va por la calle con la mirada perdida;
a los trece años ya supo del amor
y ahora recuerda con ternura y dolor
aquella tranquila tarde de Primavera
en la que se sintió mujer por vez primera;
en un frío y oscuro pajar
ella soñó con las estrellas alcanzar;
pero su novio un recuerdo la ha dejado
por el que sus padres la han abandonado.
Amanece, regresa ebría;
no salieron las cosas como ella quería;
va buscando un último cliente
que quiera compartir su presente
y, por la cama y tres rojos ó dos,
ellos se alejen enlazados
en busca de una pensión
donde el pueda desfogar su pasión
y ella sacar adelante a su niño
para darle toda la comprensión y el cariño
que sus padres no la supieron dar
porque estaba prohibido amar.
Es una pequeña flor
que abrió sus capullos al amor;
sin pensar que con él no se puede jugar
pues, tarde o temprano, se acaba por llorar.
En una esquina ve a un cliente;
e insinuante, condescendiente,
le pide tabaco y fuego
para comenzar el juego
y luego alejarse abrazados
como dos locos enamorados...
¿Que importancia tiene su profesión;
sí, aunque ellos digan, que no tiene corazón
yo sé que es una mujer como cualquiera
a la que la sociedad la espalda volverá
A TODAS LAS "CHICAS DE LA CALLE" CON MI RESPETO Y APRECIO