Podría no ser yo quien suspira en un balcón,
y que más vale quien fuese, quien
colgado de una maceta,
imita la verdosa enredadera colgante
vomita fuego mezclado con ideas,
pero el fuego no cae,
sube, sin duda, cae subiendo
y el mirlo canta,
el zorzal triste,
mientras envío mis utopías al lavado en seco
y todo se va al diablo sin pensarlo,
y los matices se reverberan como agua hervida,
mientras el suspiro indeciso
cual vidriosa metamorfosis,
cree ser pájaro,
y vuela lejos.
SUSPIRO II
Es tarde, todo se ha ido,
hay confusas sombras, que se cruzan súbitas
cual golondrinas de regreso,
dormita lejos un paisaje,
es tan mudo que está vacío,
con invisibles nubes que se tornan relámpagos;
con el yo solitario deambula el temor.
Suena el silencio, hay ruidos, truenos secos,
estampidos causan ira,
es la idea que regresa, en busca del cariño,
los abrazos se trenzan, gritos, buscan luces
soledad se sumerge en el suspiro perdido.
Pero no hay nada, todo se fue,
incluso el amor.