A VECES.
Hay lugares en las lejanías
donde no se siente ni el silencio,
donde conjugar un verbo
para decir lo bello del amanecer
se confunde con el ruido de las olas,
la llegada del viento
con el palpitar de un cante de gaviota.
A veces, siento que no siento nada,
colorean los rojos de mis rosas,
confundo el zumbar de las abejas,
con el color gris de las nubes
escucho el campanil de la Iglesia
me pregunto porqué ladra ese perro,
y leo el Canto General de Neruda
o el ruido del mar de Huidobro.
A veces me apabullan mis ideas
me dan vueltas cual giroscopio
se me cae el peso de la tarde
sobre mis ojos cansados, escucho,
ese ruídode la nada, que palpita
sobre apócrifos versos que pasan
sobre las olas que no descansan
rebuscando su camino, de perpetuo
movimiento, de constantes lejanias.
A veces veo pasar el viento….
a veces, no pasa nada.