Querida Antonia, ahora me hacen trabajar los sábados hasta las 9 de la noche. Antes también, pero me escaqueaba.
Las circunstancias han cambiado y la cosa no está para bromas, así que me toca apechugar hasta esa hora. Por eso no puedo contemplar el programa.
Pero se lo agradezco mucho igualmente. Sé que me aprecia sinceramente, tanto como persona lo mismo que como poeta.
¡Gracias, amiga mía! Le agradezco mucho su tiempo y su dedicación a la Poesía.
Besos.
Francisco
La gloria es del que la busca; la suerte de quien la encuentra.