunca; porque
casi es no.




26.

tal vez, porque todo tal vez una circunstancia
cualquiera no sea más que una condición
de que los días integren la historia (cualquiera)
Pero creo que de las casualidades (los casos) nos
aferramos como náufragos para
subsistir a la nada, la terrible nada
de no tener testigos

Alguien que pretende guardar tu
testimonio que casualmente o porque
se llama jorge con minúscula y tiene un teléfono
te pide que lo llames: 4958127.




27.

la decisión de asumir un
momento, resuelve títeres
en hombres
todo porque tus manos me sugieren
pájaros de pan




28.

¿Amor?, sí, yo te diré lo que es amor.
Imagínate el alma como vena.
Amor es la sangre que va dentro.
Como el vino en el alma hecha botella.

El amor es una gota que está dentro de un lago;
el amor es la gota el alma es el agua.
El alma está toda hecha de amor,
porque amor, amor es alma.

El amor es eso que se siente cuando se ama.
Es como el incienso, el amor es una ofrenda.
Amor es la nube que llora en el triste.
Es un puente que nos ata como una cadena.

¿Lo ves ya?, es simple. Todo eso
es lo que significa. Eso es el amor.
¿Amor?, sí, yo te diré. Escucha atenta.
Amor es lo que siento yo.




29.

Yo siempre desde
un día. llegado, Advenido como
tierra, la tierra convocada en
la raíz primera. Entonces tú
entonces tu mano tu costado
tu soledad que ya tuviera nombre
y distancia si la lejanía.
Todo lo estaré como el súbito
sol total en el pez ciego de infinito
Todo lo surgiré inventándote
la piel como el huerto en un
labriego. Hasta nosotros en el mudo
trigal
como un leñador devastaré tu
soledad. Rostro por rostro que no
han sido silencio por silencio
costado por costado que sola. Inun-
daré tus recodos como un
sol completo por un túnel
como un sol que hacha
las sombras a los dos lados
de la cueva. Todo lo desmantelaré
como el invierno para abrazarte
de nieve caliente




30.

todos mis instantes
siempre cada vez
eterno porque el tiempo
mío
y yo ahora, un
estado de concien-
cia que creo que la
realidad es mi
vigilia




31.

la eternidad
no es en tiempo




32.

A la orilla de tu silencio como un pescador
cargo mi hambre en el hombro de la tarde como la sombra.
Tiempo atrás de tus ojos vas remando tu sangre por rostros
que ya no florecen en los muelles que andas.
Y yo en la misma tarde. Otra tarde en verdad
otra sigla otro fondo en cada espejo
otro silencio (como todos ajenas ordenándonos
los ojos en las caras)
acerco a tu tarde viajada de puerto sin tiempo
a tu tarde alta de lejanos púlpitos. mi tarde con barcos de otras tristezas
como un pescador. que
guarda el sueño de los peces




33.

Ya vienen las botas tapando
en los hormigueros los ojos de los
hombres que fueron testigos
la tierra es hombres secos
manos vueltas al beso inicial
tiempos y sitios distintos que ya
son lo mismo
Pero este regreso no es haber
tenido partidas
Ya vienen las botas de la profecía
sobre los hombres que ya no son
las cenizas
Suenan sirenas extrañas en los
puertos vacíos
lloran algunos niños de historia atrasada
algunos ojos enormes comprenden y aceptan
al final de un camino que eso era el desvío
y mientras van desmantelando palabras
como las golondrinas de la última primavera
cierran como templos de Dioses desmentidos
uno por uno los extraños niños
y como el agua de la lluvia última
cerradas en el número infinito
todas las semillas que ya nunca frutas
emprenden la nada por los mil abismos
de los hormigueros que caen al nunca.

Una rama se quiebra bajo un pie desnudo
el primer acecho donde se abre un ciego
pregunta en la sed y en el hambre primeros
qué es esto a lo que empieza ya a llamarle mundo
Y sin saber que ya, es decir mañana
sin saber que estar es haber llegado
descubre sus manos al tomar la
rama
y se queda absorto contemplando el
barro.
Destapando miedos la primera
sombra
la noche primera todo dolorido
se vuelve redondo para achicar
el frío.
regresando al barro como buscando
abrigo
Huyó tanto ese día se hizo tanto a su carne
que reconoce los ojos por la mañana y se abre
se toca los pies, es el primer niño
es el primer miedo se toca se toca
se alza como un pino se tropieza y cae
le duelen los pies se toca, no sabe
toma algunas plumas, toma algunas
hojas
son suaves, las pisa y ya no se cae.

Una rama se quiebra bajo algunas hojas
reconoce un punto, un sonido extraño que
no está en el aire
levanta la rama que pisó. como antes.
reconoce antes reconoce ahora
los pies no le duelen, se mira las botas
ya no mira el barro sigue hacia delante




34.

La noche queda doliendo.
Te cansabas de comerte los
prados del cielo
como un potro azul de silencio
alargándose la sombra de vacío
por el viento
volveremos a nosotros dormido
sin sal de la locura
como el pescador que olvida el
hada que le subió de las redes




35.
EL SILENCIO Y NOSOTROS

Las hormigas de mi boca te han marcado
por la espalda las venas de la tierra
han bajado a la sombra final buzos de sombra
para tragarse el silencio que te vive los vértices
de tu colmena más honda
Ya todo te lo viví como el silencio, ala total
sin testimonio. Y sin embargo, aquí
me quedo como el labrador adherido a tus
tardes para seguir empecinando la savia
de la tierra madurar en una flor.
Nos ha entrado el silencio como a las casas
de los que han muerto lejos
En los nuestros erigidos se agrega la distancia
de otros tantos rostros. Y no nos dolemos
sin embargo que un árbol nunca ha sido
lejanías y nos quedamos, con las raíces
clavadas en nosotros, como estamos
buscándote el otoño en el verano




36.

toca la nada con la punta de los ojos
como un ciego y me regreso sin
haber partido soy siempre la mitad
del camino cualquier parte de un
sitio que no tiene lugares
algo me naufraga me destina al silencio




37.

A veces vuelvo sobre mi propia sombra para
haberme sido. Todo lo estoy entonces
Redondo total testigo.




38.

Contigo visité mis días destapando asombros
le agregamos al tiempo los lugares
existiendo los acontecimientos
Y allá en la sombra final que nos juntábamos reducíamos a silencio el parapeto.
Todos los miedos nos guardaron.
y no tuvimos una segunda estrella
con que saber hacia dónde.
Contigo poblé el nosotros como una
ciudad vacía en espera.
Allí nos asumía el barro la historia de
testigos.




39.

Contigo anduve los días del nunca
de la mano de tu silencio todo lo presentía
como en el miedo
Yo tenía tu esencia pero te tanteaba en la
realidad con mis maneras cotidianas de
ser ciego
Todo lo fui candado tachando bocas
en un laberinto y llegué a ti como el
agua obligatorio y sencillo como la lluvia
en los hormigueros.
Entonces acomodamos la historia sobre la profecía.




40.

Como un águila de silencio
la sombra.




41.

Para llegarte, todos los días de la
imaginación de Dios lo romperé todo
clavaré tus manos en el barro morderé tus
sombras como la carne
desquiciaré los candados de tu
cuello hasta emergerme tu grito
hasta obligarte la raíz que me existas
y luego pisarte los ojos para
desexistirme porque ya nada
importará sino la nada después
de un testimonio que siempre buscará
un testigo.




42.

Creo que descubrí que en mí la
necesidad de escribir es en función de no perder-
me el rastro de mí mismo.




43.

náufrago

una isla

en un no tú empieza la soledad de un náufrago




44.

Ésta es la primera certeza que tienes de mi
silencio.




45.

Himno al silencio
Pájaro de espacio que late la sombra


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.

MAHOMA

Jorge Lemoine y Bosshardt
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Ave de música latida en luna

Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt »

Ave de música latida en luna



POEMAS



1.

y aquí estoy nombrando cosas
que no nombras y eres
porque tu rostro sirve para mis
manos
y a este hueco sonoro que tiene
tu nombre
le crecen palabras en la
primavera




2.

has caído a mi garganta para
mi voz sin cadenas

por eso tu albedrío está en mis
alas y mis velas
y puedo gritar




3.

asómate a mi voz
como a una rama donde están preparados
ya todos los veranos

todas las palabras hacen el silencio
como una tierra marina
donde mi insomnio echa redes
de campana

asómate a mi voz
como la última lluvia
total sobre la tierra
mi garganta de semilla se
desquicia
grito de flor en el cuello de la tierra
todo será dicho sobre ti

asómate a la tierra
a beberte mis veranos de voz baja

mi silencio de caña se destapa
como un espejo
esperando los dedos que eres viento
para que abras mis palabras
como un testigo




4.

hoy el viento me lava tus horas
la lluvia alarga sus dedos sobre mi cara descalza
trigo de plata uncido
al camino del otoño
así me voy
alargando la espalda
y no importa el rastro por delante que será




5.

háblame doblado el día
que toda mi tierra te reclama

vendrás a cantarme
con tu estrella hueca
con la íntima guitarra de la entraña
y a untarme en las manos un
sabor de lejanía




6.

si tu pecho es una proa
cuando el mundo arrecia
venceremos juntos
no te detengas entonces
cuando griten
que siempre vendrá un dedo a señalarnos
y te dirán aquél es como el ave
que no tiene rumbo
y te dirán que no tengo raíces
y te acosarán
como el mar
obstina a lo que empuja sobre
las rocas el naufragio

todo lo dirán de nosotros
pero yo que creo en ti te guardaré
de verdad




7.

toma mi grito como un barco

tú tienes un arco
en la garganta
para levar anclas en la flecha
y liberar la paloma de tu alma




8.

a la deriva del silencio
como la lluvia destapa las gargantas
de la tierra
me recorro las palabras

hoy
sobre tu tierra viva
se me cae una palabra muerta

pero el perdón es una flor
más alta que los ojos




9.

tú no sabes cómo sólo tengo la luz

yo a veces busco tu recuerdo
para encenderle a mi silencio una lámpara

despido mi último verano
y no vuelvo la cabeza hacia ninguna golondrina

pero esta tarde
suelto el pez de mis manos
para buscar el rumbo de mi silencio olvidado

sí
es cierto
te canta la sangre
su canción de tarde
te enciende el rezo la azul melancolía
pero ya todo el acecho asomado
se retrae
para guardarte sólo
como un ara

basta tu recuerdo
ahora
tal vez una manera de olvidarte




10.

vuelve al templo el fervor perdido
ya no soñará
la paloma de la altura
que se alaga sobre playa solitaria

esta tarde
esta tarde de vino se me clava
como se me clavó tu rostro al medio
del lejano sueño

ya no será mía aquella canción sin ruido
aquel buzo que fui a buscar en tu mano de campana




11.

en los suburbios de tu sangre
donde las cenizas del vino son
pájaros que
perdieron la altura
andén de espera sin distancia
tu corazón queda
como un puerto sin partida

yo tengo tu albedrío de
ciego mientras el mundo postergado
ojos atrás del
vino que te empuja
leva anclas
más allá de
la niebla

y más acá
de un templo
dimitido




12.

mi cabeza
todo el mar degollado ave de música latida en luna
sobre tu pie marino raíz de pan pájaro dormido
tañerá el hambre mineral que te tierra
desde la música que se derrite en tus manos
hasta el campanario que silencio a caracol
en el águila de trigo

en la arista de dolor que te afila las esquinas
recodo inmemorial el muelle sin partida
andenes de sangre cortada en piedra
el ciego de cerrojo apila manos de silencio
en la garganta que te ultima en sombra




13.

llegarán un día mis pájaros
a poblarte el beso
poniendo más allá la lejanía
de un diluvio cualquiera

¿qué podrá consumirnos las
distancias entonces
que hemos hallado todos los sitios
donde podíamos buscarnos?...
y el mundo se abre a nuestros
pies como una fruta caída
asumida o invadida
por las hormigas

el viento nos lava el beso
y más de dos hormigas
mueren bajo nuestros pies ciegos

y no somos asesinos en verdad
y somos
la horda seglar
de que hablan algunos
viejos que se emborrachan
en los hormigueros
y cuentan de los cíclopes pasados

¿quién nos alcanza el beso
aunque se emborrachen
los hombres y las hormigas
vayan a la guerra y a los
cementerios?

¿quién nos amará como
nosotros que hemos inventado
el amor o lo hemos encontrado?




14.

aquí eres
yo que te existo como
un espejo
y voy a ser a veces sobre
tu cristal
porque seremos recién en
el testigo
voy siendo mi parte de
nosotros
que podemos tantas presencias




15.

ah! tu pozo volcado
cerrojo de infinitos
donde guardas
la locura tan oportunamente
cuerda
pozo hacia fuera
hacia el cielo




16.

no volveré por mis palabras
ni a buscarlas
ni como un barco que vuelve a ayer
mordiendo la cuerda que se fue a sí mismo
que dejó a la espalda

no volveré
un día partido
partido cada día
porque partir es mañana siempre todavía
no voy hacia la palabra que diré
aunque pase por mí tantas veces




17.

te pude
ahora yo
amiga mía
el sueño fue
quiero beberte la voz
agua de fuego
lluvia trigo de música




18.

inviolable hermetismo encascara mi mente
cárcel corpórea de etéreo prisionero




19.

la paz de piedra inmóvil

el pensamiento ágil

la paz de goma ágil
el pensamiento quieto




20.

una misma velocidad
dos ritmos diferentes
objetos diferentes

un mismo ritmo
velocidades diferentes
tiempo diferente




21.

tú emites mi silencio

tú profieres este alarido de silencio

tú callas

ya no sé dónde quedan las
ventanas
...hace tanto tiempo
que es de noche... hace tanto
que no llaman a la puerta...

es que ya no hay pájaros ni sol?

hace tanto que no
vienes a avisarme dónde
está la piel del silencio
que me siento mezclado
con él
y no sé dónde termino
ni dónde empieza mi soledad
como si yo
vuelto silencio
también
fuese una isla de agua
un náufrago de agua
brutalmente de agua
que nadie puede salvar

tú profieres esta oscuridad

tú callas
tú faltas
tú no llegas
tú te diluyes
como el humo
como una palabra sólo sospechada
te quedas
como un atroz frío
de ceniza contra los recuerdos
contra mi alma que ya
no se parece a nada
porque ya hasta te equivoco
con una imagen llena de cosas
viejas
elena de mí
que he quedado detenido
allá
desde donde tú profieres
mi silencio
como una luna negra o
quemada
tú profieres esa luz
donde no puedo ver las caras
de las palabras
y tu nombre
sido muchas más veces
que tú
que ya te ha dejado atrás
sirve como una luz ronca
para acrecentar las
sombras de mi silencio




22.

la noche tiene náufragos peregrinos que silban
regresos
sabor a derrotas y locura por la boca

alas derretidas de bajados besos




23.

yo que yo
con el ser sin deuda
tengo colores y cosas en las veces
acudido al asombro
naturalmente

de mi aquí siempre mi
aquí sobre cualquier ahora
siempre mi ahora sobre
cualquier aquí
yo que yo
siempre




24.

las horas me trasponen
andar es ponerme la historia
en los costados

desde ti encuentro el rostro
del costado
la mano de las manos




25.

el ojo boquiabierto
se detiene lentamente
como un pez
echado a andar en el intiempo

¿qué creías acaso
que el silencio no tiene molinos?
el silencio pasa por mis manos
y me mueve el trigo

el ojo boquiabierto
en una actitud de infinito
se espacia de vacío

¿creías que el silencio no tiene
testigos?

alguien será el último muerto
(o vivo)
el silencio empezó con las palabras




26.

para llegarte
todos los días de la
imaginación de dios lo romperé todo

clavaré tus manos en el barro morderé tus
sombras como la carne
desquiciaré los candados de tu
cuello hasta emergerme tu grito
hasta obligarte la raíz que me existas
y luego pisarte los ojos para
desexistirme porque ya nada
importará sino la nada después
de un testimonio que siempre buscará
un testigo




27.

quiero en ti las catedrales
las raíces afanadas en la tierra
la lluvia innumerable sobre el techo
o la devoción telar de las abejas

todo lo quiero en ti
cisne y buena y lejanía
pero no quiero la distancia

en cambio

quiero por ejemplo
ahuecarte un caracol en las entrañas
donde el mar se quedó guardado y canta

y quiero beberte los ojos extendidos desde el pelo
(como un largo pájaro de sombras)

hasta las manos de ojos cerrados dulcemente

quiero guardarte también y que me guardes

más acá de la distancia el sol no tiene invierno
por eso quiero quedarme
y quiero hacerte en la cintura
el camino del beso

nómade azul el beso peregrino
que baja desde el pecho de pan o de vino
hasta el musgo en los rincones de la herida o la trinchera

todo lo quiero amor
todo contigo

desde el día en que ya nunca no serás

desde el día en que siempre ha encontrado ya el principio

todo lo quiero ahora
ahora amor que te he aprendido
que he enjuagado mis manos en tus dedos

y se ha limpiado la tristeza de los ojos
con la tristeza nunca más
que yo lavé en tus ojos buenos




28.

y mi beso aprenderá a amanecer y a ponerse
en el labio horizontal de tu cuerpo como el sol

tu latido marino
mi boca te atrapará como el grito seco y vacío
te atrapará en la ferocidad de la luna
en la taquicardia del mar
el mar
y tu corazón campanario
aleteando en la agonía de la locura
y tu íntimo bocado de mis lanzas




29.

muéreme
como un espejo cerrado me niega un
testimonio
como volver para saber quién soy
y encontrar ciegos a todos los que me vieron partir

muéreme
como un espejo cerrado se abre tal vez hacia
otro lado

muéreme como tal vez espero como un rostro
vacío en un espejo
que me vuelvas sobre mí mismo
para recogerme los ojos que quedaron del lado
de la imagen y no de el del cuerpo

muéreme pero regrésame
que me espero en ti para seguirme
por tu testimonio
como hallado un abierto entre los ciegos




30.

cuando se alarga el tedio meticuloso de los escaparates
y el oficio es un paulatino y absurdo pasadizo
tu pájaro
se levanta y muere con un turbio
grito hueco
y un ojo final definitivo

volcanes de música
enarbolado
en ristre
lanza
fusil
alba fundamental
agua de acero




31.

mi piedra de pan
tigre de niño
camina las venas de la tierra sin venas
está haciendo caminos
o se queda como un muelle
a la espalda de los que se van

mi tigre de pan
anda viviendo hormigas
mi niño de piedra
pone la nuca
(todo nuca el ciego redondo de la piedra)
para mirar la lluvia
como miran el nunca
los cerrojos de los muros sin puertas




32.

de todos los nunca que nos dan el tiempo
porque el tiempo es nuestra pobreza de eternidad
en el azar de las cosas que no tienen veces
yo
como deponiendo mi nunca o señalándolo apenas en la
fugacidad de lo que no excede la realidad de la fantasía
pasé tildando un instante de otro tiempo distinto
como el que no pasa a buscar actitudes estáticas para
hacer mover las cosas
como el que queda en el íntimo infinito de los muertos
en la quietud absoluta del silencio sin límites




33.

cuando pueda con la última garganta de mis manos
rayar el cielo más hondo
tierra abajo de todas las cosas
escrutando la última sombra
el número embrional sin antes
como un ateo destapando los escondrijos
de dios
cuando haya levantado el último sitio
y pueda decir la nada entonces
cuando todo el tiempo haya sido veces
y entonces la eternidad y el infinito
sean en absoluta quietud de un
instante
cuando haya atestiguado
todo como la mutua realidad de
cinco sentidos y todas las cosas
si no me apago como se desvanecen
los rostros de los sueños
si no me detengo en el inexorable
vacío de una imaginación que ya
no me exista
y si el tiempo en realidad ha sido veces
qué me quedará para dudar o creer a
dios?




34.

el pasado aroma mis recuerdos
mis recuerdos aroman mi memoria




35.

sólo alguna vez el sueño no pierde el rostro
sólo alguna vez el silencio sabe qué palabras




36.

he estado sobre tus cementerios y un poco recé sobre tus tumbas
sin saber qué pasillo de historia huía desfondado hacia la sombra

yo ni siquiera apago tus cenizas
tampoco calenté las manos de mi invierno
sobre el gato seco de tus fogatas

pero los ojos perdieron el lenguaje
y suplanté las cosas con mis propios rostros

abajo de un poco tu ceguera cada día
recogí mi anónimo redondo averiguado

ahora
porque el sabor de tus mares de música
que yo no he sabido descifrar
pone más acá mi lenguaje de otras razas

sobre tu lápida inventada en tu memoria
dejo mi canto sucio
tejido como un pájaro extraído de la tierra
con palabras extrañas
que no entiendas




37.

los brazos de las olas vociferan su debatimiento y se
sumergen en el pecho en el instante incomprensible
del sueño

el mar duerme en cada instante

ya tenga uno de horas

sacado del sueño de su ola
nota despertando en cada instante de su
quietud la inquietud de un instante nuevo para
mis ojos aún acostumbrados al instante viejo

y

entre cada dos instantes mil instantes para que
el instante llegue al instante




38.

en tu estirpe de tierra
mis campanas romperán como los duraznos

tu mano sangrará gorriones de barro
barro de sangre

tu mano cíclope en el vientre

allí vivirán mis ojos

(como el alma de la luna
que está loca)
como una luna quemada
que guardó antes de la tormenta
su razón en tus guaridas

perdóname

perdona mi hombría
no pude sernos
el hijo sin sangre
no pude sernos el hijo
sin sangre

en la frente de tus manos
techo de madera y leche
mi beso se arrodilla
como un árbol

un rey
tributo sobre la tierra
por tanta saciedad recogida

ahora
la historia nos espera
los rostros nos repetirán hasta diluirnos
los rostros acechan en el tiempo del hijo

ven madre
amiga de mis manos

nosotros
a ungir de dios mi silencio vacío

tu silencio sobre el mío
es vigilia y plenitud

fuimos de la mano hasta tu vientre
y no tuve miedo (sino dios) de la eternidad

tuve dios amiga
yo también he creado

tu telar guarda mis manos
como la tierra gira por los árboles
y los cementerios
como si todo fuese líquido
y los lugares en proporción
sólo fueran en el exterior que es
una vasija

así gira todo dentro de nosotros
yo dentro de mí
que fijamente soy sólo yo
mi afuera
las veces de los otros

dame tus manos
raíces
pájaros
libertad y
libertad




39.

y el beso viceversa que es nosotros o tú desde los dos




40.

elena
las palabras
dicen lo que el silencio
de ellas guarda
como
la tierra en invierno
teje el secreto de
las semillas nuevas

yo te dejo la isla de
mi corazón callado
donde sin lenguaje
madura un canto
de amor infinito

para ti que fuiste como
mi dios




41.

entonces
medíamos el mundo con palabras
ahora
parados en la punta del amor

como en un muelle
echamos las manos a la vida




42.

el nocturno corazón de sótanos ahora vive
en la mañana como un murciélago que despertó
paloma




43.

yo que me empujo con navajas y me llamo con sirenas
veo pasar a los que caminan hacia el horizonte




44.

oración por los que nunca rezan

dios...
alguien que rece por mí que no lo hago nunca




45.

si he rezado
después de haber gritado y dicho tanto
he logrado la voz




46.

vendrá la noche y tendrá tus ojos descalzos
acorralados de sombras contra el espanto
(una sola sombra no vencida
es la duda de estar ciego)

sí
vendrá la noche y tendrá tus dulces batallas
los tiernos cementerios y los surcos de sangre

ésas son tus cenizas

vendrá la noche o irás
la soledad es siempre dos
y partir o quedar
qué más da

los ojos vacíos a la espalda

la soledad es una cuando empieza
¿quién la nombra si no tiene principio?

solo
quedado solo

por eso vendrá la noche
con su música vacía a clavarte espacios
en los lentos lugares

llevar la cuenta es imposible entonces
cinco veces ciega y un solo bajo dolor
cómo contar el camino
cómo nombrar las certezas?

vendrá la noche y tendrá tus hogueras
quemará tus cotidianos hechiceros
así se suicidan tus manos
honda y lúgubre raza de pájaros sin raza

donde son palomas no han sido o ya no

por eso las ventanas con cerrojo
son el dolor de un muro sin pausa

ya no son
ya no soy
y tú mueres
a noche mueres
cuando el silencio arrecia
y la distancia es un lugar infinito alrededor
y el infinito ya no tiene números
donde morir

sobre la noche echa a volar
las mariposas de tu sangre
para envenenarte con bocados de noche
hasta que haya venido del todo
como la diaria muerte nocturna
que termina en la mañana cotidiana




47.

tus manos latirán
como los pájaros que esperan la raza
en el trasbordo ritual de los diluvios
pero llegará la paz al beso
y un rumbo para la libertad
que nos está buscando

ven grita conmigo
descalza como la tierra
echa a volar tu pájaro total
tu pan tu molino tu espiga
cisnes por fin
tascando las tormentas
como una nave
que late el mar
como tú amiga mía

baila baila baila
el viento se ha hecho para ti
árbol en libertad
levanta tu raíz muerde las
nubes con las manos
que yo besaré tu locura mientras tu luna
amiga
amor
te azuza el mar
que llevas dentro




48.

quiero hacerte un nido largo
que te baje por los ojos a la tierra

que se enrolle y cante por la savia
de la fruta doble que te bifurca el pecho

quiero remar en tu sangre como un náufrago

como un centauro
sobre tu corazón ya desbocado
para llegarte hasta la luna grande
que te subleva la marea de las venas
y quiero que mis manos vivan en tus vértices
amigas de la sombra y tu silencio tanto

y quiero hundirme como un torrente
por tu garganta a media asta
que es un pasillo largo hacia mañana
y descubrir la herida anterior de la espada y la batalla
con la feroz ternura de los barcos
que parten a tu vientre

y quiero bajarte como un buzo
hasta el telar del medio
donde guardas un espejo para
alguna primavera
y subirte por el camino de la fruta
hasta caerte por el pelo que no he mordido nunca

y quiero trepar como las enredaderas
por tus pies de pan y de raíz sin beso
buscándote las tumbas y el verano
para nadar hasta la orilla de tu muerte conquistada

y quiero olvidarme cualquier cosa
y que nos baste con morder el beso
o empeñar el insomnio en tu agonía
para despertarnos más allá de todo
con el olor vegetal que nos crece por los dedos
y las manos juntas subsistidas
en la húmeda dulzura a la batalla




49.

te clavaré las manos
el pájaro inicial que no se encuentra el ojo

un diluvio
el viento numerado por el ala

de algún viajero volveré sin saber que vengo
volveré
a descubrir lenguajes que me testimonian
pero no me regresaré
por donde las manos tapo
en tu tierra
en tu tierra última
donde estás la sombra o la luz
completada
y el silencio

o la palabra total definitiva

no me regresaré
porque ya no me
como al que ojo
como al que sitio y vez
porque ya me tú
para siempre
para nosotros

como venir es un regreso de no saber de
dónde
en el último andén del tiempo
innumerado




50.

te viviré una araña sin raza ni asesino




51.

sobre ti descubro que el amor
lo llevo adentro
es tan fácil amar...

basta aprender la gente
somos amor
y largos ratos silencio
olvidos partidas
rostros nuevos
y un amor largo
como un río
que pasó por un hombre
en cada aldea




52.

se cierran las puertas de los días
mañana es un infinito que se acorta
el mundo va capturando la historia
los días fijados ¡ya los días!

el nunca pierde circunstancias
acorralado desde lo existido
hacia el tal vez sin certeza que no ha sido
sobre la verdad puntualmente verdadera




53.

escribía palabras sencillas de tus cosas fáciles

hoy
tal vez porque ya no tengo cosas
escribo palabras oscuras




54.

tantos tiempos hay en un mismo tiempo
tiempo de tantas cosas

y sólo una cosa nos dice hace mucho y tan poco




55.

¿cómo haberte olvidado
si conocerte fue aprender que mi alma existía por afuera también
(sin necesidad de serme)?

¿cómo olvidarte si toda tú nunca
no eres nada nuevo sino yo mismo que me vengo por las cosas

¿cómo si eres la única certeza de que todo lo que veo y siento
no es mi delirio
cómo si eres mi fantasía más real?

¿o tal vez aprendí en un segundo
la eternidad de haber sido siempre
tal vez me descubrí el alma por ti
como entendí que no era ciego
en la primera luz?




56.

nada es partido si no tiene rumbo
porque ir implica un donde

por eso un canto a nadie es como un silencio

un pozo se guardó las estrellas antes que el cielo se apagara

nada canto tus nunca

entonces ya no me importó decir algo que no fuera nuevo

ya no era vital romper sistemas
o inventar nada
para poder caber un nombre que yo también inaugurase

abolir costumbres

y la costumbre de abolirlo todo
si es cierto que los usos pierden verdad
cuando el anillo encuentra su principio

pero desusarlo todo por temor a bajarme del tiempo
como si repetir fuese quedar




57.

tus pies tienen flores en el camino
lámparas en la noche
manos y lámpara a la hora del ciego

tus pies tienen raíces en el camino
tienen testimonio
y tu historia

pasan ríos de guerra y hombres y cementerios
pasan vientos de cantos
de manos calientes y ventanas
pasan púlpitos a oírte y señalarte

pasan lámparas de sombras y estrellas vacías

pasa

y yo apenas en un día sin nombre y sin número
sin la sorpresa de ser
sin el asombro de somos
en un día sin historia o deseternidad
(como los de las cosas que buscan encontrarse
desde alguna parte o desde mañana)
paso con mi ventana ante la tuya
sin frenar todo lo que nos está humanos
y apenas sabemos que nosotros
que aceptamos
que nos debatimos en el naufragio cotidiano
más allá o acá o más a tiempo
y mundo de un día que no existe

entonces aceptamos otros rostros
la distancia
como siendo más dulce esperar para otra historia

porque mis pies tienen espalda y frente
y semillas y sangre
y testimonio y mi historia

pero donde no nos encontramos
donde sabemos que nuestra diariedad no nos hallará jamás
como buscando con ojos de lenguaje diferente
y carne de una dimensión distinta
tal vez con la única verdad que es el silencio
la profunda mano tendida en una mirada sin carne
que a veces emerge de sitios donde no estamos
o de la nuca
sabemos que nosotros
en una espera que nos hallará
más allá de todo




58.

recogiendo nosotros en todas partes
he sido solo todas las tardes




59.

qué más da si parto o si llego
si soy o me imagina

¿qué es una línea a partir de nada?

¿qué importaba entonces
saciar mi vez en dos?

me sentí transparente como una hache




60.

tu voz esbelta
tallo de gaviota y luna
manantial

mana de la entraña del
silencio
como una flor crecida de la
arena o un pino de fuego
proferido por el agua




61.

como la flor (luna de sangre)
y el pasto
como la rama de espinas
y el pájaro
como tu voz y la mía...
pienso que puedo ahuecarte las
manos




62.

un día
amor
será cierto
y el mundo se inundará de música
porque el sol amanecido será un
pájaro gigante

equivocado sobre el canto que hallaremos

juntos




63.

desde tu altura busco la sombra
visceral de tus
aljibes




64.
DUDAMOS

porque el mundo es cada uno de nosotros
como millones de tal vez fantasías

sincronizadas y puestas de acuerdo
como un lenguaje que más allá de los símbolos
es irrepetible

entonces
no somos egocéntricos

o el punto de vista o el centinela
el testimonio
en realidad la única
realidad
(tantas veces) de las cosas




65.

cierro los ojos para pensar tu imagen
entre pasillos de niebla
creces
como se puebla de cantos el silencio
entonces el que crecí por dentro
cierro los ojos para existirte
como ciego

la tierra en el ojo completo
de la sombra infinita




66.

búsqueda de la verdad o de cualquier
otra cosa que nos haga dudas la
posibilidad de haber sido diferente




67.

no estaba preparado para la luz y no resistió
desnudarse la ceguera

se metió en una plaza de luz un ciego
y lo acribillaron




68.

nievan cenizas de música sobre el alma
incidencia

si hay algo que decir de mí que sea esto
y además que te busqué por las palabras
tanteando como a dios entre los símbolos vacíos
como esperando algo entre mis restos
hasta que la palabra o la imagen que se abra
en el vano espejismo de haber lo que no es mío:

ahora que nosotros
ahora que nosotros nos estamos
ahora que nosotros nos estamos emprendiendo
como el verano por las manos de los árboles
ahora que nosotros por las manos
nos nosotros hasta el íntimo relámpago

ahora
amiga
estrella
que nos vamos
que nos vamos mucho más
que nos vamos mucho más
de
quedar como quedamos de testigos
ahora amiga que lo digo
que lo digo por quedar
ahora que quedamos mucho más
como queda mejor lo
que ha partido
ahora amor abeja
ahora que asumimos

ahora que asumimos el polen de estrellas en
la sangre
ahora
ahora que tú
ahora que tú
colmena y casa
ahora que tu colmena destapa los rostros
de mis astros
ahora que retomo algún primer camino
ahora y siempre que me existas en el hijo
que se diga de mí lo que yo digo
que se diga amor colmena labrador y amigo
ahora que tú que tus cerrojos
ahora que la tierra
porque siempre es el tiempo que nos venimos
desde ahora que nosotros

(ahora que en un rostro doble somos
dos lo mismo

mucho más atrás de nosotros)




69.

tú que tienes los defectos más hermosos
del mundo:
mi tristeza más dulce
mi soledad más buena




70.

abrirte
sobre tu silencio boquiabierto
como los caracoles
sonora de sombras y savia cerrada
en el ventrículo caliente
clavaré mi invasión
como un grito infinito
para poblarte el acecho de tus
ciegos
después

todo después
todo tendrá una palabra
porque somos pobres de silencio




71.

ermitaño de silencio
mi estrella es un cerrojo al infinito
garganta sin oficio
pregunta piedra afuera
de la piedra




72.

estoy parado en el
andén del tiempo
me faltaron días
para mi historia
me faltaron los
hechos para
la vida
y veo hundirse
en el innumerable
nunca
la nuca de la vida
y me vuelvo caminando
pisando el vacío que voy




73.

en las sienes de la noche se desmoronan los trenes
en el azul silencio del cielo tiritan grillos de plata
yo camino recogiendo la poesía en cada cosa
para vivírtela así como me viene

para irte el amor que se desata


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.

MAHOMA

Jorge Lemoine y Bosshardt
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Hasta que vuelva a gritar que te he olvidado y sea mentira

Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt »

Hasta que vuelva a gritar que te he olvidado y sea mentira



POEMAS




1.

Pude tal vez echar un ancla en tu tormenta,
resistir al mundo y la mentira ajena,
pero cerré los ojos y confié en los tuyos
y me dejaste ciego, frente a la mentira y frente
al mundo.
Ya no importa llorar ni perdonarnos
ni hacer preguntas y responder silencios
Ya todo está. ¿Para qué secar la leña
inútilmente si las piedras mismas de hacer chispas
dimitieron?
Puedes restaurar, quizá, mi memoria,
seré un recuerdo más yo o menos yo, eso no importa
Pero el nosotros que yace donde el camino se bifurca
no volverá ya a nombrar nuestras manos juntas
Hemos perdido para los nombres por venir,
ese fervor de apretar los ojos, como rezando.
Por eso seremos los dos, siempre mejores,
aunque digamos dejarnos para buscar lo verdadero

Es por eso el rencor, no tendremos olvido.
todas nuestras palabras de olvido serán para nosotros.




2.

Y será ésa, otra manera de mentirnos,
como al decir adiós.
No puedes parecerte a las palabras que me dicen.
¿acaso alguna vez, fui como una palabra que escuchaste?
Escucha pequeña, aunque ya no me oigas
, deja romper las olas del silencio que te
ahorca por las noches. Llora.
Luego llámame, no te oiré.
Luego toma esta pregunta como una antorcha,
y baja al sótano de tu alma a descifrarte.
¿qué día es el olvido?
yo no lo sé, ese día y por haberte ya olvidado,
no recordaré llamarte para contártelo

Si enfrentas el olvido, con sólo recuerdo
¿para qué olvidarse?
Si sólo hemos pedido ayuda de los otros
y nunca nos gritamos a nosotros mismos




3.

enjuagabas tus ojos en silencio
enjuagabas tus manos
con hebras hilachas harapos
del viento




4.

Nos tanteábamos como ciegos recelosos
Los tibios países de trapo y de durazno
y las manos avisaban nuestros
territorios
como tildando el lugar donde éramos




5.

A veces, porque todo a veces
en tu soledad de túnel
irrumpe un sol que equivocó su altura en una
lámpara.




6.

...Y tus ojos como dos gorriones huecos.
tu pelo
largo pájaro de sombras y silencio
Todo lo recuerdo
y tu pecho roto
donde quise quedar o queda todo
La noche era nosotros
por eso
todo lo recuerdo
y desde ti estoy solo




7.

De la tarde sola,
del cielo lívido sobre las últimas casas
de la mansedumbre
con que es hermosa para otros esta tarde
me viene esta tristeza
de ver temblar al viento entre las hojas
Tanto se depone
acortando mañana
aunque siempre queda todavía
Vendrá la noche entonces
y se agremiará en los últimos rincones
y vendrá el espejismo
a vivir desde las manos
Nada demora lo innumerable
y la tristeza sólo cambia de calles
por eso el cielo lívido y los otros y las casas
y la tarde de los otros mansa
y mi tarde




8.

Quiero tener tanto que
no tenga lugar para
tener el no
tener
de lo que no
tuve




9.

Mi silencio hace un ruido infernal

*

y el beso viceversa que es nosotros o tú desde los dos

*

llevo la luz de tu piel en mis manos que saben a sombra




10.

¿Qué dejarte amiga mía ahora que parto
para ser más extenso que el olvido?
cruzarte la cintura tal vez por un camino
donde el beso ha errado tanto
¿cómo quedarme desde más allá contigo
cómo buscarte ahora que ya has sido y que me
alejo
si yo mismo soy en todo lo que dejo
Ahora que emprendo la orfandad del hijo?
...Tanto anduvimos por los días cortos...
Aunque en cada rostro del camino te descubra
Más allá de nosotros el mundo tiene todavía
por allí andaré alargando la tristeza
acortando por delante la tristeza que nos
queda
Hasta que vuelva a gritar que te he olvidado
y sea mentira.




11.

Te recojo de todas las cosas que me son esta tarde
has crecido de pronto donde el olvido no pudo nombrarte
Y aunque queda mañana por delante
Yo te guardo y no puedo guardarte
Esta tarde es tuya ¿cuántas tardes serán tuyas
Nos vamos por tu sombra donde mañana es
nunca
por eso quiero ahora que me escuchas
dejarte mi raíz que ya
no tendrá lluvia
Desde otro mañana que ya no será y no tendrá
espera
Un niño dice adiós para cambiar el
rostro a medias
Y porque siempre será en ti la primavera
yo te bendigo desde la tristeza.




12.

a la deriva del silencio
como la lluvia destapa las gargantas
de la tierra
me recorro las palabras

hoy
sobre tu tierra viva
se me cae una palabra muerta

pero el perdón es una flor
más alta que los ojos




13.

si tu pecho es una proa
cuando el mundo arrecia
venceremos juntos
no te detengas entonces
cuando griten
que siempre vendrá un dedo a señalarnos
y te dirán aquél es como el ave
que no tiene rumbo
y te dirán que no tengo raíces
y te acosarán
como el mar
obstina a lo que empuja sobre
las rocas el naufragio

todo lo dirán de nosotros
pero yo que creo en ti te guardaré
de verdad




14.

Me desperté y equivocado u olvidado
supe tocar el piano.
Temo despertar cada vez en una realidad
espantosa.




15.

háblame doblado el día
que toda mi tierra te reclama

vendrás a cantarme
con tu estrella hueca
con la íntima guitarra de la entraña
y a untarme en las manos un
sabor de lejanía




16.

Tengo en la ternura la ferocidad de la lluvia
voy a navegarte
soy tu capitán
y me tengo en las manos
para untarte mi sombra caliente
mar mío
capitán en tu estrella de sangre
apenas te he visto mirarme
y ya te digo mujer porque hasta conmigo.




17.
EL PESCADOR

A la orilla del silencio
con la mirada innumerable
la red tendida como el musgo crecido
de las manos
te piensan así poeta




18.

El corazón hizo una gárgara de sangre
como un molino roto que encalló
el viento,
Y el velamen del pájaro de barco
perdió la cuenta del empuje
y calló a la orilla de la sangre
detenido o quedado como un
andén.




19.

Te desteñías poco a poco como si te desafinaras
pálida
La noche me estranguló




20.

Levanto mi mano como un palomar de sombras
el silencio me vive;
¿qué me quitará la muerte?




21.

Quisiera que supieras que algún día
cuando la mañana se parece a tu mañana
retozas dorada y descalza
en el patio de mi alma
que se llena de mañana.
Hace mucho que llueve,
las olas borran los castillos de las playas
y acomodan la arena de los pasos
y se llevan el testimonio de las plantas
caminadas.
La sombra se esconde del sol detrás del
árbol
obediente y acorralada,
todavía al mirarte te parecerías a las
garzas,
y más que todo paloma mía blanca
te parecerías a mi alma.
Todo lo tuyo era fácil
menos recordarte sin tristeza y sin palabras.
Podrías llegar aún una mañana
Y yo no te preguntaría nada,
y tomaría tu mano nuevamente diaria
e iríamos a bebernos los dos juntos,
la dorada mañana de las plazas




22.

Todo te dice adiós en esta tarde de trenes partidos
y resignación de andén
las manos como casas inútiles con los
, vidrios rotos, de tanta historia ignota,
están cerradas como el frío obligatorio y
más intenso de los acurrucados pordioseros
en las puertas. Y la noche es fría para
algunos, desde afuera,
y la noche es fría desde adentro para
mí
en esta tarde roja de trenes contra la
lejanía e inmensos territorios de
silencio y miedo
en los muelles a la espalda de los
que partieron.
Todo te dice adiós y te ama esta
tarde
esta última tarde del dogma
de las golondrinas
en que agrego la tristeza y las partidas
a las cosas — como las ventanas del inválido
suman al ocaso
las gotas quedadas de la lluvia ya callada —




23.

Las olas del viento rompen en mí
como una vez tus manos,
como pájaros moribundos
desesperados.
Las olas de tus manos ya no
rompen en mí
como pájaros
y yo
simplemente abandonado.

Iba a decir de ti que revoloteas
como un remanso sobre mis horas
Y dije: a veces tus manos caen a mis
olas como palomas heridas.
y su sangre se enreda con mis peces.
Iba a decir de tus manos, que tienen las
mejores páginas y dije:
en el fondo de tus ojos las alas de los
primeros se derriten.
Iba a decir de tus ojos: que son líquidos
como un susurro de tus manos,
y callé para no enturbiar la voz
del perfume que sale de los sótanos.
Y dije de tus ojos: hay en ellos un pez
adivinado como el árbol bajo el suelo
que se parece a nosotros.




24.

Una melancolía de vereda
trepa al alma como los gatos de una hiedra
al muro
No sé cómo es de verdad la tarde,
pero debo decirte en esta carta
que la tarde es de mensaje y última esperanza
Debo decirte que esta tarde tiene un sol ficticio
y está llena de palomas mensajeras
derretidas en la lejanía al cruzar el
acceso de mis ojos a la nada de las
tácitas cosas más allá de mis imágenes.
Quiero escribirte que la tristeza es desteñida
y amarilla como esta tarde pálida
y que tengo olor a puerto y eco de últimos
pitazos de partidas a la tarde
y el solo humo de los barcos que se enreda con las
nubes del horizonte,
metido en el hueco donde hallaba
el agreste jardín de los pájaros en el
verano
ahora que todas son desoladas regiones
de silencio espeso.
Voy raspando los ojos contra las baldosas,
y tal vez alguna mano sobre una
pared cualquiera de una mano,
donde la dejé olvidada en algún paso viejo,
mientras seguro revisando la buhardilla
de mi alma
te recordaba.
Tengo las manos a lo mejor más roncas
como las agrias o tal vez amargas nueces
por afuera
tengo los ojos más lavados y más pálidos
y la voz más sucia de tanto suburbio
de silencio
Tal vez en estas tardes el alma es mucho
más de sótano
con un acceso al sol medio vencido, en
una banderola,
tal vez para decir tu nombre, la voz llena
de pelusas,
ya no tenga la diaria costumbre de tu rostro
Por eso no sé cómo es de verdad la tarde
y te escribo en esta carta que la tarde
es triste.
Te quiero aún, aunque no sé de verdad si te
recuerdo sin equivocarme.
Es decir, algunas tardes opacas y afónicas como
ésta,
busco el último rostro en mis recuerdos
y le digo la última palabra rota
que ya olvido cuándo la dejé en la boca.
Tal vez atrás de todo tenga un beso viejo
eso tiene el hábito nocturno de la almohada.
Ya te he dicho, entonces, que te quiero todavía
¿acaso podría alguna vez decir: ya eres olvido?
Es verdad mi última palabra fue de amor
contra tu cara.
Sólo tendrás mi olvido, cuando en esas melancólicas es-
peras de la tarde
no mengüe tu silencio alguna carta.




25.

Las palabras nos van endureciendo
el tiempo que fuimos.
Y todo palabras
pero es tan fácil
antes del estático testigo
el infinito tal vez.
Así quedaremos
fijos en el tiempo que crecerá de nosotros
pero la eternidad nos guardaremos entre los
instantes
esperándonos los cerrojos descarnados.




26.

¿Por qué, si tenemos para olvidarnos, dos
tristezas?
Dime, ¿por qué dejamos crecer alrededor
el mundo y proponemos olvidarnos?
¿Cuántas palabras, dime, intentan
a veces acallar tu silencio ¿lo consiguen?
¿Cuántas veces tiemblas ante una carta
esperada largo tiempo?
Dime, entonces, ¿qué buscamos separándonos?
¿Qué razón me vuelve necesariamente
recordado?
Aunque tú no puedas interponer el
olvido entre el adiós y tú
¿Por qué decimos que la felicidad vale
más que todo?
y nos obligamos a llorar por algo secundario
que intenta aislarnos?
Decimos que el mundo inarreglablemente
tornó el nosotros y amputó al lejano.
¿Por qué volvemos a todo un enemigo?
Cuando podemos tomarnos de la mano
y caminar entre los otros amigos del
mundo y de todo.
Porque en verdad no sabemos de imposibles.




27.

Un día el mar
como un animal indómito de olor a pasto y
de canto de hormigas
dormirá como el zumbido de las flores
a tu piel
será mi piel de barro
Hembra mía
para la tuya luminosa
de trigo y de pan
Entonces serás abierta como los caracoles
sonarás como un árbol de mi tierra
el canto del relámpago de savia
Colmena mía
a ti todos los labriegos de la sangre
para la invasión del grito que se repartirá
en tu carne
como el olor de las frutas en el viento.




28.

Ésta es una carta.
De mis selvas arranco los mejores dolores
vegetales para tejer este barco.
voy a buscarte
Voy a tocar el amor con la savia del
silencio.
En algunas palabras duele aún el golpe
del hacha




29.

Es cierto que despertar un beso es encontrarnos.
crecemos del nunca en el asombro
de exceder el pensamiento.




30.

A veces sabemos por dónde seguirnos
pero nos dejamos dormir
por temor a no caber en la realidad
con nuestras verdades.
Por eso, garza mía
estoy dormido en tu cuerpo
gigante y salvaje como toda la tierra
pero yo mismo me dejo dormir
por temor a despertarte donde
duermes mi sangre.




31.

Yo giraba, como el agua
giraba los días.
a todo le respondía con la vida
como un espejo
pero en mí, cada cosa tenía la dimensión del
nunca
Y lamía el pecho del silencio
como un niño muerto de hambre
sobre la madre seca
Pero vivir como estar muerto
no me absolvía de vivir
mi tiempo mineral




32.

Quise hacer para ti la poesía
Como una casa de oro
para que vivieran tus manos
como yo las pusiera
y tus ojos fueran cerrojos
para escrutar
el otro lado de las ventanas infranqueables.
Pero tus manos fueron de palo
y tus ojos embalsamados
miraban rígidamente el interno
infinito que guardaban
Y vencido, me quedé dormido
con tu imagen ya casi equivocada.
Y soñé que descalzos
corríamos silvestres de la mano
sin hollarnos las espinas y las piedras
Y tenías el olor de mariposas
y tu pelo el ruido de las flores
sin jardín
y yo untaba la ternura de
las manos en tu pelo blando
Y tú corrías lacia como una gaviota o una garza
con tus manos de torcaza y de durazno
tan solo parecidas a tus manos
y tus ojos como sólo pueden ser tus ojos.
como,... como tus ojos
tal vez con un poco de cielo y de reloj pequeño
con algo de cebolla con el filo al medio
o de charco latiendo por la piedra
sorpresiva.
Entonces desperté y quise
hacerte una mañana verde y dorada
de poesía,
y te dije revoloteando como las mariposas
que tiemblan como las hojas lerdas.
Pero volabas epiléptica de mariposa
y la mañana falsa de farol y de
espejismo no tenía tu mañana
Entonces ya no volví a querer juntarte
la poesía.
Y solemos andar sin recogerla
muy cerca de la poesía aún no
acomodada, de las cosas simples
y callamos los dos a un silencio
como una manera
de poder aún el verso




33.

Olvidé la consigna de ser soñado como yo
y desperté al sueño, de mi doble sueño,
con otra realidad.




34.

Ah la boca de gaviota de sangre
los dientes de luna




35.

Ojos atrás de los hombres,
el mundo existe.
ojos afuera existe
sin medida.
Allí tú eres verdad a veces
como Dios cuando me alcanza el miedo
Por eso somos enormes
en la garganta súbita del sueño
Y ahora te regalo el tiempo,
alguna hora vacía
O como una colmena de piedra
donde las trincheras hacen miel
de sangre




36.

Perdón
antes que nada perdón y antes que todo
aquí antes que nadie contigo




37.

la música se
disipa
la sangre no puede
agregarse en un renglón de abajo




38.

Se afondan, enfundados en ti mis baldes.
Aljibe de mar te llenas de mis redes como manos,
guante sagrado




39.

Es simple y lacia
Eres azul y amarilla como las mañanas.
Ya es tuyo el tú. ¿lo ves?
Y fueron luego tuyos, el silencio
y algunas noches tristes
el verso rústico y frustrado
y la imagen sin rostro del sueño.
Ya eres lo que me falta para ser
nosotros.
creces y mueres, a cada instante como
las olas, como las mariposas,
como tus ojos.
Creces y tienes el sonoro resplandor
de una gruta iluminada con un grito
El hueco de tu mano es un rincón
vacío,
es un zaguán sin nocturno pordiosero
acurrucado.
Yo quisiera acurrucar un beso
como un pájaro, sobre los países
de tu piel, como la del durazno,
para que aprendiera a volar.
Me gustaría remar en tu boca,
con las olas del pájaro resumido
como un reloj o corazón.
mordido a cada lado por nosotros,
que éramos náufragos.
con una mano
mía, ronca como las nueces,
porque es áspera como la madera
seca,
Quisiera morder tu mano.

La hebra irrecogible del itinerario
de la gaviota, es un charco de sombra
en la arena de las playas.
a veces hace un nudo, lacia
terrible y voraz
(obsesión de tomar el agua de la
lluvia en la ventana,
desde mi encierro de la tarde)
muerdo un vidrio
como un solo sobreviviente que
araña el portal cerrado de la muerte.
último muerto, y muerdo un brillo




40.

Pude, tal vez, echar un ancla en tu tormenta,
resistir al mundo y la mentira ajena,
pero "ya todo pasó". Zozobraste entre tus propias olas
y ahora todo es muelles de abandonos a mi costa

Haché durante siglos la leña que quemamos.
te esperaba desde siempre, como un mandato presentido.
Ya has sido ahora lo sé, ibas a ser eso: lo perdido
que se guarda eternamente como amado.

no puede odiarte mi odio, nunca has sido tan querida
pero eso sí, el silencio podrá ser de tus cosas,
y la noche más oscura, tendrá tu lejanía,
y sólo tu recuerdo será melancolía.

Nadie es culpable de nada. Esto es parte de nosotros
Ahora el olvido infinito es la manera de guardarnos
aunque a veces el olor de tu verano y de los pájaros
te acarrea como a leños de un viejo barco roto
que llevan las olas a la playa solitaria
de una isla de un naufragio muy lejano

Tu nombre es mi pedazo de historia inaugurada
tu rostro es sin manera de olvido paulatino
tus manos dos tal vez palomas mensajeras no llegadas
que no llegaron, nunca a responder silencios
que aún cobijo




41.

Porque cuando miro el mundo como si fuese
un párpado
nada veo si no te he visto
quiero verte pues estoy ciego de ti,
quiero mis cerrados ojos abrirlos.




42.

No amarraré mis naves
habré llegado
y esa primera tarde
haré un fuego a la orilla del miedo
con el esqueleto de tus árboles desiertos.
Hasta despertarme con el sol mordiéndome
la frente
después de haber perdido la vigilia entre
tus sombras.
Apenas la arena caliente
y la ceniza de los leños que recogí.
Tal vez el mar se habrá llevado el bote.
Entonces, mucho tiempo después
seré amigo de los tigres que quise
ahuyentar con el fuego.
Aprenderé el idioma de tus pájaros
mediré el sol con mi sudor.
Y a cada aldea donde me haga
amigos
visitaré tus cementerios pero
no sabré rezar y no aprenderé
nunca. Y no quemaré tus tótems.
y no cazaré con las hachas de tus
hombres.




43.

Perseguiré tu alma
y cuando mía sea
buscaré tu beso
y cuando él venga
llamaré tu cuerpo
y cuando todo tenga
no tendrán mis pasos
en ti nueva meta.
Y si persiste acaso,
este vacío en mí
que te está llamando,
cuando el misterio oscuro
se haya iluminado
¿Qué tendrás tú
que me mantenga atado?




44.

Este silencio turbio
empañado de esta noche
este silencio sucio
sofocado con mil voces,
este silencio incompleto
este silencio sin frío
donde es un grito este
tu no estar conmigo
este silencio opaco
con el rictus de otras manos
este silencio mío
(porque viene de tus pasos)
con el gesto de tu ausencia
con el perfume vacío
de tu vacío lugar
que han llenado otras conmigo,
qué puedo decirte amor mío,
me da ganas de llorar




45.

Podría estar llorando
en una ventana cerca
del humo del visillo que resucita
de un vaso o un florero
o en mi cama lejos de ahora
pero no ahora lejos de luego
cerca de tu aprendida maternidad.
con las lágrimas
calientes desacostumbradas
como esta rara manera de un himno
de silencio que frota contra mis lugares
como la tristeza que no quiere que la olvide




46.

se apagó el mundo en
noche y en el cielo
otro mundo se ha encendido.

disperso —




47.

Una gaviota que planea. un instante
una gaviota que planea muere. Una
gaviota muerta que parece que
planea pero que está muerta.
Así es la sonrisa ahora que te has
ido. Con las puntas de las alas vencidas




48.

ah! tu pozo volcado
cerrojo de infinitos
donde guardas
la locura tan oportunamente
cuerda
pozo hacia fuera
hacia el cielo




49.

toma mi grito como un barco

tú tienes un arco
en la garganta
para levar anclas en la flecha
y liberar la paloma de tu alma




50.

Después de haber remado toda la luna.
entre los animales muertos y los gritos
rotos
en tu bocado despeñado de luz
íntimo precipicio del pez sobre
la arena
en el musgo caliente que rodea
tu garganta más hambre
latiremos en silencio
como los barcos dormidos en los puertos.




51.

El flujo de mi silencio rompe contra
los muelles de mi corazón




52.

Vendrá la estrella como el pájaro
vendrá la luna como el pez de barro
vendrá el día cuando lo lleguemos
a beber sobre los muertos
el sol.




53.

La melancolía hace buches
de capullos de música caliente
y el alma se llena de los turbios reflejos
de las ventanas con visillos o empañadas
en la tarde.
el ritual de las aves en los árboles
con la justa precisión de las seis de la
tarde
Y las estrellas que amanecen opacas
como los barcos de otras esperanzas
en el fondo de la mirada
contra la roja tarde
y las gaviotas que hacen nudos azules que
no atan.




54.

Allá en la noche en que mi mano
escrute los silencios de los suburbios
entre el musgo y la piel como las calas
en la confluencia de tus dos páginas redondas
con el olor de los pájaros con frío y el ruido de las flores
a la noche
Allá en la noche en que la palabra inexacta
dimitida
calle contra un silencio que es igual al alma
tal vez te encuentre solitaria,
tras de tantas horas de palabras
tras de tantos siglos de preguntas contestadas
más allá de tanto mandato presentido
hallado por fin en un rincón llenado,
en un zaguán para el mendigo acurrucado
y a lo mejor sepa decirnos
con la convicción de que eras lo que me faltaba
para ser nosotros.


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.

MAHOMA

Jorge Lemoine y Bosshardt
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Flores que sonríe la noche

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Flores que sonríe la noche



POEMAS



1.

Amo tus dedos de mimbre que he visto
latir como palomas
y tu silencio sin principio
al que no pude asestar una palabra.
Amaré tus cosas (ya lo sé)
una por una mientras sean,
y amaré tal vez, el quizás odio
con que te nombre a lo mejor mi abandono de mañana.
Te amaré como cumpliendo una lejana
profecía,
te amaré y sabré ese desde siempre
con que se esperan sin saber las
cosas que serían
Amo tus mil quizás con que supongo
tus cosas,
y tu tiempo a la espalda que me duele
porque ahora sé que era una espera
que ignoraba.
Amo tu vida azul que no me has
dicho
la piel de tu voz nunca tocada
y esta duda de todo que te vuelve incierta
Amo tus ojos de luna quemada
y de ombligo y remanso o caracol ausente
Amo el lanzazo o la ternura de tu
dedo que apacigua
tu pelo de tormentas y de olas amansadas.
Y esa dócil entrega en que mis mejores
palabras se hacen tuyas y esta
primera manera de hachar como
un náufrago un muro de silencio.
Amo este rito de mirarte a la distancia
y tu tal vez lateral sospecha de miradas.
Amo el estruendo de silencio
en que te callas
y esta aún lejanía que te acerca y te
hace sueño.




2.

A veces te pienso
dormida
(porque siempre te pienso cosas fáciles)
en una playa cualquiera
lacia como un pájaro
tu boca de gaviota como un puerto vacío
y yo llego
(en los sueños hago lo que quiero)
pienso que tus ojos cerrados se parecen
a redondas flores de silencio
y te los beso
o busco no sé qué polen
en mi ciega sed de zángano
y no te despiertas
y juego entonces
como enjuagándome las manos del mundo
en tu pelo ronco de arena
y te miro la boca
como una gaviota frutal
tu boca lacia en la mansedumbre del
silencio.
Cuando hayas leído esto
sabrás que ni siquiera en sueños
bajo a beberte la sonrisa.




3.

Para tus uñas como olas detenidas
para tus párpados de sepulcro y uva rota
para tus rincones que no descifra el sueño
para tus encías de sandía y tu seno
de miga
para tus dedos de caña y de guitarra
para tu silencio después de tu palabra,
para todas tus maneras que yo ignoro
para las cosas más simples con que eres
para tu olor madurado y tu ensimis-
mamiento
para ellos tengo un sueño, una
palabra y una costumbre que no
empieza




4.

Arrasaré tus territorios de silencio
con teas de alaridos
y amansaré tu hermetismo huraño y temeroso
como inventando contigo algún lenguaje
primero
y esperaré sentado ante tu tierra
como un labriego
Lavaré de sombras tus recodos
y responderé con tu verdad mi incertidumbre,
y ahuyentaré el pájaro de miedo que te
habita para que, niña, llores o
retoces instintiva
Acurrucaré una palabra tierna en tus
zaguanes
enjuagaré una mano en tu pelo
silente
Amamantaré tu silencio que yo mismo
clausuré, y callaré con él,
porque habré arrostrado tu manera y arredrado
tu hermetismo,
y todo será mi país,
como una isla conquistada.
Al pie de tu sangre vertida,
erigiré los momentos de principios,
y ante mi sudor llorado,
blandiré mi tesón que será fervor y devoción
mañana.
Aprenderé a Dios en ti que lo descubres en mis
cosas,
y seremos mutuamente tú,
en un nosotros completado.
Luego diremos el amor y el tiempo,
clavaremos estacas
y las proas desenterrarán las oquedades del
hambre,
gritaremos en las bocas de las catacumbas
y anticiparemos historias.
Tildaremos planisferios,
el beso sedentario aprenderá la ruta
del salvaje y místico calvario
El viento o río blanco se enredará
en las cúpulas de ventisqueros.
Se enrollará como una bandera de la
espera o un primer heraldo del otoño claudicado
correrá un barco de víspera
por la sonora vena,
y la vigilia tendrá un rostro imaginario contra un
puerto.




5.

A veces un viento de soledad me pasa
entre las manos.
y recoge de mis oquedades
esa larga espera y sueño
de aunque sea hacer buches
con las hebras de la brisa.
Es una manera de vejez.
Todo ha quedado
y el polvo
tiene en las cosas olvidadas
la extensión del más acá
después de una última vez.
¡Si las últimas veces se supieran
de verdad
dimitiendo sueños
y cerrando eternamente ventanas
de vigilia!...
Pero es una como todas,
con una espera infinita
que no espera.
Ya nada llegará.
El viento ha muerto
y las manos como hélices
de molinos acalambrados
están tendidas
, árboles mutilados
con rictus dolorosos y de asombro
en las ramas detenidas.
El mar ha bajado
aquí sobre mi arena
de playa con recuerdos que parecen
fantasía
los barcos secos
—que nunca echaron anclas
de renuncia y paz
pero que no auscultarán ya el
pulso de las olas—
los barcos muertos,
las manos
de tanto olvido
que casi ignoran los senderos
de la piel
las manos untadas de silencio y
delirio
que ya no podrán acariciar
que tienen para la caricia
la carraspera hostil
del pan viejo y la madera
y que sin embargo
revolotearán otras frentes
austeras como las vasijas
y aprendidas como la ternura
que mienten
los que ya no pero que deben
amar todavía.




6.

El acoso de mi imagen
te propaga en los
lugares infinitos que te ahuecan
hacia el sueño
un murciélago de sombra
te descifra los suburbios del
miedo.
Donde el paso fatigado claudica
la persecución del infinito
comienza la duda de tus márgenes
y más allá el eco te responde
como un pájaro de diluvios
que averigua tus orillas.

En tus recintos con palomas resumidas
el grito va a buscar sus alas en el
eco
recoge las viejas alas y canta.
Eres sonora de silencio como un templo
y en ti hace casa y puerto mi
palabra.
Un día apoyaré el fuego en la leña
de tus manos.
y la sangre que se alarga y medra
en tus laberintos
tiritará con palomas de campana

De tus dedos de caña humeará
el olor del pasto
como un incienso bueno
y el pelo silvestre
tendrá nudos de agua

Los caracoles de tu oreja
tragarán tormentas
porque desde ellos
tocarás mi alma.
Seremos poco a poco
entre los dos nosotros

y dejaremos el rastro de las veces
que nos morderá la espalda.
Hasta que un día un hijo
de miedo te ensanche el
pensamiento,
y yo apague

(para culminar un
rito)
un dogma de fogata,
y me arranque
el pasado de la
espalda,
y te deje con cenizas en
las manos.
y campanas sin domingos
en las venas.




7.

Desmantelo tus altares
estatua por estatua.
vez por vez

vuelvo un solo antes arbitrario
la historia renegada
Y dejo tu imagen
como sólo un hueco
donde pensar un rostro
nuevo
Pero la noche
recupera
tu rostro de exilio
que merodea
en mi recuerdo sin destierro




8.

Antes de morderte el pelo con las
manos,
lavaré un pájaro de miedo
entre tus dedos.
y acostumbraré
mi silencio a tu silencio
para que baste tu paz
para mi enmimismamiento




9.

Cuando seas apóstata del mundo y yo sea la verdad
cuando desde el pie del alma yo te crezca como un himno
y te desnudes del pagano rito de fingir ante los otros
cuando me hablas con la voz descalza y con los ojos limpios
Cuando tras la espera sin barcos seas capaz de buscarme
abolida la mentira de callar con mil palabras
cuando un imperativo presentido te pregone en la sangre
un índice divino: es la persona esperada.

Entonces amada mía arrasaré tu coraza
mutilaré tus candados y venceré cerrojos
y amansaré con ternura tu marea desbocada
para clavarte mi rostro al otro lado de los ojos.

Y arrodillaré mi voz a tu silencio azul como una estaca
para que amarres tus primeras palabras como barcos
y amordazaremos el mundo que nos gritará por las ventanas
para aprender a callarnos con las manos

Y tus manos de pan y tus manos de gaviota
y las mías roncas de remar en tu mutismo
mitigarán tanta espera clausurada y rota
con esa mansa ternura que nos hará uno mismo

Ã
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.

MAHOMA

Jorge Lemoine y Bosshardt
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Te amé después de un perdón y necesitas mi perdón después de

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Te amé después de un perdón y necesitas mi perdón después de amarte



POEMAS




1.

Voy a tachar la blancura de tus médanos de miga
y dejar los talones de mi boca como un título de un camino de sed
y voy a tildar cada poro con una bandera de saliva caliente
Hasta morder la cruz de las cúpulas
como un puño desesperado de abismo
un vaso para tu alma
y yo desesperado desde afuera
inventando gritos de socorro a mis ojos ya roncos
y a mi voz derruida de haber gritado tanto
yo desde afuera helado
golpeando a templos sin ventanas
la lluvia de la noche cayendo sobre mi espalda
me adosaré a los muros como un caracol desesperado
Y descubriré tus ojos y escucharé por ellos
más cerca el himno de la leche despertada
Y el incienso en los altares y en las aras
cáliz de sangre
cáliz de pasto
descubriré las entradas
y habrá una voz más en el coro de tu sangre
y un trueno de las almas nos hará temblar
y serás el agua acumulada de la lluvia
y zozobrarán mis quillas y mis mástiles
en el flameo de las aguas
y te preguntaré tras el líquido silbido
si has sentido un resplandor en tus ámbitos
como un susurro de la fogata del hijo nuevo
que aturdirá tu vientre de un médano de miga.




2.

Gracias por ser
y no yo
a través de ti
sino tu verdad testificable
Gracias por descansarme los ojos
con un silencio
entre tanto estruendo de fealdad




3.

Yo nunca te tuve pero te perdí.

*

Como una bisectriz del alma

*

Como la piel de una palabra




4.

Si yo pudiese cantar como los pájaros
pastor de palabras
hacerte una puerta de versos
cerraría mis puertas a tu espalda
y el canto que te gusta sería de mis labios
¡si yo pudiese robar alas al viento
tejerte un canto con los tallos de mi alma
y hacerte un pájaro de sol para tu noche
y echarlo como lluvia en tu ventana!
pero tengo que resignarme a dar la mano
a dar los ojos a cantarte con los pájaros
a darte un puñado de viento ya cantado
a hacer mío la mano de los otros
y mientras bebes los gritos ya gritados
la lágrima del alma ya podida
dejarla en el alma agonizando
y darte mi silencio con los cantos.




5.

Tu cuerpo
esdrújula
casi a la mitad de un acento
una flecha
en un puñado de corazón y pasto
en el rincón de dos ramas
en el horizonte
del cielo y del mar
el sol herido
una paloma arrinconada
Dos páginas
y flores viejas y horas
acurrucadas en los vértices
un nido una garganta
una rama buscando la madera
un grito de madera
mandíbulas de palo
la savia
va deletreando el moho.
Tu cuerpo esdrújula
bandera
un acento vencido
la madera busca la madera
Nadie puede distinguir el humo de las nubes
Un árbol.
viento.
un acento
en un puñado de corazón y pasto
secreto.




6.

Mi necesidad de ti es
tan grande como tu
existencia por eso
serías suficiente sólo
si pudieras esconderte
en mi conciencia
y dejar la ropa de tu
cuerpo en mis sentidos




7.

Mis manos copian tu relieve
como el agua amontonada de la
lluvia
y deletrean cada una de tus olas
redondas,
y resbalan sobre tus médanos y
los modifican
como si mis dedos fuesen viento
y empañaran tus cúpulas
y luego el agua cae al agua y
tus manos y las mías.
que te peinan los dedos




8.

Me afanaba en tejerte la poesía como alfombra
para que tú caminaras sin hollarte las plantas




9.

tu recuerdo me duele
por el tú que faltas
pero no reniego de saberte
no reniego de necesitarte
odio la burbuja de vacío
que me contiene
Recién pensé: amor mío
hubiera sido triste ver caer
las letras sin que las recogieras
lo pensé y aun así fue triste
fue triste fue triste
varias veces triste amor mío
varias veces amor mío
estás repartida en este silencio
empapando su presencia de ausencia
llenando esto lleno de vacío
como las cosas
conocidas y creídas de la pieza
ahora que apagué la luz
como ellas,
que podrían irse y volver con la voz de la lámpara
y yo lo ignoraría
y es así como está tu no estar,
sólo que no lo pienso
para que la noche no se doble líquida
como lo que está detrás del fuego
tú me entiendes, bueno, sé que lo harías
para no llorar
entre las lágrimas que ya estoy llorando.




10.

Quiero saber qué es cercanía.
¿el beso? ¿la chispa?
para nosotros piedras.
para nosotros bocas.
Quiero saberlo para tener una palabra.
una palabra ante la gente.
¡Ya sé! alegría.
(porque cuando estás conmigo
estoy alegre)
Pero no es sólo mía
y quiero algo mío, de los dos.
Escucha. (y déjame llamarte Querida)
Querida: tristezas ajenas,
cercanías, es el hijo
Porque en un momento
besarte es besarme, a mí mismo.




11.

Las pelusas del humo suben como las burbujas, en el mar
del aire,
y se mestizan, con las nubes como las burbujas con la
espuma de
las olas. ¿Quién podrá distinguirnos cuando nos
desasfixiamos del
mundo en el cielo de nuestro instante de amor.




12.

La lacia melodía de los ojos se expande
más que como un agua
como un cántaro a volver lleno
de agua
más que como un naufragio
como un anzuelo o una red
Pero hoy no hay peces.
y no pueden darme las manos
las ramas tocadas, no importa cuánto hace
y no pueden ofrecerme otros ojos
los pájaros vistos
algún día
Se esparce mi soledad
Mucho más
voy recogiendo mi soledad
previa de mí
de todos los lugares
donde sigo estando solo.
Ya no importa recoger la soledad
o llevarla dentro
como a un silencio
—o una indiferencia por las palabras
que no son las esperadas—
sólo importa llorar




13.

La lanza del viento se mocha contra los muros más duros
que filo su filo y se endica
El agua remeda el pulmón del lago con su aire azul,
pero guarda en secreto las olas las cascadas la lluvia
y los rayos de líquido brillo en que podría derramarse.
pero si el dique cae o el muro quiebra, el viento es viento
y el lago es río.
Si mi abrazo se desata para buscarte flores, esperas mis
costas
con tu forma estática de lago.




14.

Mis manos pronuncian tu nombre como la voz recorre la caricia de
la piel de las palabras
mientras el ambiente del alma se infla como de un olor a flores
recién cortadas, desnudadas del silencio que aprieta el perfume contra
las páginas.




15.

Tu pecho es un candelabro de dos velas.
Tú del pecho bífido
del corazón como una medalla de pájaro
del pecho de Iglesias
del pecho de labios.
Tú del alma como un ámbito
de las manos como los caminos de la
música
Del hueco mordiendo el mar
o llevando un nido entre los dientes
como dos ramas de pan
Tú de los himnos de nubes erigidos
en el pelo
Tú de las venas como vientres
del corazón como una casa
Tú Tú...
Tú de la voz empañada de pelusas
Capaz de esgrimir mi nombre
a la mañana
con el sol
y llegar a buscarme
Tú como una niña
como un puñado de agua o mariposas
tú lenta grave
Tú quieta triste
Tú como mi contorno
(eterna en mi costado)
tú como la savia
enredada en mí de árbol
en el nudo de mi corazón añejo

Tú con un corazón
Tú como un corazón
cuando eres toda corazón y lates
herida de flecha
y agonizas
y sangras
a la orilla de la savia
Tú resucitada luego de una muerte ritual
Pastora de ecos
Mujer
Madre
Tú con tu vientre de puño
Tú del pecho bífido
de madejas de miga
Tú como un horno
Tú de ojos de chimenea
Tú de mirada de humo.
Tú... Tú...
Tú de playa
de arbustos y olor vegetal
de los heraldos del vientre
como médanos de nubes
como balcones
Tú del tercer oído
como un vértigo
como una chimenea de bodegas
con el mar a veces
revoleando molinos en tus vértices
como un ariete de toldos
y un faro vencido a medianoche




16.

Tienes la fatiga de la poesía.
Tú del pecho bífido
Y también tienes otro
nombre
tú del vientre luego doble
como tu pecho bifurcado.




17.

Si no te hubieras muerto
no sabría que ibas a morir
si no llorara como lloro
no sabría que lloraría así
si no te hubieras muerto
no lloraría como estoy llorando
y ese momento triste de tu muerte
lo hubiese ignorado
ahora
si te viera resucitar
despertar de tu sueño
aun viva sabría que estuviste
tristemente muerta
si no supiera que partiste
ignoraría que estás muerta
como ignoro que has ya regresado
no supe que estabas muriendo.




18.

ha caído salpicada a mi alma
una pluma de la cuerda de la guitarra de un
grito, de lejos como un árbol nacido de amor
emitido de dolor enfrutecido de llanto
y muerto de soledad.
y agrio como un grillo el relámpago de
mi grito. en mi alma
y yo encendí la leña mojada de mi escalofrío.
después la ola del silencio se llevó los castillos
de la playa y quedó la duda de las voces
y un eco arenoso y frío como un miedo de gritar,
y deshacerse como un castillo de arena.
luego tomé tu mano desesperadamente.
sin olvidar alguna soledad recién empezada.




19.

en tu estirpe de tierra
mis campanas romperán como los duraznos
tu mano sangrará gorriones de barro
barro de sangre

tu mano cíclope en el vientre

allí vivirán mis ojos

(como el alma de la luna
que está loca)
como una luna quemada
que guardó antes de la tormenta
su razón en tus guaridas

perdóname

perdona mi hombría
no pude sernos
el hijo sin sangre
no pude sernos el hijo
sin sangre

en la frente de tus manos
techo de madera y leche
mi beso se arrodilla
como un árbol

un rey
tributo sobre la tierra
por tanta saciedad recogida

ahora
la historia nos espera
los rostros nos repetirán hasta diluirnos
los rostros acechan en el tiempo del hijo

ven madre
amiga de mis manos

nosotros
a ungir de dios mi silencio vacío

tu silencio sobre el mío
es vigilia y plenitud

fuimos de la mano hasta tu vientre
y no tuve miedo (sino dios) de la eternidad

tuve dios amiga
yo también he creado

tu telar guarda mis manos
como la tierra gira por los árboles
y los cementerios
como si todo fuese líquido
y los lugares en proporción
sólo fueran en el exterior que es
una vasija

así gira todo dentro de nosotros
yo dentro de mí
que fijamente soy sólo yo
mi afuera
las veces de los otros

dame tus manos
raíces
pájaros
libertad y
libertad




20.

Iré a buscarte los días
a poblarte las horas
a urdirte la sangre
como una ciudad nocturna




21.

tus manos latirán
como los pájaros que esperan la raza
en el trasbordo ritual de los diluvios
pero llegará la paz al beso
y un rumbo para la libertad
que nos está buscando

ven grita conmigo
descalza como la tierra
echa a volar tu pájaro total
tu pan tu molino tu espiga
cisnes por fin
tascando las tormentas
como una nave
que late el mar
como tú amiga mía

baila baila baila
el viento se ha hecho para ti
árbol en libertad
levanta tu raíz muerde las
nubes con las manos
que yo besaré tu locura mientras tu luna
amiga
amor
te azuza el mar
que llevas dentro




22.

amortajado de sombras voy esta sonoridad de silencio por el borde
más ingenital de la noche. Tu imagen me arroja una lámpara
tu boca una antorcha de sonido para incendiar al silencio.




23.

Siempre
empieza
constantemente
como un río
este amor
que no termina
nunca




24.

Cuando no estamos juntos
me sobro.




25.

No me dejes en esta tiniebla de tu vida
con mi soledad. Dile que se vaya, que me deje
solo.




26.

¡No puedo ni decirte adiós!
Mi alma deshecha se enreda
en las piedras de mis dientes
como un musgo y la noche
continúa como un río
y siempre será menor mi
tristeza anterior

yo te ofrezco mis ojos como una
costa pero muchas plumas
del puente se las ha llevado
el viento del agua
Y yo te extiendo mis ojos
como una mano.
y vuelven como redes
desde un mar ya sin
peces.




27.

Un día estaremos sentados
a la sombra del tiempo
de la mano
leyendo tus versos y los míos
los dos como una sola flor
la que hubiera sido el infinito
si no se hubiera derramado.
Un día, amor.




28.

Entre palmeras de multiplicadas manos
inmóviles alas de abanicos
sobre la hierba cómplice
entre el aroma sonoro de los eucaliptos
sobre la tierra desvestida
sobre algunas piedras huérfanas
contra la tumultuosa cabellera oceánica
recogíamos piedras o caracoles
cazábamos canciones en el aire
y atrapábamos las palabras
con que ahora edifico estos recuerdos.




29.

Desmantelando naranjas
demoliendo pianos
triturando caracoles
como a fetos de flautas
voy y vengo entre pies
e iluminación vacía
besando la íntima piel de algún espejo
con reflejos de lenguajes diferentes
De esta peregrinación por el aire
de esta torre de saliva
se pueden decir tantas cosas
tiene tantos nombres la soledad

Y el tuyo, el más atroz




30.

Te llamé por teléfono.
era el silencio en punto de tu ausencia
en mi pieza sin tiempo
Te llamé con insistencia
la llamada se extendía por el aire
la llamada sin respuesta
como un grito agonizante
inundaba el vacío callado de tu casa
y sonaba tristemente a nadie
Colgué. hice otra llamada
la misma cruenta voz que se partía
la misma temblorosa campanada
Me pareció que tenía algo de risa
recorrí en mi memoria todo el ámbito
un silencio sonoro que dolía
Volví a cortar. Estoy pensando
ahora en los venarios corredores, en la puerta
en los discos quietos y callados.
en la paz tranquila de la mesa
en el pasillo ahortal que se derrama
y que pasa delante de tu pieza
Al pasar me fijo en la ventana
Tu mundo de misterios escondidos
y me siento de recuerdos en tu cama
Se me sube a los ojos el vacío
se encarama tenaz a mi garganta
me siento encerrado en el delirio
Ahora pienso y se me anega el alma
que tal vez cuando te llame nuevamente
me responderá el silencio de tu casa
Y mañana y después al día siguiente
y también después de una semana
y otra más y después ya para siempre
Hasta que yo sepa de verdad qué pasa
: que sólo existes en mis sueños de demente.




31.
CLICK

Ya está la foto.
No puedo entender que fuéramos
que ese tiempo de beso
tiempo de nosotros
en que atrapábamos la vida
se haya vuelto papel de fotografía
y yo la mire solo.




32.

Y cuando se pronuncia la primera letra
de silencio, yo ignoro si es la pausa
de una coma o si es la semirrecta
decisiva de un punto final;




33.

Me ha llegado una carta tuya
desde antes
desde un día en que podría haberte averigua-
do
Hoy es el día en que sé que podrías haber
llegado
Hoy es el día en que
creces con los instantes
de mi caída
a lo largo de tu tamaño de pozo.
Tú eres un sobre cerrado desde que
existes carta.
Aquí.
Hoy, tus ojos:
¡Querida tú!
tu boca:
esperada, llegada, tenida tú
mis manos mar y anclas
tus manos anclas y mar
tú: mar
yo: ancla quilla
En el horizonte, esta manera de
nosotros
esta forma estridente de decir
esta forma ajustada de ser.
Me he caído a las entrañas de
tu alma,
allí me quieres
encontré la bandera de mi
imagen
y un llamado que esperaba
que lo fuese a buscar
a escuchar
un candado grita su dolor
estático.
Se aprietan las voces de
tus cosas y no te entiendo
y se deforma tu imagen
simple,
complicada.,
Me abrazan los renglones de
tu abrazo.
Mañana seguiré la
estela de mis ojos
Me acantilé desde tus ojos
aludando a tus sótanos desde un balcón

y se encontraron mis dos maneras
de verte de escucharte de
hundirme
Mi conciencia está en tu alma

He despertado en tus playas duras
o como mi blandísima manera
de sentirlas.
el tú que pienso se infla de ti
Eres enorme
y eres tú
y te sospecho infinita.
Tú eres hasta donde son las cosas en que
existo en el instante último en que
estás llegando
Hasta allí eres tú,
pero hoy que lo sé desde allí eres
hasta donde llamo tú.




34.

A veces no bastan mis maneras de tenerte
para mi voracidad.
Me empalagan los abrazos apelmazados
y un bostezo se infla en mí
y te aprieto con la desesperada
fruición de dos muelas en mis brazos.
y vienes a enhebrar mi abrazo
a imprimir tus bordes en mi piel
a caber en una cueva
que se encueva en ti
como una espada de luz
que hace sangrar el misterio de los cofres
y atardezco en tus aguas mi
naufragio de ocaso
tu mejor abrazo
mi manera de abrazado
también tus brazos
tus pliegues
la ciénaga en los
hombros de tus brazos
mis raíces
Se elevan los mástiles al cielo
se acantilan las quillas en el mar
déjame guiar el barco de
este abrazo
tú guárdalo
cierra un párpado sobre los cráteres
déjame nacer de ti
como una lágrima de lava
como la derrota
de mi mano abierta
y luego ansiar en tus
costas la gruta del remanso.




35.

Me gusta llegar a las guitarras de tus manos
porque son telares de silencio
y cantan mi paz
y en sus acequias caen mis mejores
horas con los cadáveres de mis lágrimas
como un simple posible sabor que no
he sentido
por eso me gustan los candelabros de tus
manos.
porque ellos no dejan acercar la noche
y arde a la paz de mis imágenes como
velas sin viento
Te perdono porque tengo derecho de llorar
y perdonarte
Porque todos tienen derecho de ser una
vez culpables
porque todos tienen derecho de ser
perdonados.
porque te amé después de un perdón
y necesitas mi perdón después
de amarte




36.

Tú llegas a veces para recomenzar este silencio
desteñido polvoriento de astillas de
bocas escombradas, enmohecido
de quizá llamados que cayeron
exhaustos antes de mi noción
de soledad antigua
como el fuego de una antorcha
no me regala ni un silencio
de oscuridad a mí que estoy
en sus últimas olas casi
en las playas de la luz,
que en mi asfixia cabe sólo
la sorpresa del aire
y hasta que compruebe
sus gotas no sabré de
su tal vez cercanía de
sus tal vez gotas de mi
quizá muerte;
porque los brazos de los
gritos, mutilados antes
de mí no descascaran
la burbuja de mi silencio
por eso tú vienes a recomenzar este silencio,
éste mi fiel, porque no hay un instante de no él hasta
él desde mí en que esté solo de él
este silencio pegajoso, meloso, oxidado, ya no sé si
del metal de la estatua de mi alma o de
la corona con que es
él, y mi soledad
existe.




37.

La primavera encendió fogatas
verdes en el campo virulentas
de caspa de margaritas, el viento
se apoyaba en los titubeantes
árboles




38.

la música se destiñe

en mi corazón como una
bocanada de niebla
indescifrable llora
mi corazón
mi corazón llora y tus
imágenes desafinadas
como una calle tras una
ventana de invierno

y tú subes como un incienso
de vino




39.

Tu frente como un altar de música
risco de vientre, proa o techo de fruta
y mientras un bostezo de música caliente
nieva a mi alma como un último velo
a esa hora sin culpas y sin manos
llena de ojos sin mirada de rostros sin rostros
a esa hora en que acuden como arroyos
revertidos
las horas que oraron;
tu vientre, tu vientre de faro, de reloj,
de cerradura y de campana
con los ecos lejanos del rojo campanario
con las alas alertas de campana entre las
páginas
con las viejas olas guardadas
que rompieron de violines tras los arietes
encallados
tu vientre de bodega y sótano
de caracol y pájaro
de incienso profundo entre la hiedra
heraldo y soldado de la gruta
tu vientre de la música coagulada
del agua enmaderada
del agua derretida
de la música derretida a la hora
de empezar a esperar
y de llenarse los ojos de perfume
como antiguos altares de templos recónditos
adormecidos de rito y pulso de pájaro.
tu vientre y tus manos
tus manos de puñado de piano
de candelabro de lana o miga
con rumbo de guitarra
y ya ahora toda tú
viejo crucifijo de fe
ya no volveré a rezar en ti
barco de tantas tormentas de ciego
simplemente
tristemente como a una siempre casa
con ese diario olor a cosa mía
tengo derecho y ganas de llorar por eso no lloro
persigno tu recuerdo
tu hondo recuerdo de cosa que comienza a olvidarse
yo no te olvidaré porque has sido
quedarás en el mismo recuerdo de tantas cosas
y tantas horas y yo mismo dejado,
abandonado de ser
para orar por las tardes de recuerdo infinito
hasta ser el que te ha olvidado.




40.

¿Quién puede decirme el orden de la
espuma
los laberintos descifrados de la
espuma
los panales resueltos de la espuma

¿Quién puede decirme sin dudas
la duda
el garfio interrogante en la
penumbra
sin dudar, el rostro perfecto
de la duda?

¿Quién puede decirme: no
despertarás del mundo;
y pensarás: en la vena de mi inimposi-
ble soledad aferré un puño
y en la garganta inexorable
del silencio mordí un nudo?
y pensarás: descubrí una manera
de ser más que una mente
¿quién puede explicarme
ese miedo de
caerme del carro de las horas
y quedarme como las piedras
empedrecidas y demoradas
de las costas
que (¿quién puede decirme que
no fueron gotas?)?
y no sé si tengo sentidos extraviados
en un mundo incoherente
o estoy decapitado de sentidos
en un mundo de cosas y de gentes




41.

Tu silencio es de noche y yo tengo tu
silencio
y he naufragado en él como un ciego y con frío
y aunque se acumula en mí un vacío
de ti
tu silencio es mío

Estoy vacío de silencio y me guarido en el silencio
Estoy lleno de palabras, mas no sé
decirlas
tengo fiebre en las lágrimas y nada de ti
sin embargo tengo; tu partida.




42.

No he lavado la ropa que tenía
la noche que nos desenvainamos
y desnudos como la miel que cae
de los higos maduros a la siesta,
nos anudamos acuáticamente
como dos lagos o dos gotas de agua
que se juntan innumerablemente.
No voy a lavar esa camisa.




43.

En esta noche aquí en esta ciudad
hoy, cualquier día un cualquier nunca
en esta ninguna parte rescatada
yo: este nadie de cosas y almanaques
de resecadas rosas y poemas volados
aquí en esta ciudad yo ahora
estoy escribiendo tu nombre
con dedos de niebla
roto contra el aire encallado
en la noche triste y sola de esta ciudad
donde hay tantos que tal vez recogen
su memoria, su alma, su tristeza
para llevársela luego a algún poema oscuro
en una ciudad cualquiera, solos.




44.

Necesito un jirón de tu voz para amordazar la noche
La noche sangra la noche sobre la piel de mi alma
Y mi alma, muere equivocada con la sangre suya
de la noche.
La noche inunda la noche como en tu voz vive tu voz,
Tú me señalas con el índice de tu silencio el viento
de la noche,
las olas de mis brazos rompen en la playa
de río de esta noche, y tu dedo se alarga con
mi deriva inevitable.
Tú me puedes salvar,
La noche ya me llega al cuello,
el silencio alarida su brazo oblicuo y negro e instantáneo
cuando reviso mis oídos.
bajo mis ojos impotentes de las ventanas vacías
voy a la bodega de mi mente a sacar el polvo
a las imágenes,
Estuviste tanto conmigo que nunca tuve tiempo
de recordarte o sospecharte,
Me sobra tiempo para morir
Me sobra tiempo para recordar
Me sobra tiempo para esperar
Me sobra noche y silencio para morir las mil veces
de mi amor sediento y vacío
me sobra el pecho de mi ansiedad y mi angustia
para la última espada conocida del silencio que
me sobra, que sobrará,…
y el polvo.




45.

Así yo en ti
tu imagen puntiaguda y penetrante
ha llegado como un mástil a la vagina del alma
y se yergue allí como el murmullo sigiloso
de un estruendo guardado y contenido
Por eso mi boca se titula con tu nombre
y tras tus puertas, en el templo abrazante de nuestra
hora y de nosotros,
donde la oscuridad reina como en una caja cerrada
coronas como un anillo mi existencia íntegra
mientras mi rezo lancea el cielo
las palomas del eco se acercan a parpadear con sus alas
y los muros se derrumban con estrépito de humo
Y nado en la pecera de una lágrima
mientras se van derrumbando tus cristales de
burbuja
hasta que el vértigo en que nos evaporamos hasta
mezclarnos
resucita de nosotros
y estamos diferentes y nítidos
como cada uno de nosotros
borrachos aún de cada uno.
como dos vasijas quebradas
y las aguas novias
inundando la ciudad de los pedazos.




46.

Se ha inflado de silencio el ojal vacío de mi alma
la débil piel de una O anilla como un puño en el mango de mi ahogo
como una burbuja que me socava la garganta
y más allá de la sola oscuridad que sólo me llega de la luz




47.

La página existe como un abismo imperativo
y sube en mi busca pues mi caída la eleva
y soy un alud por ella y quiero caer.
y sé que dejaré la huella de la huella de tu imagen en mí
y tengo para hacerlo un mar esférico
mi rumbo insabido puede ser cualquiera
mas sé que uno acaba o existe entre la costa y yo
y a veces supongo que son más de uno




48.

Esta zozobra de todos los altares
esta prisión de todo mi albedrío
Es una cosa de verdad incalculable
esta deriva ciega, sin destino.

No te asustes de esas cicatrices
son parte de mis gestos, son sonrisas
—No entiendo bien lo que me dices.
¿Que de quién son esas fotografías?

Me parece que son de una película
me las traje puestas desde el cine.

Ahora mientras te quitas los zapatos
voy a echar al fuego alguna leña
de paso tiro esos retratos.
Podrías abrir esa botella?




49.

una luz una señal una estrella a través de la larga oscuridad
el jardín de tus manos la granja de tus ojos
y yo podía deletrear tu respiración descifrar tu respiración cada célula de tus palabras
era un luminoso viaje a través de los pulmones de la oscuridad de la sombra de las tinieblas
como es todo contigo como pasa con cada cosa contigo
todo un universo en una lágrima
un completo universo en una lágrima

el amor me hace ver todo con arcos iris y pájaros volando entre medio
pero hubo un día en que yo no te quería hubo un día en que yo todavía no te conocía
hubo un día en que yo todavía no te había visto nunca
y cuando yo te vi por primera vez
la primera vez que te vi había pájaros y arcos iris
sonriéndole a mi vida

te amo

no estoy muy seguro de las cosas que no amé antes de ti
no estoy muy seguro de las cosas que no hice amándote antes
tú eres como mi alma
tal vez yo conduje tu imagen a través del completo inventario de mi vida de rostros
terminaba en el tuyo
parecía tan fácil tan natural

todo va ocupando su correcto lugar en mi espíritu
mi mente se aclara a cada día

el tiempo tiene delicadas manos y acomoda todas las cosas sin romper ninguna
mis manos no son tan delicadas rompí la alianza
rompí el anillo de casamiento
me gusta mi voz de pie en tu nombre me gusta mi voz haciendo pie en tu nombre
me gusta fijarme urgentemente en mi cuaderno de apuntes
corrijo: libro de marilói
para tocar tu mente
para mojar tu mente con un color
yo antes nunca pensé acerca del amor relacionado con colores
un color no religioso como el color religioso del amor
ahora ya sé cuál es. el color de mis ojos cerrados cuando a veces el oro es oscuro
ya no tengo más garantías en mi sangre mis ojos vuelan con alas matinales
tú lavaste toda la mañana que yo venía trayendo en mi boca
todo el acero que tenía toda la soga los amarres ataduras todos los pesos que tenía
las cargas
es para estar en tu libertad para estar para estar
con tu libre asidero tu libre adherimiento tu libre pegarme a ti
si tú abres tus ojos yo reviento la luz rompo con la luz
tú me sangras me desangras tu mirada
tu respiración construye mi alma tu aliento, la edifica
yo recuerdo tus dedos arrastrándose
moviéndose cautelosamente sobre mi piel
inventando mi forma
ciñiendo mi cuerpo con espacio
soy una isla en el medio de un océano ausente
esta soledad esta tristeza del aislamiento me hunden
miento en tu ausencia olvidándote




50.

Mi corazón camina en mi sangre
mientras va penetrando.
Su boca trepa a través de mi
pecho como un profundo castor
Hace un agujero
y vuela hacia el sol. Mientras asciende
gotea un sueño que cae sobre mis
manos. Y nosotros estamos ahí, cuerpo
a cuerpo, paseando por una muy larga
calle. Ahora puedo empezar yo también.

Me, to the earth.




51.

Disuélvete en la noche poco a poco
como cuando te disolviste de la noche en mí
ve apagando las velas encendidas
una a una
yo quedaré como en un templo a oscuras
como el alma del templo, como mi alma en mí
ardiendo como hostias en los cálices
con ese fuego antiguo que es tan fuego
que arde mudo y no se puede extinguir

Recoge las palabras de los sitios
termina la agonía de los pájaros del eco,
desfigura de mi iglesia tus imágenes,
Hay una nueva sobre el altar
tú eres una imagen de ella
te romperás sin poderla quebrar

Y luego con los puños solos
Sin manos para un fin o un “otra vezâ€
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.

MAHOMA

Jorge Lemoine y Bosshardt
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Inventario de soledad para mi culpa

Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt »

Inventario de soledad para mi culpa



ODAS Y ELEGÃ
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.

MAHOMA

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