cuando despierta moría y en mis ansias
pretendía volar con ellas un día.
Y ese día sin saberlo, acuné palabras mías,
fue el silencio quien las trajo
y en mi las dejó latiendo, recobré mis alegrías.
pensé que fue un ruiseñor quien busco ese atajo
pensé, pensé y que nada yo decía,
pero si, ellas lo decían, aunque eran palabras dormidas.
El ruiseñor en el tiempo, me regaló melodías
y yo le tejí una jaula, donde él entraba y salía
igual a mis palabras que ya no estaban dormidas.
Antonia.