INTERIORIDADES

[A. Elisa Lattke V.]

-Bessern-alv08--



INTERIORIDADES


Medito...
Apesadumbrada,
inquieta y recelosa;
con palabras mías.
Me lamento desde dentro,
-¡Por fuera no me encuentro!-
Me aferro a los barrotes de mi cárcel
en mi trena con grilletes de mi crédito.
Me siento rea de mis propios pensamientos.
Los que anidan en mí para volar sin alas
entre el influjo de los dramas míticos,
que sacuden mi realidad desenfundada
pero con la zozobra de toda paradoja;
en la confortable realidad de la existencia,
la que pernocta en la cumbre de su cima,
cuando sabemos y sentimos ‘hambre y sed’
de ser lo que fuimos y seremos
con el sabor del beso en cada tiempo.

-I-
Medito...
Exaltada, altiva, dolida y frágil;
mas, prosigo entera con coraje
entre extraños exabruptos que el temor exige;
los que se alojan con dolor en la carne
pensante de la vida
ante el débil hilo de la muerte ajena...
¡Por lo que sé de mis cosas insondables!
Y cuando escribo grito en mis versos mi congoja.
porque las palabras son eso, risa, llanto y lágrimas,
pero al gozar del amor, su paradoja.

-II-

Intento recordar… ¡y busco!
Dónde hallar el madero del ahogado
para asirme en el naufragio de lo inútil,
mi piélago profundo...
mis ideas,
en lo abismal de todo aliento disgregado
por años de pensar, no desocupados.
¡Y para qué, -me digo!
Si siempre se escora la barca de los días
en el mismo mar enarbolado que me agita;
y sigo oculta entre su oleaje
en el propio refugio de mi cuerpo.
...
Y escucho:
No es bueno ser mar en calma
y ser tormenta al mismo tiempo.
¡Qué pocos saben de mí...¡y yo sé tanto!
-Si pudiese esconder mi mirada de otros ojos
no leería lo temores del silencio.
¡Qué poco entonces me dará la vida!
…

Todos estamos a merced de tempestades,
quién se salva…si ella, la vida las motiva.
¡Ah, mi barca y dónde puerto, dónde me llevas
y el punto cardinal que ya he perdido!
¡Ah, del faro no encendido
y este madero de una Luz donde me cuelgo!
¡Oh, Dios, mis tempestades, ¿dónde?
Donde tú, Venus, estrella mía,
me enseñaste... el norte
y todo lo bello que un corazón anhela,
¡Oh diosa del amor que tanto a mí me dieras
y me das y sigues dándome!
¡Ay de mis mares profundos de Saturno
donde se guardan sentimientos en arcones
de sueños con sus lágrimas.
Basura en el ocaso por sus anillos,
que giran dando vueltas y, como yo,
en órbitas inciertas... con sus sueños.
-¡Perfectas para ti que las conoces!-
Porque en mi humildad
se relajan los fantasmas y se duermen
controlados por el amor, mi lenitivo...
¡Y aún sientes temor a mi mirada!


--III--

Humanos y mortales
nosotros, todos,
como auténticos náufragos
intentando huir de las desgracias;
siempre asidos al mismo madero de los días.
No hay cielos azules,
cuando son del color de cada sueño;
ellos cambian con el ánimo en esas noches sin luna.
Si somos esbozo de la Vida en nuestras vidas,
y también como los últimos refugiados de un planeta...
que se muere...
(¿Somos experimento en la probeta?)

Mas, las palomas o gaviotas pueden sorprendernos,
con sus vuelos rasantes, sobrevolando un mar
por esa barca sin techumbre y abierta a las ideas;
y, por encima de ella, que nos llevará al poniente
en el eterno viaje combinado y gratuito de alegrías y pesares,
¡no debemos olvidar que las gaviotas se comen otras aves!
(...)
Son necrófagas, ladronas, envidiosas,
sin embargo, a ellas cantan los poetas;
y qué decir de las palomas que nos traen
la rama del olivo, la esperanza.

--IV
Y mi barca sigue navegando sobre un mar de dudas,
siempre sacudida por los vientos no causales
en este agitado lugar de misterio, -mis dominios-.
Será que no soy quien creo que soy
frente a su espejo, pero ves el reflejo de mi cuerpo
y he conseguido que lleves mi alma... muy adentro...

--V--

¡Izad las velas poetas marineros
que nos lleven por fin a puerto,
que yo intentaré llegar a brazo abierto!
Voy por delante de mi misma y atrás
siempre de todo,
pero también delante cuando pierdo.
Si no fuese así, que se lleve el orco las almas,
cuando no sé si estoy aún viva ¡para soñar mi Sueño!


Elisa Lattke *
16-3-05.
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[Antonia Pérez Garcí­a]

¡Hola Elisa!....de maravilla estrofa por estrofa, y la última es
mi preferida, pero no se pegarla.
Un beso de Antonia.

[Marí­a de león]

Elisa...como dice Antonia, parece usted una genia... escribe de todo
y lo hace tan bien, que me emociona.
Le envio un saludo.
Marí­a.