EL DIA, poema de OSCAR PORTELA
Llegó un día a mi puerta con un claro
silencio sobre la frente.
Era solo
respuesta tras el dintel vacío,
pura interrogación su boca
sin ninguna pregunta,
que guiara sus pasos.
Serené entonces mi corazón
agobiado
por el recuerdo innúmero
de lo que fué combate provocación,
y éxtasis.
Ay, lucha y cortejo, agua y ceniza
derramadas
sobre el cruel arabesco
de lo que hizo destino.
Yo fuí de nuevo el ánfora
donde mezclar las horas,
melodías
y acentos.
Fingí ignorarlo todo
pues de ignorancia vive,
la llama que ilumina
y dá forma
a las sombras.
Y tú eras la sombra.
Al mar dejó mis pasos
y quede en el escrito
de la nada y la boda,
nombres que alumbran
huellas
cuando pena la noche.
Mi corazón gentil
diciendo
el naufragio primero
sucumbendo a la estela
del número
y la estrofa:
para dejar estar,
el vivo sol que entonces
tu mano
librerara a la entrega
primera de lo que fue
llamado,
sin endecha ni queja
y en silencio cantado
sobre la carne muda
y el perfume de un huerto.
Carne de las palabras
entregadas
al deseo primero,
así fueste volcado -
pués en la muerte sola
y los días que hasta el poeta
llegan
claramente retorna
furtivo como toda
pregunta
que repite insaciada
el origen del verbo,
la memoria encendida
y el aura de tu pelo.
EL DÍA, poema de OSCAR PORTELA
Moderador: IVAN CARRASCO AKIYAMA
EL DÍA, poema de OSCAR PORTELA
Oscar Portela
Re: EL DÍA, poema de OSCAR PORTELA
Oscar Portela en la Memoria
por Ana Emilia Lahitthe
También tenemos recuerdos sin duda intacto, de cuanto nos regalaste con la deslumbrante invitación abierta para vivir tu Corrientes natal, nuestro Corrientes (y en ésto va el indestructible abrazo con nuestro Madariaga).
Todo cuanto Posse ahonda y certifica desde su alto juicio actual, ha sido vivido por mí, no en lejanía, sino en distancia no buscada, por esa lealtad natural de nuestra extraña relación interior, que no en vano abarca las décadas transcurridas....
Por eso, ahora me limito a abrazarte así, esperándote siempre.
Por lo mismo, te pido que si te es posible todavía, me dés la inmensa alegría de llegarte hasta La Plata, tal cómo yo desearía hacerlo regresando a aquellas playas doradas de Empedrado...
Un inmenso abrazo.
Ana Emilia Lahitte
por Ana Emilia Lahitthe
También tenemos recuerdos sin duda intacto, de cuanto nos regalaste con la deslumbrante invitación abierta para vivir tu Corrientes natal, nuestro Corrientes (y en ésto va el indestructible abrazo con nuestro Madariaga).
Todo cuanto Posse ahonda y certifica desde su alto juicio actual, ha sido vivido por mí, no en lejanía, sino en distancia no buscada, por esa lealtad natural de nuestra extraña relación interior, que no en vano abarca las décadas transcurridas....
Por eso, ahora me limito a abrazarte así, esperándote siempre.
Por lo mismo, te pido que si te es posible todavía, me dés la inmensa alegría de llegarte hasta La Plata, tal cómo yo desearía hacerlo regresando a aquellas playas doradas de Empedrado...
Un inmenso abrazo.
Ana Emilia Lahitte
Oscar Portela