EN VERSOS ALEJANDRINOS
no camino así en tantos meses, pues no pasaba
encima una baldosa desgastada en el tiempo,
relucen suelas nuevas mis zapatos callados
pisando solo alfombras de bellos aposentos
a pasear fuí por rincones olvidados
en donde se acumulan cenizas de amor ido,
pienso mi juventud cual un tesoro perdido,
y pretendo revivir pasados, se esfumaron
dice el refrán que todo tiempo pasado es mejor,
colgando enredadera la pluma y su olor
que me llevó tan lejos, de hoy tan lejos, ¿adónde?
aquí donde mi casa estaba. hoy muros fríos
miré enfrente, la casa, que fué de tu madre,
en donde te conocí, besé por vez primera
¿recuerdas? son momentos, de feliz primavera,
la enredadera hizo recordar dulces tu miel
mas mis pasos se vuelven hacia el Parque Forestal
olores de frondosos robles, pienso en mi madre
la mujer mas hermosa, con sus cabellos rubios,
olivos de bohemia, es mi mamadre un roble
yo así le decía a ella, como Neruda decía,,
le tomaba su mano, hablando tiempos idos
por la ventana entraban árboles, sus perfumes,
las voces semejaban enredaderas verdes
hablamos de Elenita su nuera preferida,
sus nietos, recordaba mi padre, su mirada
perdida y sin soltarle su mano yo presentía
quería tocar piano, Para Elisa, decía
hablábamos de todo, sin tope, su memoria
recorría años, ella es historia, hoy, futuro,
me lleva a los lejanos confines, sabe todo,
excepto de cocina, mi mamadre querida
.
caminé tanto en esas horas kilométricas
trepábamos muy juntos por montañas nevadas
saltado riachuelos, sauces llorones, ríos,
su risa contagiosa, reía poco, o nada,
a las doce en punto regresaba a mi casa
allí me esperaba mi amor, Elenita, en el porch
¡y te he extrañado tanto! me increpaba amorosa
y el beso lo borraba ese rato sin ella.
SANTIAGO, 1999,