CORAZÓN

[Olga San Isidro]

CORAZON


“Con peyote gris verdoso
Mescalina consumí,
Con sus negros alcaloides
De amor por ti, morí.”

Así me sentí, cuando poniendo mi mano en el pomo de la puerta, dirigí mi mirada por ultima vez, a ese salón, a esos cuadros, a ese sillón; pasee mis ojos sobre todos esos objetos coleccionados a través de los años, cada uno de ellos era un recuerdo, la memoria del pasado.

Dejando divagar mi mente, apague la luz y cerré la puerta, cuando salí del portal a la luz del día, sin nada, con las manos vacías, y llena el alma, me di cuenta de repente, que atrás quedaba el pasado, qué comenzaba una nueva vida, no se si de luces o de sombras; pero a fe mía, que lucharía, que rogaría, que mataría, por volver, cuándo ya no hubiera reminiscencias del pasado.

Mi presente, se presentaba incierto, pues era enigmático lo que me llevaba a hacer esto, a dejarlo todo atrás, a seguir un camino diferente, a olvidar, olvidar……

Vague por mi ciudad, buscando no se que, pasee por sus calles llenas de vida por el día, y en sus noches oscuras y vacías, dos días con sus noches, sin dormir, sin comer, tan solo mantenida por esa voz que bullía en mi cabeza, esa que la mantenía despierta, vigilante, a la defensiva.
- ¡esa no eres tu ¡busca……busca…. Yo te guiare, no iras a la deriva, yo te ayudare, seré tu guía….
- Pero ¿que he de buscar? ¿Dónde?
- En tu interior encontraras la respuesta, encuéntrate a ti misma y sabrás donde buscar, y allí seguro lo encontraras.

Deje que mis pies me guiaran, sin oponer resistencia alguna, tan solo me deje ir.

El amanecer del tercer día, se me presento radiante, allí, recostada en aquel sauce que parecía vigilar la carretera vacía; una carretera que no sabia donde se dirigía;
Desperezándome, levante mis ojos hacia el cielo y rogué me llevara por buen camino, ¿hacia donde ¿no lo se, pero me puse a caminar por la vereda, sin pensar, sin mirar atrás.

Ya el sol se encontraba sobre mí, cuando el chirriar de un coche deteniéndose a mi lado, me hizo volver la vista hacia allí.

- ¿A dónde se dirige Vd. por esta carretera vacía? – me pregunto una voz dulce, que no estaba en consonancia con su aspecto.

- no lo se, no lo se.

- Pues por aquí, el pueblo mas cercano esta a unos 18 KLM, ¿quiere que la lleve?

Me quede mirando, como se esperara una señal, qué la voz que estaba en mi cabeza, me dijera algo, no se…..algo.

- ¡Bien! ¿se decide Vd. o no?

Entonces lo vi.: ese objeto que sobresalía del maletín que estaba a su lado, entonces supe que tenia que subir, dejar que el me llevara, y abriendo la puerta me senté en el asiento trasero sin decir palabra.

Ensimismada mirando ese objeto, sentía que el hombre hablaba, pero no era capaz a entender nada, ni una palabra.
Una sensación de bienestar recorrió mi cuerpo de arriba abajo, algo me decía que estaba en el buen camino, y me dormí.
Una mano me sobresalto - ya llegamos – dijo una voz.
Saliendo del coche, apure mi vista, intentando ver donde me encontraba, serian no mas de las cuatro de la tarde, un sol radiante hacia destellar sus reflejos sobre el coche, a la izquierda se encontraban dos pequeñas casas, pintadas de verde esmeralda, con ventanas y un corredor en un blanco radiante; a la derecha, un pequeño cementerio, en el centro del cual, sobresalía una figura marmórea, blanca, subyugante;

Sin tan siquiera darle las gracias al hombre, dirigí mis pasos hacia esa forma que se veía allí, en el centro del cementerio.
Soslayando varias tumbas, me encontré frente a frente con esa figura…..etérea…..distinta….sublime, de una belleza infinita, cuando mis ojos recorrieron cada uno de los poros de la hermosa figura y se dirigieron hacia la lapida, una exclamación dolorosa salía de mi garganta:

MARIA

1870-1893

“AQUÍ YACE UNA MUJER
AQUÍ YACE UN CORAZON
AQUÍ YACEN LAS PENAS
AQUÍ YACE EL AMOR.”

Debajo de esas bellas palabras, un rayo de sol, solamente uno, refulgía en un objeto posado tenuemente sobre la lapida, el resplandor del sol lo hacia parecer irreal, pero no, era el mismo…. El que había visto asomar en el maletín.
Acerque mis manos queriendo tocarlo, pero una voz me impidió hacerlo,

-¡quieta ¡no toque eso, dándome la vuelta, el hombre que me había traído en el coche, se acercaba hacia mi con aspecto adusto, - tan solo quería verlo de cerca, no era mi intención dañarlo, ni hacerle nada,-

Situándose a mi lado, el hombre cerro los ojos y de sus labios salieron palabras incomprensibles, mas parecía una letanía, un cántico, no se….pero una ráfaga de aire frío recorrió mi cuerpo.
Dando un paso hacia atrás, y sin poder desviar mis ojos de ese objeto, sentí miedo.
Corrí hacia la carretera y ya allí, volví la vista atrás y…… ¡no estaba¡ el cementerio no estaba…..tan solo dos viejos robles ocupaban el espacio que…..cerré y abrí los ojos de
Nuevo, pero los árboles seguían allí, quietos, inamovibles, pero qué era esto? ¿Qué sueño me dominaba?
A la izquierda de mi, seguían estando las dos pequeñas casas, pero ya no estaba el coche……no había nadie, tan solo mi agitada respiración sonaba en el silencio de esa carretera vacía.
Agotada y hambrienta, comencé de nuevo a andar, a andar, andar…… no se cuando me dormí, ni cuanto tiempo lo hice, pero al despertar…….allí estaba, en mis manos, ese objeto, vibraba, se movía……latía…. ¡un corazón!
Lo había encontrado……si…..era el mío…..era mi corazón.

Y volví.


Olga S. Isidro

[Antonia Pérez Garcí­a]

Querida Olguita... tener dotes para la narrativa...equivale ser una
buena escritora... y así­ lo demuestras, fantástico relato.
Un abrazo de Antonia.

[ERNESTO WÜRTH]

olga, te lei lentamente tu historia, tu búsqueda, tu interés de saber quien eres. Muy agradable y bien narrado. Te felicito, vale la pena que escribas tus pensamientos o lo que se te ocurre. Tienes méritos, abrazos ernesto