Tuve un sueño
y en él soñe...
que las personas
eran palomas.
Solo palomas,que volaban
con su vuelo de libertad
tratando de buscar
la tierra prometida.
Y en ése sueño pude ver
a una pequeña paloma,
que tan sutilmente se movía,
tratando de ser querida.
Necesitaba afecto,
pero aquellas palomas
que la rodeaban
no entendían su mundo.
Porque las palomas
no piensan,
reaccionan.
Si, reaccionan a simples
estímulos producidos
con el paso de la vida.
Sólo saben volar
y ven lo exterior,
ven otros paises,
otras regiones.
Se relacionan entre ellas
como siempre, es su
forma cotidiana.
Viven lo exterior
y llenan su exterior,
pero en su interior,
en su interior no hay nada
- solo vacío -
Y es cuando surge
en mí, preocupación;
porque esa paloma
que trata agradar
decide alejarse.
Separándose de su
especie que la ignora,
que no desea compartir
con ella su vuelo.
Porque no sueñan,
no son poetas,
no aman la vida
en su forma.
Me dió tristeza
seguir soñando,
y desperté.
Y al despertar
me ví comvertida
en paloma.
En esa pequeña paloma
que nadie entendía,
y que un día desidió
volar sola para buscar
su mundo...
El mundo prometido,
el mundo real y justo,
mi mundo,
el que mi mente crea.
Yo estoy aquí
y espero...
espero paciente la llegada
de aquellas palomas.
Que volando siguen,
sin metas,
sin ilusiones,
sin arte en su imaginación.
Espero...
porque un día
volaran por mi mundo.
Y comprenderán,
que en mi mundo
se encuentra,
la tierra prometida.
( PARA LAS PALOMAS DEL PARQUE SAAVEDRA)