Emoción, encuentro brusco con belleza,
La dulce imaginación de una música
que se enamora de la mente
que recorre los oídos sembrando
la semilla de un violin con Max Bruch
o del perfume de una rosa roja casi negra,
del encierro en los ojos con una sonrisa
y esa mano que te aprieta los dedos
para que toques en un cello
esa melodía jamás escuchada
que te habla y te susurra
inyectándote un líquido invisible
que trastorna los sentidos, el alma,
y que termina ofreciéndote un soneto
con tal sentimiento nunca escrito.
Ay pena que no es pena, es el estío
música, partituras sin lamentos
imágenes marchitan los momentos
advientos con crepúsculos de un río.
Ay pena que no es pena, eres un trío
un dueto, arando tierras, pensamientos
conforman partituras barloventos
amantes devenires suave brio.
entró musica tarde la mañana
amanecí muy triste alegria anhelo
mimetiza el ambiente un soneto
una dulce contralto evoca velo
vaporosa figura dulce y galana
con el canto al amor se cierra en dueto