Conversábamos

[Eulogio Díaz García]

Conversábamos…

CUANDO IBA DESGRANANDO SUS PALABRAS,
le oía con los ojos, con las manos
y con todo mi cuerpo; toda su alma
se adentraba en silencio en mi aposento.
Una tras otra, tantas, balbuciendo,
me sembraban de luces todo el surco.

La mañana era dulce como un sueño;
era extensa en sus horas, con los límites
de la palabra extensa –o verso hecho-
que alumbraba el murmullo del ambiente.
Campanas de las horas, con acentos
impávidos, sonaban a destiempo
como ave sin estela, como grillo
sin canción afilada y sin olvido.

...Y terminó su plática; la boca
quedó rota. Se oyeron mis palabras
que salían de mis ojos y manos.
Luego volvió el silencio con sus horas...
...y otra vez el sereno sol de siempre.

[Antonia Pérez Garcí­a]

Estimado poeta, poema de gran fuerza que deja pensando,
sobre toda forma de imaginación. Ha sido un placer leerlo.
Un abrazo .
Antonia.

[Eulogio Díaz García]

Estimado poeta, poema de gran fuerza que deja pensando,
sobre toda forma de imaginación. Ha sido un placer leerlo.
Un abrazo .
Antonia.

Muy agradecido, Antonia, por esas palabras. El poema me fué inspirado oyendo hablar a un amigo mí­o, muy buen poeta, que le oía con los "ojos abiertos"Me gustó como queda.

Gracias, de nuevo.