Una pareja baila música de Piazzola,
con asombro, unen su amor,
Amor y voràgine, dueto de color,
templada la mañana, clarea el día,
y sueño, volando en un super sport.
Gime aurora que nace roja,
volutas del sol entran cual ràfagas;
Callan zorzales anidando en la ventana
más amor, màs abrazos, y besos vuelan
buscando las gaviotas.
Adentro, silencios, presagian amaneceres.
Los besos se trenzan y se aprietan los brazos,
y se escucha el tango de piazzola:
el infalible lazo, atando corazones.
Las cortinas bailan cerrando el contraluz
Y la vida gime trotando hacia la luz
los labios corren loca carrera hacia el mar
y las olas envuelven cual velo a dos almas
y Dios sonríe, bendice esos DOS, mientras
el ramo de rosas rojas casi negras recita este poema.