Árbol que dejas caer tus hojas
por el frío otoño que se avecina
llenando con un manto
amarillo praderas y bosques, cubriendo las grietas
del pasado verano.
Árbol recio que preparas tus ramas
bajando tu savia hacia las
entrañas de la tierra para protegerte de las
heladas del temido invierno.
Árbol poderoso que al quedarte desnudo
realzas mas tu belleza apuntando tus ramas
sin hojas hacia el cielo.
Cualquiera que te mire se creerá que estás
muerto,
pero no, pues tus entrañas bulle la vida y
cuando pase el frío invierno te despertarás
y subirás la savia hacia tus ramas,
y poco a poco, las llenas de hojas verdes y sanas.
En primavera muestras todo tu esplendor
y en verano das sombra al caminante que en ti se cobija.
Árbol de la vida, yo quisiera ser cómo tu,
tener tu altura y tus mil vidas
dar sombra al caminante
que por allí transita.
Árbol de la esperanza, quien fuera cómo tu
que tan sólo al mirarte las penas quitas.
Árbol de la alegría, que al mover el
viento tus hojas despiertas sonrisas
quien fuese cómo tu, que al dar tus frutos
el hambre quitas.