que sale de las tripas
y se mezcla con la sangre
traspasando el corazón,
se rompe en la garganta
como quejio en el aiere.
¡Flamenco! mezcla de muchas
culturas: castañuelas
de Fenicia, atavismos
de la India, sonidos
de guitarra, con sonoridad
arábiga, influencias de
Bizancio en los sonidos
más graves.
Los quejios, los desplantes
las palmas, los pellizcos:
heredades ancestrales.
Chasquean los dedos, ¡música
se vuelven!
¡Arte lleno de mil lunas!
alquimia de muchas sangres.
¡Flamenco!
Fandangos dolorosos,
soleares prodigiosas,
bulerías, y verdiales,
zorongos misteriosos,
romeras caminantes,
malagueñas, el polo,
la caña. Cantes llenos
de pasión, fatigas, desgarros,
y amor.
Los pies giran con la fuerza
inimitable del viento.
Las manos son rituales
tocadas por los dioses.
El flamenco es la suma
de muchas sabidurías;
Gitanos de la India,
de Hungría, de Andalucía,
de Egipto, de Barcelona,
poseedores de un arte
que de pié pone la sangre
consiguiendo el portento
de sentimientos, ¡tan grandes!
Es el flamenco el legado
de los gitanos del mundo,
legado que nos trasmiten
desde el sinfín de los tiempos.
Isabel Morión López.